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“Willaq pirqa, el cine de mi pueblo”. Entrevista al director César Galindo

Servindi, 26 de diciembre, 2022.- Compartimos una entrevista realizada por el sitio web de Cinencuentro al cineasta César Galindo Galarza, director de la extraordinaria película “Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo”, sin duda el mejor film del año en el Perú.

Hace muchos años visitó la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de San Marcos y nos estremeció con “Cholo soy”. Desde entonces hemos esperado algún largometraje suyo, pero nunca imaginamos que nos estremecería con un film de tan alta calidad.

Premiada con justicia por el Ministerio de Cultura a la Mejor Película Peruana ojalá la productora pueda crear los mecanismos para que se distribuya en todo el país, en especial en las escuelas, por ser de interés nacional.

Su enorme valor está en diversos sentidos y planos: contribuye a la revitalización de la lengua originaria en el Decenio internacionales de las Lenguas Indígenas (2022-2032), está hecha desde las comunidades, el protagonismo lo desempeña el pueblo.

A ello se agrega que su guión, fotografía y música están acertadamente logrados.

Antes de republicar esta entrevista realizada en agosto, agradecemos de manera especial a Cinencuentro, una iniciativa colaborativa conformada por aficionados y profesionales, todos apasionados por el cine que dedican sus artículos diarios al cine peruano y mundial.
 

El cineasta ayacuchano Julio César Galindo.

“Willaq pirqa, el cine de mi pueblo”. Entrevista al director César Galindo

Cineencuentro.- “Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo” se ha coronado como una de las grandes revelaciones del 26 Festival de Cine de Lima, donde obtuvo tres reconocimientos: el Premio del Ministerio de Cultura a la Mejor Película Peruana, el Premio del Público y el Premio de la Comunidad PUCP a la Mejor Película de la sección Hecho en el Perú.

Su director es Julio César Galindo Galarza, realizador nacido en Ayacucho hace 73 años. Conversamos con él a continuación sobre esta aclamada película hablada en quechua, que narra la entrañable historia de Sistu, un niño que queda fascinado al descubrir el cine en una comunidad de los Andes, en Cusco.

- Juan Carlos Ugarelli: César, ¿qué le inspiró a contar la historia del descubrimiento de la magia del cine en un pueblo de los Andes?

En los pueblos del interior del país, en los años 60, el cine se hizo presente de manera esporádica, con visitantes que llegaban con su proyector y sus rollos de película, mostrando sobre todo películas mexicanas. La tradición oral en el mundo andino y las historias que se tejían sobre hechos y personas, tienen una relación con el cine, porque una película también trasmite historias. A la trasmisión oral se le agrega la imagen.

- JCU: ¿Cómo fue el proceso de escritura del guion junto a Augusto Cabada y Gastón Vizcarra?

Trabajamos sobre la base de un guion, ellos aportaron sus conocimientos, para ajustarlo y conseguir sobre todo fluidez en la narración.
 

 

- Luis Vélez: Una personal sensación al ver “Willaq pirqa” coincidió con la de otros amigos y es una remisión a las lecturas de unos libros de texto escolares de primaria, de los cursos de lenguaje, en los que se contaban pequeñas historias de niñeces en escenarios andinos. El encanto de esas narraciones ha sido trasladado, creo que por primera vez, a la pantalla grande en este film. ¿Cómo trabajó el balance entre esta dimensión de candor en la película y sus otros temas? 

Mi infancia en Puquio, con mi abuela Justina, sin lugar a dudas fue feliz, haciendo volar los “huayrungos”, pasteando las vacas, montando al pelo mi yegua “Añascha”, jugando al fútbol con mis amigos; es este candor de mi infancia, que vive en algún lugar profundo de mi ser, que me lleva a ver la vida con humor y esperanza. De la misma manera siempre me imagino a mi pueblo, orgulloso de lo que es, viviendo feliz en su medio y cultura. El hombre andino, contrariamente a lo que se piensa, tiene un humor, pero tal vez más inocente que el urbano.

El hombre andino, contrariamente a lo que se piensa, tiene un humor, pero tal vez más inocente que el urbano.

Este candor me permite hacer pasar ideas en algunos casos con humor, sugerirlas como preguntas sin respuestas, para que el espectador deba recoger y crear su propia respuesta. Considero que una película completa su círculo creativo con la percepción e interpretación del espectador, de la propuesta visual sugerida, porque todos tenemos referencias que pueden asociarse con lo que vemos en una película.

- LV: Ha saltado al recuerdo de la audiencia esa suerte de vínculo universal de “Willaq pirqa» con “Cinema Paradiso” y otras películas, pero además vino a mi memoria “El espíritu de la colmena”, de Víctor Erice, en especial por la impresión que deja en la pequeña Ana Torrent el visionado de “Frankenstein”.

El punto de partida fue el del proyeccionista que viaja con su película y el efecto que produce sobre el niño y su comunidad, con certeza una vivencia universal, con ribetes y colores locales en cada pueblo, cultura y ocasión. Es inevitable asociarlo a “Cinema Paradiso”, lo que no considero un problema. No olvidemos que obras tradicionales inspiran a los artistas plásticos. Un pintor para crear su obra, seguro que ha pasado por ver a Miguel Ángel, Miró o Botero; pero al final su creación tendrá su sello personal y estará impregnada del ambiente que lo rodea.
 

Víctor Acurio en una escena de «Willaq pirqa, el cine de mi pueblo».

