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WIPHALA Historia real de un símbolo de lucha

Servindi, 6 de febrero, 2023.- El atrevimiento provocador del congresista fujimorista peruano-español Juan Lizarzaburu que llamó despectivamente de “mantel de chifa” a la Wiphala, símbolo de la cultura andina, ha suscitado una enérgica reacción de los pueblos.

Entre esta se encuentra la proliferación de comentarios, artículos, estudios e investigaciones entre las que destaca el libro: “Whipala Historia real de un símbolo de lucha”.

El texto fue escrito por Franco Limber, licenciado en Ciencia Política y Gestión Pública por la Universidad Mayor de San Andrés, nacido en la ciudad de El Alto, Bolivia.

Limber fue coordinador del Centro Cultural (CENAR.PROC) 2004-2007, co-coordinador del Concejo Municipal de la Juventud de la ciudad de El Alto (CMJ-EA) 2008-2010 y miembro fundador del Movimiento Indianista Katarista (MINKA).

Seis etapas

El estudio propone seis etapas para una mejor comprensión histórica de la Whipala: en un primer periodo, la historia de la wiphala se constituye sobre la base de un vacío referencial textual del término wiphala aunque ciertas piezas arqueológicas aparentan tener una relación cercana.

En un segundo periodo, la wiphala aparece de forma textual y visual, y que se caracteriza por un intenso espíritu cultural. En un tercer periodo la wiphala aparece como símbolo político y cultural anti-sistémico, de resistencia contra el poder constituido.

En un cuarto periodo la wiphala es promovida de forma masiva a la cabeza de Felipe Quispe Huanca, el Mallku. “será Felipe Quispe quien sacará a la wiphala de ser utilizada en pequeños círculos indianistas, al manejo masivo de la oriflama en todo el altiplano” reconoce el autor.

En un quinto periodo, se instrumentaliza la wiphala como objeto publicitario en las campañas políticas de Evo Morales, donde más que un símbolo de resistencia, se vuelve “en un mero objeto decorativo de un gobierno que se auto-nombraba indígena”.

Un sexto periodo inicia con el resurgimiento de la wiphala como símbolo independiente, rebelde y anti-sistémico, a consecuencia de su quema por turbas violentas, a raíz de la caída del gobierno de Evo Morales.

Entonces, “la wiphala se desliga de un partido, expande su imagen en el ámbito mundial, las expresiones de solidaridad respecto a su incineración provienen de diferentes regiones del planeta, la ciudadanía, incluso la contraria al gobierno de Morales, empezará a reflexionar e indagar el origen del símbolo”.

El texto puede ser descargado en formato PDF a partir del siguiente enlace que nos comparte desde su cuenta de Facebook la comunidad Jichha.

 A continuación compartimos la presentación e introducción al libro:

 

Presentación

Quiero presentar este trabajo con tres propósitos: a) Hacer conocer la historia objetiva de la wiphala basándome en elementos históricos que he considerado referentes puntuales. b) Aclarar dudas para quienes buscan conocer la construcción de la wiphala moderna utilizada hoy como símbolo del mundo indígena. c) Apartar elementos imaginativos, cuyo contenido en el trascurso del tiempo hizo posible la aparición de diferentes idearios esotéricos; es necesario despejar conceptos ilusorios que carecen de fundamentos reales, apartar los diversos argumentos ficticios que se proliferó en escritos que en el contexto tendieron a ser más ideológicos que veraces.

Pasaron cinco años desde que presenté este trabajo, a partir de entonces algunos datos relevantes se logró encontrar para reforzar el espíritu de este documento, pero también, en el proceso, varias críticas y adherencias han aparecido a tan modesto escrito, a estas procederemos a responder en la presente edición, muchos de los nuevos aportes se presentaron en el Segundo Congreso de Epistemología Andina en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Técnica de Oruro en agosto de 2019, el evento posibilitó la difusión los nuevos hallazgos y la exposición de los elementos ideológicos que reside en la wiphala, poniendo énfasis en el contenido político y el valor que tuvo para las grandes movilizaciones indígenas en todo el territorio andino, la Ciencia Política permitió reconocer la importancia de la simbología en el pensar de un pueblo, el rol de la ideología para permanecer autónoma; la dinámica política en la nación aymara tiene características dignas de estudio, en todas ellas la presencia de la wiphala es notoria, por medio de esa relación se podrá interpretar los fenómenos sociales acaecidos en la actualidad, estos los describiremos en el presente estudio.

