Servindi, 7 de abril, 2023.- Servindi dialogó el sábado 1 de abril con Ronald Suárez Maynas, quién en estos momentos se encuentra en la comunidad de Santa Teresita de Cashibococha en plena filmación de la película Chaikoni Nete, un largo metraje que mostrará la cosmovisión del pueblo Shipibo Conibo.
La primera producción está dedicada al Mundo del Agua o Jene nete. Su aspiración es poder contar los otros tres mundos de la cosmovisión shipibo en sucesivas películas.
Sin duda, se trata de un proyecto ambicioso, pero a la medida de Ronintsoma, una persona fecunda que siempre ha superado las adversidades basado en la fe, la constancia y el optimismo.
Las posibilidades de emprender tamaña empresa artística no ha caído del cielo. Fue resultado de un concurso de proyectos convocado por el Ministerio de Cultura, en el cual Ronintsoma salió ganador, junto con dos proyectos más.
En este diálogo hablamos de las expectativas, los desafíos y las aspiraciones en torno a esta producción indígena y comunitaria del pueblo Shipibo Conibo.
- ¿Cómo van los preparativos del gran filme que estás preparando? Algo que deba saber la audiencia con respecto a tu trabajo.
Bueno, nosotros estamos preparándonos desde hace tres meses atrás. Lo primero que hicimos fue elaborar el guion de manera comunitaria, en el que han participado los sabios, las sabias, la juventud, también gente académica, estudiantes, investigadores, para recoger información sobre el Jene Nete, que es el capítulo del primer largometraje que estamos haciendo. Entonces, ya tenemos listo el guion literario, donde vamos a tratar de narrar de la manera más exacta cómo es el Jene Nete, cómo lo han vivido o cómo se lo vive de acuerdo a la cosmovisión del pueblo Shipibo Conibo.
- ¿En abril ya empiezan a hacer las primeras filmaciones?
Sí, nosotros ya hemos hecho la preproducción, el scouting y todo. También la preparación de los actores que fue otro proceso, porque los actores son de ahí mismo, de la comunidad, y tuvimos que adiestrarlos con un profesor para que estén listos. Gracias a Dios nos ha ido todo muy bien. Ya tenemos los actores listos y también hemos estado ensayando. Hubo además un ciclo de preparación técnica para los jóvenes que van a manejar la cámara, las luces, el sonido, la luminotecnia, el arte, la parte de la producción, todo con el asesoramiento de Teleandes que nos está dando las herramientas básicas para hacerlos nosotros mismos.
Por esto quiero recalcar que esta es la primera película que va a ser hecha por nosotros mismos, con el guion, la producción, la parte técnica, la parte de la actuación, porque hay muchas películas donde estamos nosotros los shipibos, pero esta va a ser la primera que va a ser dirigida por nosotros mismos. Esta filmación forma parte de un proceso histórico, porque la idea es que iniciamos con esto para lograr el sueño de la soberanía audiovisual.
- ¿Cuántas personas están involucradas en este proceso de producir la película? y ¿En qué comunidad base están haciendo el trabajo?
En la parte de la producción somos treinta personas y con la parte de los actores principales, actores secundarios llegamos a más de cuarenta. La estamos filmando en la comunidad nativa Santa Teresita de Cashibococha, que es la locación identificada, un lugar donde se han hecho varias películas, incluso la película Ainbo, que ha ganado recientemente un premio en Hollywood. La comunidad ya sabe, y han estado entrenando en otras producciones cinematográficas, así que no están empezando de cero y por esto para nosotros es básico asimilarlo con lo que nosotros queremos.
- ¿Los recursos del Ministerio de Cultural alcanzan para hacer toda esta labor o cómo están complementando?
Realmente no nos alcanza. Tenemos que buscar auspiciadores locales como restaurantes, hoteles, movilidad. Incluso tenemos que prestarnos vestuarios de algunos museos y personas que también se solidarizan con nosotros. Como te digo, es una novedad la película que va a ser hecha por nosotros mismos, entonces hay bastante colaboración de la comunidad, solo que el alquiler de las cámaras, del material fílmico es demasiado caro y entonces tenemos que ingeniarnos para que pueda alcanzar en una medida bien estricta.
- ¿Cuánto es el monto que han recibido hasta ahora?
Del Ministerio de Cultura, de la Dafo [Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios], hemos recibido doscientos mil soles y esto es insuficiente porque la calidad del trabajo que nos piden es bastante exigente y por esto tenemos que hacerlo con herramientas muy buenas y sabes que hacer una película de la calidad, de las características, con bastante animación de personajes míticos es muy caro. La animación aquí en Perú cuesta demasiado caro. Hemos capacitado a un joven, para que se capacite en animación digital también nos va a ayudar bastante este recurso así que estamos ahí aprendiendo poco a poco. Es la primera vez que nosotros estamos en una nueva etapa de usar la tecnología audiovisual para contar nuestras propias historias, que ya no venga otra gente de afuera que lo haga. Entonces, creo que la comunicación indígena en el Perú da un paso hacia otro espacio que nos va a abrir una puerta hacia el futuro.
- Justamente hablando de historias, en la cosmovisión del pueblo Shipibo hay cuatro espacios, cuatro niveles donde ustedes en esta nueva producción van a dedicarse al Jene Nete o primer nivel que corresponde al mundo del agua. Podrías explicar brevemente en qué consiste este mundo.