- JCU: El joven protagonista Víctor Acurio es toda una revelación y ofrece una actuación infantil espontánea y encantadora. ¿Cómo fue el casting para encontrarlo, y cómo preparó junto a él la construcción del personaje de Sistu?

En un scouting de producción, nos propusieron a un niño que podía recitar un poema en quechua. Ante nuestro asombro lo hizo ante nosotros, unos desconocidos para él, en un quechua impecable, con el desparpajo y la seguridad de un actor. Esto fue el punto de partida. Hay que recalcar que las nuevas generaciones en el Ande van perdiendo el quechua, es muy difícil encontrar niños que hablen quechua, muchos lo hablan parcialmente, no era el caso de Víctor. Él es un joven con un inmenso talento, capaz de recrear en su actuación, cambios sutiles de expresión, diferentes intenciones en una misma frase. Se puede lograr de él todos los registros actorales. Cada noche, antes del rodaje del día siguiente, revisaba con él y los otros actores, las intenciones de sus diálogos, en sus actuaciones; no olvidemos que la mayoría de actores en la película no son actores profesionales.

- LV: Un aspecto muy resaltante de “Willaq pirqa” es la autorreferencia, en la que al interior de una película hablada en quechua se puede hablar de la necesidad de que existan películas habladas en ese idioma, un componente metanarrativo también reforzado en el final, que no revelaremos. ¿Hay ahí una personal declaración suya? ¿Cómo se decidió por este aspecto de la autorreferencia?

Creo que a veces es fundamental reiterar lo que pensamos, de diferentes maneras, repetirlas hasta el cansancio, hasta lograr el propósito de que se entienda. En la película el proceso de entender el conflicto de dos culturas, la necesidad de expresarse en su propio idioma, es algo casi didáctico; se va tejiendo a veces de una manera casi ingenua, sugiriendo crear, escribir y recrear nuestra propia historia, hacer nuestra propia película, en otras palabras, tomar en nuestras manos nuestro destino.

- LV: La alusión al conflicto armado interno en el Perú no está ausente de “Willaq pirqa”. En ese sentido me pareció muy potente un momento de la película que tiene que ver con un entierro, unas cantutas y retamas, y un personaje en particular. Esta mención del tema es simbólica y no quiebra el espíritu de la película, lo que considero igualmente un logro. ¿Por qué lo planteó así?

En Puquio, donde pasé mi infancia, existía la loca Justina del pueblo, y siempre se tejían historias sobre el porqué de su locura. En la película se desliza el porqué, dejando una pista a la imaginación. En la sierra muchas familias tienen hijos que no volverán a ver, las causas se las dejo al espectador, que podrá crear su propia historia, a partir de las frases que se expresan en las escenas que mencionas. No olvidemos que un poema corto puede resumir todo el contenido de un libro.

- JCU: Una consulta para la productora Jedy Ortega. La película cuenta con la participación de productores bolivianos, quienes también presentaron en el Festival de Lima la premiada “Utama”. ¿Cómo se generó el acercamiento a ellos?

Jedy: Efectivamente, Alma Films es la empresa coproductora de «Willaq pirqa», ellos participaron como coproductores minoritarios. [N.E.: Alma Films es la productora de Marcos Loayza y Alejandro Loayza Grisi, productor y director de «Utama», respectivamente]. Inicialmente, cuando estábamos en esa búsqueda, pensamos en lograr una coproducción natural, de un país quechuahablante como el Perú. Y con Alma Films ya teníamos una relación previa, nos conocemos de años atrás con Marcos, había una química entre nosotros y coincidimos en la manera de abordar este proyecto. Además, confiábamos en la capacidad profesional de su empresa, y sabíamos que agregarían buenos valores de producción a la película. Su aporte en la producción concretamente consistió en sumar al reparto al actor Bernardo Rosado, quien hace del proyeccionista; y al script (continuista) Jhonathan Antezana. Ambos hicieron un gran trabajo y estamos muy contentos con su participación.

- JCU: ¿Cuántos años han pasado desde el proceso de escritura del guion y desde el rodaje? ¿Por qué se retrasó el estreno durante ese tiempo? 

Son varios años con la escritura del guion. El retraso de su presentación al público se debe al aislamiento a causa del covid, y a la decisión de la productora de esperar una presentación presencial, en un ecran que pudiera trasmitir el sonido, la imagen y las emociones que una película puede ofrecer.

- LV: Dedica la película a la memoria de Stefan Kaspar (1948-2013), legendario fundador e impulsor del Grupo Chaski, que justamente supo hacer cine con elencos infantiles en los años 80, tal y como usted ha sabido hacer en “Willaq pirqa”. ¿Qué le dejó Stefan Kaspar y su obra?

Yo he vivido muchos años en el extranjero, he seguido muy tangencialmente el desarrollo del cine peruano, como la labor de los microcines que Stefan desarrollaba. Esto me llevó a presentarle mi guion original, pensando en ese momento que solo un extranjero que aprecia mi cultura, podía aceptar producir una película en quechua. La realidad ha cambiado, hoy en día hay un mayor interés por mirar el interior del país.

(La entrevista fue realizada por Juan Carlos Ugarelli y Luis Vélez, el 12 de agosto de 2022).

***

Extra: Compartimos el corto «Cholo soy».

 

Fuente: Cinencuentro: https://www.cinencuentro.com/2022/08/16/willaq-pirqa-el-cine-de-mi-pueblo-director-cesar-galindo/ - Se reproduce en Servindi con permiso de los editores de Cinencuentro.
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