Se adicionó una reflexión acerca de los acontecimientos suscitados a raíz de la caída del régimen de Evo Morales y el Movimiento Al Socialismo, este gobierno tenía una ligazón instrumental con la wiphala, los hechos producto de la salida de Evo y la asunción de un gobierno provisional, tuvieron como elemento principal y de debate la presencia de la wiphala, eventos que analizaremos con objetividad, para interpretar en qué lugar esta posesionado el símbolo luego de estos sucesos, así como la posición de los actores directos a quienes representa. No cabe duda que hubo cambios transcendentales en el trascurso de estos años y debemos darle el valor que se merece.

El interés por estudiar la wiphala se originó en un inicio por haber leído en mi adolescencia el libro La Revolución India de Fausto Reinaga, en cuyo contenido se puede encontrar la wiphala como representación de las expresiones políticas de ese periodo inicial del indianismo, lo que me condujo tiempo después a ubicar el libro Origen y constitución de la Wiphala de German Choquehuanca, este me sirvió para sustentar el manejo del símbolo en las manifestaciones políticas, libro que lo daba como verdad incuestionable. Con la llegada de Evo Morales el uso de la wiphala fue objeto de críticas, muchas de ellas sirvieron para desprestigiar su origen, sobre todo el escrito: ¿La etiqueta de Champancola símbolo nacional? de Elizabeth De Col de Céspedes, este, desde el 2014, me impulsó a buscar e interpretar con la razón la trayectoria de la wiphala, sobre todo para desmitificar su origen, para responder a esos críticos que guiados más por el desprecio racial que por una investigación documentada que justificara sus argumentos, es que me animé, en mi humilde capacidad de escritor, a presentar un breve trabajo que evidencia la historia real de la wiphala, para desligarla de un partido político, así como para intentar reactivar su esencia rebelde, el cual se encontraba en franco descenso, documento presentado en formato digital para su difusión gratuita en internet, el objetivo más importante era la propagación de esa información, se pudo evidenciar su notabilidad en los sucesos recientes donde la wiphala ha retomado su papel como símbolo de resistencia de los pueblos indígenas, sobre todo del aymara.

Por la relevancia de tales sucesos, es meritorio seguir escribiendo respecto a este símbolo que representa a un amplio conjunto de naciones autóctonas del continente, así como a grupos sociales que enarbolan la wiphala como un símbolo de resistencia; el ser integrante de la nación aymara me obliga a defenderla, así como en las calles, como en las letras, cumpliendo esas premisas, el presente documento está para consumar ese fin.

Para terminar, la historia de la wiphala es una narración que no tiene un final próximo, primero, porque la lucha de los pueblos indios seguirá latente hasta que obtengan el control de sus territorios, de la administración política y económica como nación independiente, se enarbolará la wiphala mientras el indio no logre poseer un poder real; segundo, mientras se mantenga las relaciones racializadas en la sociedad, donde unos son los privilegiados y los otros ciudadanos de segunda, la wiphala será flameada para exigir igualdad, mientras el racismo exista la wiphala tendrá vigencia; tercero, gran parte de las evidencias históricas de la wiphala están aún ocultas, reliquias arqueológicas como tejidos y cerámicas se hallan en museos en el extranjero, acceder a estas piezas es difícil, el saqueo de estos objetos interfiere en la investigación, mucha de nuestra historia pre-colonial está todavía oculta, también debe existir referencias en periódicos y archivos antiguos que me fue imposible revisar, seguramente irán apareciendo mayores indicios, es sorprendente las circunstancias donde cada vez se encuentran nuevos datos con referencia a la wiphala, es una historia de nunca acabar.    

 El autor

 

introducción

Diferentes pensadores indios(1) afirman que el término bandera es una “imposición occidental” (2), tiene cierta validez, pero el uso de la bandera no es una invención de occidente, y tal imposición no cambia la naturaleza humana de construir símbolos en virtud de alguna motivación social, político o militar, por ello recurriremos a la vexilología (3) que nos ayudará a comprender de la forma más racional la construcción de la wiphala en la historia.

Para la historia real de la wiphala es improbable llenar varias páginas de un libro, debido a que sus referencias son contadas, incluso muchas de ellas son imposibles de comprobar, por ello los intelectuales indianistas recurrieron a la imaginación para llenar un vació, que con congoja jamás será verdadera, se perdió la esencia original de la misma, el motivo de sus orígenes ocasiona intensos debates sobre los distintos aspectos del símbolo, por ejemplo, el significado de los colores son una invención moderna, que de seguro, no tiene base verídica, o la supuesta utilización de la wiphala como calendario astronómico, como herramienta matemática, como portal espiritual, son una obra del imaginario memorable.

