Por José De Echave
En los últimos años, hemos venido siguiendo la evolución de las concesiones mineras en el Perú, identificándola como una de las variables claves para entender lo que viene ocurriendo en la minería como tendencia en diferentes regiones.
Los informes, provistos de cuadros y mapas que muestran el avance de las concesiones mineras en diversas regiones del país, han causado diversas reacciones. Para las autoridades locales y las poblaciones, se han convertido en una importante herramienta que les permite contar con una información clave, a la que no tienen usualmente acceso. Para las empresas y algunos de sus voceros, la información que se provee y la manera como se trabaja y analiza, en realidad lo que busca es crear alarma y es sesgada.
En primer lugar no está demás insistir en el derecho que tienen todos los ciudadanos a estar adecuadamente informados y por supuesto coincidimos en la necesidad que esa información sea trabajada de la manera más seria y responsable.
¿El avance de las concesiones en un dato relevante a tomar en cuenta? Por supuesto que sí. Por ejemplo, si vemos el gráfico de los derechos mineros vigentes, queda claro que no se hubiese podido entender lo que iba a pasar en la minería peruana en los últimos años si no se analizaban, entre otros datos, la evolución de las concesiones en el período 2002-2008: el área territorial que ocupaba la minería pasó nada menos de 7'452,233 hectáreas el año 2002 a algo más de 17 millones de hectáreas con cifras de noviembre del presente año. Por eso, entre otros factores, los conflictos mineros se han expandido a lo largo y ancho del territorio nacional.
Esta expansión de las concesiones también ha ocurrido en regiones como la de Piura. Como se muestra en el siguiente cuadro, el crecimiento de las concesiones mineras la podemos ver en cifras absolutas y a nivel porcentual en cada una de las provincias: no hay provincia piurana en la que no haya habido un crecimiento significativo del área concesionada en los últimos años.
Datos: INGEMET (diciembre, 2008). Elaboración CooperAccion.
Por supuesto que no estamos afirmando que las 17 millones de hectáreas que ocupan los derechos mineros vigentes en todo el país, o las 836,328 hectáreas que ocupan en la actualidad en la región Piura, se vayan a convertir en una gran mina. Lo que queremos señalar es que el análisis de la evolución de las concesiones mineras permite identificar las tendencias de una etapa tan importante en la minería como es la exploración.
El dato de las concesiones representa el momento en el que las empresas llegan, con derechos otorgados por el Estado a determinadas zonas. Esos derechos comienzan a competir con los títulos de propiedad de las poblaciones rurales y es la fase inicial de una relación que, hemos comprobado, es compleja y conflictiva.
Es sabido que las empresas no esperan que los proyectos maduren para, por ejemplo, adquirir tierras y modificar el panorama previo de propiedad y acceso a recursos en la zona. Allí está como ejemplo lo ocurrido desde un inicio en Cajamarca, en la zona de influencia de Yanacocha; pero también en La Granja y las consecuencias de las adquisiciones de tierras y reubicaciones efectuadas por el primer dueño del proyecto (1); el caso de Espinar en el Cusco, Tambogrande y muchos otros.
Así el proyecto no llegue a la etapa de mina, el impacto puede ser importante y debe ser manejado adecuadamente. Estamos convencidos que es conveniente para el Estado, las empresas, las poblaciones locales y sus autoridades, que se acceda de manera oportuna a toda la información disponible. Que nadie se inquiete por ello.
Nota:
(1) Cambior de Canadá.
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Fuente: Publicado en el diario El Tiempo, el 25 de enero de 2009