Especialistas coincidieron en resaltar el papel que juegan las comunidades y los consumidores de la sociedad para frenar la crisis climática que asola al planeta.
Servindi, 9 de mayo, 2022.- El futuro de la Amazonía está en manos de comunidades que aprovechan el bosque sin destruirlo y consumidores por sensibilizar que rechacen todo lo que afecta a este ecosistema.
Así concluyeron especialistas que participaron del conversatorio ‘Protección y potencial de la biodiversidad de los bosques amazónicos’, realizado el 5 de mayo en el Lugar de la Memoria (LUM).
El evento, moderado por la periodista de DW Akademie, Gina Morello, contó con la participación de José Álvarez Alonso, director general de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente (Minam).
Así como de Ernesto Ráez (ecólogo), Julia Urrunaga (de la Agencia de Investigación Ambiental), Alexa Vélez (periodista de Mongabay Latam) y Tabea Casique (dirigente de Aidesep y Coica).
Este encuentro fue la segunda sesión de Punto Crítico, una iniciativa de la Deustche Welle Akademie, y la Alianza Ríos voladores, con apoyo del PNUD, Heinrich Böll Stiftung, LUM y Servindi.
Comunidades y consumidores
Abriendo el encuentro, Álvarez Alonso realizó una intervención donde resaltó de inicio el enorme valor que tienen los bosques de la Amazonía para el clima del planeta entero.
“Hoy se sabe que, si la Amazonía se destruyese, probablemente el clima global se podría incrementar entre uno y uno y medio de grados, cambiando totalmente el clima en Sudamérica”, señaló.
Enseguida, llamó la atención sobre las amenazas que enfrenta este ecosistema y resaltó la necesidad de modificar la visión tradicional de desarrollo impuesta en las comunidades que la habitan.
“Uno de los más crasos errores que se sigue cometiendo en la Amazonía es pretender imponer modelos ajenos a la cultura de las comunidades y al ecosistema amazónico”, dijo.
En su lugar, añadió el especialista del Minam, es importante promover un paradigma de desarrollo que respete el bosque y la visión de los pueblos indígenas con los “árboles en pie”.
Así mencionó la apuesta de un sector del mercado global por producir con insumos que no provengan de territorios talados o trabajar junto a comunidades para posicionar productos sostenibles.
“Un ejemplo de esto último es lo que hizo AJE en Perú, que trabajó con comunidades para colocar en el mercado internacional bebidas de frutos amazónicos sin alterar el bosque”, indicó.
La idea, según explicó, sería hacer que más empresas sigan este modelo; pero para ello es necesario prestarles atención a dos factores: las comunidades y los consumidores.
Por un lado, se necesitan crear las condiciones en las comunidades para que puedan trabajar con las empresas, es decir, fortalecerlas más, capacitarlas, equiparlas y asociarlas con las compañías.
Y por el otro, están los consumidores, a quienes es necesario sensibilizar para que se preocupen por adquirir productos sostenibles que no contribuyan a destruir el bosque amazónico.
Mejores ciudadanos
Julia Urrunaga, de la Agencia de Investigación Ambiental, coincidió en la necesidad de trabajar para que cada vez más consumidores elijan comprar productos que no afecten a las comunidades.
Pero también, resaltó la importancia de ir más allá y pensar en formar una sociedad compuesta por ciudadanos que exijan a sus autoridades sanciones para las empresas que no actúen en esa línea.
“Necesitamos ciudadanos interesados, indignados y que actúen; y para llegar a eso, tenemos que buscar alianzas entre quienes tenemos intereses comunes y cada uno pueda aportar desde su ángulo”, dijo.
Uno de los aportes hacia ese objetivo viene siendo el del periodismo, del cual habló Alexa Vélez, editora de Mongabay Latam, medio que cubre temas ambientales en la región.
Vélez señaló que desde el periodismo están cumpliendo con brindar información sobre los aspectos que amenazan la Amazonía.
Esto, tras realizar una investigación rigurosa que muchas veces implica desagregar datos de difícil acceso proporcionados por los Estados.
Incluso, ante las nuevas tendencias de consumo han optado por adaptar sus contenidos, pasando de ofrecerlos en texto a otros formatos más digeribles, como las viñetas y los videos.
No obstante, remarcó que este esfuerzo tiene su punto de partida inevitable en el interés de los ciudadanos, a quienes a veces “les falta curiosidad e interés por informarse sobre estos temas”.
“Desde el periodismo aportamos la información, la adaptamos a distintos formatos, pero creo que el paso siguiente es que los ciudadanos se apoderen de estos contenidos para empezar a exigir y generar consciencia”, expresó.
Volver al origen
“El punto de partida es aceptar cuán mal nos han contado el cuento de cómo funciona el mundo y de cómo funcionamos y existimos los seres humanos”, dijo a su turno el ecólogo Ernesto Ráez.
Ráez explicó que la cultura de la modernidad occidental plantea que los seres humanos somos una cosa distinta la naturaleza, pero que con los años descubrimos que no es así.
“Eso lo entendieron hace mucho tiempo los pueblos indígenas, por eso la relación que tienen con los bosques que podrá estar lejos de nuestras mentes, pero no de nuestras vidas”, añadió.
En esa línea, la dirigente indígena Tabea Casique habló de lo importante que es darles voz a las comunidades y comunicar mediante los medios de comunicación su forma de vida.
“Considero que los medios deberían concientizar a la población, de cómo nosotros venimos trabajando dentro de nuestro territorio, la cosmovisión propia de nuestra población”, dijo.
Casique añadió que, aunque muchas no son comprendidas por la relación que tienen con los bosques, ellos tienen toda la disposición para apoyar en la lucha ante la crisis climática.
Ante ello, hizo un llamado a las autoridades, organizaciones civiles y empresas a que tengan en cuenta a los pueblos indígenas al momento de promover intervenciones en las comunidades.
“Queremos que nos involucren para trabajar conjuntamente en mitigar el cambio climático, pero queremos una articulación conjunta, de buena fe, no solo de acompañantes, sino ser sujetos de derecho”, señaló.
Tabea puso de relieve la propuesta impulsada por los pueblos indígenas y adoptada por el congreso mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para proteger el 80 por ciento de la Amazonía al 2025 (80 x 25).
Ernesto Raez, recalcó que esta propuesta fue una iniciativa muy oportuna y necesaria para la Amazonía debido a que las propuestas de proteger otros porcentajes menores de biodiversidad no se adecúan a la Amazonía que es una entidad más integral.
Finalmente, Tabea Casique recalcó la necesidad de que los fondos climáticos y para proteger la biodiversidad lleguen a los territorios y fortalezcan la gobernanza territorial de los pueblos indígenas desde lo local.
En los eventos internacionales todos felicitan y saludan las iniciativas amazónicas, pero esto no se traduce en apoyos efectivos o se quedan en los intermediarios y no aterrizan en las comunidades territoriales, concluyó Tabea Casique.
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