La primera historia que vamos a contar es el Jene Nete, el mundo del agua, donde el hombre shipibo o los amazónicos, creemos que existe un mundo en el agua que es otro mundo. Para nosotros, el agua es el mundo, a diferencia de los andinos. Los andinos creen más en la Pachamama, pero nosotros no. Nosotros estamos más en el tema del mundo del agua.
Debajo del agua existen seres que lo habitan, que cuidan el agua, que protegen el agua y que dan vida a los seres que estamos en la tierra y ellos cuidan a los peces, cuidan los recursos, el río, la cocha, los bosques, toda la naturaleza y esos seres, como la anaconda, por ejemplo, que tiene su propio poder, que tiene su propio espíritu, para nosotros.
Entonces, antiguamente había gente que se preparaba para ser un onaya y se iban por años a prepararse y luego regresaban como un onaya y se introducían en el mundo del agua y ahí congeniaban, dialogaban para proteger a los seres y cuando se les tocaba. Por ejemplo, existía bastante ruido, existía la contaminación de parte de los madereros, de los petroleros, los pescadores, estos animales se encolerizaban y hacían tormentas de lluvia, relámpagos o inundaciones.
Eso era para advertir que no deben hacer esas cosas, para proteger y ahí en los censos, solo que dialogaban con los onaya para calmarlo. Son bastantes enseñanzas que nos daban a nosotros, para que podemos ser más cuidadosos con la naturaleza, y además, los sabios, nuestros abuelos, nuestros ancestros nos guiaban a ese mundo y nos daban sabios consejos, los viejos sabían que iba a venir la contaminación, sabían que iba a venir la invasión de nuestro territorio. Todo eso se va a ir contando de una historia real que queremos contar de la manera más mística para que el mundo sepa que nosotros los indígenas estamos para proteger y garantizar al medio ambiente.
- Estamos seguros de que va a ser un gran éxito, un gran logro de producción y que no es mérito solo individual sino también colectivo. Quizás sirva además para poder obtener recursos para luego hacer la historia de los demás mundos, que creo es parte de tu proyección futura.
Claro de ahí nos va a faltar contar otros mundos como el Non Nete, el Panshin Nete y el Jakon Nete que también forman parte de la cosmovisión del pueblo Shipibo que nos faltaría contar donde existen más personajes míticos.
Como les dije, va a ser una cosa super interesante, porque recoge una perspectiva de la dirección que parte de nosotros mismos, sin que nadie nos diga haz esto o así es la cosa. Es decir, no es la óptica antropológica, sociológico o de algún investigador. La verdad es que nosotros mismos vamos a contar esta historia en un largometraje y esto se convierte por primera vez en una película basada en nuestro propio imaginario, y también, una película que por primera vez se ha hecho por nosotros mismos.
También quiero agradecer al Ministerio de Cultura, porque nos da esta oportunidad de hacer la película en un espacio propio del cine indígena y esperamos –como siempre lo hemos dicho– que esto se convierta en una política pública para que otras personas de los pueblos indígenas puedan mostrar sus aspiraciones y así nosotros también podamos sentirnos parte de este estado peruano.
Nosotros, los pueblos indígenas, tenemos una rica cultura y todavía nos falta contar muchas cosas. Cada cultura tiene sus propias historias. Ahora el pueblo Shipibo Conibo, a través de nosotros, estamos iniciando como para abrir la puerta y esperamos terminar este año y nosotros compartir esta historia con los peruanos en el Perú y también en el mundo.
- ¿Para cuándo está previsto terminar la película?
Nosotros pensamos terminar a fin de año. Antes de fin de año ya debemos estar haciendo las proyecciones y el estreno, primero en la comunidad y luego en Pucallpa, en Lima y otros espacios que también podemos proyectar para reflexionar, para compartir también, Lo que nosotros queremos es mayor difusión de nuestra historia a través de la cinematografía indígena.
- Cuando recibiste la premiación, hiciste un discurso muy impactante en el que hablaste sobre la soberanía audiovisual. Alguna reflexión que quieras comentar al respecto para que nuestra audiencia escuche y conozca el importante paso que estás dando para avanzar a esa soberanía audiovisual.
Nosotros ya hemos dado un paso importante, hemos recibido bastantes capacitaciones técnicas para la cinematografía y solo nos faltaba una oportunidad. En otros países ya esto se ha dado bastante. En Bolivia, por ejemplo existe el Cefrec; en Brasil, ya ni qué decir, hay un fondo indígena que apoya proyectos cinematográficos; en Colombia; en México y en todos los países y en Perú recién, recién se está dando.
Así que este es el inicio, podemos esperar que no termine esta apertura de parte del estado de darnos la oportunidad de hacer nuestro cine. Así que nuestra película, el cine indígena, que es un inicio, no es un cine comercial. Nos dimos cuenta que cuando no es cine comercial no hay ninguna empresa que se interese en nosotros. Pero igual, nosotros queremos darle el impacto, darle la novedad y que se interesen en otras películas, en otros proyectos o en nuestros siguientes capítulos, igual vamos a seguir trabajando. Esperamos también que el Ministerio nos brinde los recursos suficientes, al igual que ellos dan recursos cuando hay concursos de cine comercial, nosotros estamos haciendo con las mismas máquinas, estamos haciendo los mismos gastos, toda la tecnología es igual a la del cine comercial, pero el presupuesto es mínimo.
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