En los tiempos que acaecen es necesario separar lo real de lo imaginativo, para así poder avanzar de cara a los nuevos retos que los pueblos enfrentan. El esoterismo folclórico ha mermado las aspiraciones históricas de los pueblos indígenas, como la búsqueda del poder político, desarrollo económico, búsqueda que se ha materializado en los diferentes levantamientos y procesos políticos de las naciones originarias, lucha que fue acompañada por la wiphala, como lo veremos más adelante. Por ello es esencial conocer estos referentes documentados y otras posibles evidencias.

En las referencias se puede hallar una conexión con el pasado, estos respaldarán el manejo del símbolo con mayor solides, aunque no será la historia que dará poder al símbolo, serán los sujetos quienes le dan legitimidad, pero no por ello se debe prescindir del pasado, es necesario su revisión para sustentar esa legitimidad, por esa razón se buscará referencias en ese pasado histórico y documentado, así tener una visión completa de la wiphala y su ubicación en la constante lucha de los pueblos andinos.

Posiblemente, para estudiar la wiphala, tengamos que remitirnos a separar su historia en periodos, con el objetivo de tener una mejor comprensión de lo que representa, la base referencial del que se constituye, permitirá hacer una separación racional de dicha segmentación, la historia de la wiphala se puede dividir en seis etapas que tienden a tener el siguiente contenido:

En un primer periodo, la historia de la wiphala se constituye sobre la base de un vacío referencial textual del término wiphala, tal como lo conocemos en el presente, pero ciertas piezas arqueológicas aparentan tener una relación cercana, una especie de susurros de los tejidos, de pinturas y escritos, ninguno de ellos lleva de forma textual el nombre del símbolo, pero el parecido visual con la wiphala moderna es muy evidente. En este periodo todas las imágenes carecen del vocablo, pero están ahí como representaciones ancestrales de lo que hoy conocemos, sobre todo las evidencias visuales que no se pueden falsear, por ejemplo: tejidos y qeros; este tiempo comprende desde la pre-colonia, la colonia y la época republicana hasta terminar el siglo IXX.

En un segundo periodo, nos encontraremos con la aparición de la wiphala de forma textual y visual, será evidente la relación entre el término y el símbolo, esta etapa se caracteriza en esencia por un intenso espíritu cultural, el cual comprende la primera mitad del siglo XX, su aparición se cimienta en las reivindicaciones indigenistas y la valoración de la cultura del indio, muchas de las apariciones de la wiphala en este momento están descritas por estudiosos de las culturas andinas, así como de aquellos que ven en la “raza del indio” un motivo de inspiración para su escritos literarios, esta aparición de la wiphala está sujeta a los cambios sociales de la época acaecidas en Bolivia. 

En el tercer periodo, se encuentra la construcción de la wiphala como símbolo político, se le sumará al contenido cultural el atributo más notable que tiene hoy, el de símbolo anti-sistémico, de resistencia contra el poder constituido, de rebeldía individual y colectiva, esto lo edificarán los primeros movimientos políticos de indios en la segunda mitad del siglo XX, en un inicio a la cabeza de Constantino Lima Chávez, quien es artífice de la utilización política de la wiphala como bandera, con el fin de ejercer representación ideológica de los indios en oposición al uso de la tricolor boliviana, un acto de sedición para entonces, acto que abrazan los militantes indianistas, en especial German Choquehuanca, quien es autor de valiosas investigaciones referentes al símbolo indio, así como apasionado promotor y difusor de la wiphala durante la segunda mitad del siglo pasado. En conjunto todo el movimiento indianista se esforzó por posicionar la wiphala como símbolo anti-sistémico, de lucha por los derechos de las naciones indígenas, son estos quienes con ardua labor fomentarán su manejo en actos públicos.

Un cuarto periodo, inicia con la propagación de la wiphala en forma masiva a la cabeza de Felipe Quispe Huanca, el Mallku, aunque ya la wiphala era conocida y manejada en concentraciones de indios, como por ejemplo, por los militantes del partido populista de Carlos Palenque, CONDEPA, donde era un objeto simbólico secundario y usado en ocasiones como un elemento decorativo promovido por indianistas que se sumaron a este partido político; será Felipe Quispe quien sacará a la wiphala de ser utilizada en pequeños círculos indianistas, al manejo masivo de la oriflama en todo el altiplano, todo gracias a los contundentes bloqueos de los sectores campesinos quienes usarán el símbolo como elemento infaltable de sus protestas, en este periodo la wiphala se difundió más allá del altiplano para ser conocida y usada en otros territorios, todo ello gracias al carisma y radicalidad de Felipe Quispe y su lucha en contra de los gobiernos neo-liberales en Bolivia, trabajo político que lo venía realizando desde su juventud. En esta etapa de uso masivo de la wiphala, es necesario destacar la insurrección social de la ciudad de El Alto el año de 2003 en la denominada “Guerra del Gas”. En ambos acontecimientos el Mallku será un actor central de la política, donde la wiphala será conocida no solo en el territorio nacional, sino también en el ámbito internacional, lo que provocará que otros movimientos indígenas la utilicen, sobre todo aymaras y quechuas del norte de Argentina y Chile, como aymaras del sur de Perú, quechuas de Ecuador, estos lo asumirán como propio, en esta etapa la wiphala es difundida mediante acontecimientos masivos concentrándose en las fechas de los levantamientos aymaras, los denominados: “Bloqueo 2000” y “Guerra del Gas”. Todo este tiempo comprende desde el año 2000 al 2005.      

Un quinto periodo, se centra en la instrumentalización de la wiphala, comprende la etapa donde Evo Morales encabeza el gobierno del Estado boliviano, régimen que utilizó la wiphala como objeto publicitario en sus campañas políticas, aunque sin duda ya se había hecho antes, pero en esta ocasión la wiphala no representaba un símbolo de resistencia, sino se constituyó en un mero objeto decorativo de un gobierno que se auto-nombraba indígena, en este lapso de tiempo la wiphala se integró al sistema jurídico boliviano, a la Constitución Política del Estado, a ser pieza simbólica de las instituciones, en este periodo, de forma paulatina, fue perdiendo su esencia rebelde, a ser objeto de críticas y desprestigio, pero también, el gobierno de Evo Morales, logró difundir la wiphala a otros espacios de mayor distancia, gracias a que formó parte de su discurso indigenista-populista, lo que ayudó a que la wiphala sea flameada por otras naciones indias fuera del altiplano boliviano, por ejemplo: los Guaranís, además la empezaron a flamear personas que no eran indios, pero que se identifican con la causa indígena, la enarbolan grupos ecologistas y defensores de la madre tierra, en este periodo apareció una intensa creación imaginativa de teorías esotéricas respecto a la wiphala; la relación de la wiphala con un partido político que fue corrompiéndose, ocasionó aversión al símbolo entre las personas contrarias al gobierno de Morales, quienes desconocían su origen y significado, asumiéndolo como un emblema partidario.

Un sexto periodo en adelante, inicia con el resurgimiento de la wiphala como símbolo independiente, rebelde y anti-sistémico, a consecuencia de su quema por turbas violentas, a raíz de la caída del gobierno de Evo Morales, la wiphala se desliga de un partido, expande su imagen en el ámbito mundial, las expresiones de solidaridad respecto a su incineración provienen de diferentes regiones del planeta, la ciudadanía, incluso la contraria al gobierno de Morales, empezará a reflexionar e indagar el origen del símbolo, dando paso al respeto de la wiphala, porque representa al sector mayoritario de la sociedad boliviana, así como a las naciones originarias del continente.

Nótese que en los seis periodos no especifico la fecha de inicio o conclusión, porque puede existir información que aún no se ha encontrado y pueda cambiar la separación temporal, esta división corresponde estrictamente para una mejor comprensión del tema, sobre todo para que en el futuro se pueda seguir adicionando datos en el lugar que le corresponde para no generar confusión.

Notas:

(1) Usaré el término “indio” porque me parece el que más representa las aspiraciones históricas de los pueblos indígenas de todo el continente americano, pues es imposible referirse a cada uno por su nombre, y no “indígena”, ya que no tiene un peso histórico ni político relevante.

(2)  Muchos creen que la bandera es de origen europeo, pero tiene un origen asiático, exactamente en la actual Birmania. Para encontrar la primera bandera documentada históricamente nos tenemos que trasladar al Imperio Persa, que durante la Dinastía Aqueménide (550 – 330 a.C.) se utilizó ininterrumpidamente la bandera Derafsh Kaviani como símbolo identificativo del imperio.

(3) Estudio de las banderas, características, utilización, orígenes, en un sentido amplio.

 

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