Los mayores niveles de anemia infantil se registran en las áreas rurales de la sierra y selva del Perú. La situación es crítica en los pueblos indígenas u originarios de la Amazonía. La mayor prevalencia de este mal se encuentra en Ucayali, Loreto, Junín, Madre de Dios y otras regiones. En el 2019, el 12.2 % de la población menor de 5 años de edad sufrió desnutrición crónica.
Servindi, 26 de octubre, 2020.- Los mayores índices de anemia infantil aún se registran en las áreas rurales de la sierra y selva del Perú, que incide con preocupación en los pueblos indígenas.
El porcentaje de las niñas y niños con anemia es mayor en los que residen en el área rural (49.0 %) que en el área urbana (36.7 %).
Así revela el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en su informe de junio del presente año, en base a resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes).
Según la entidad, durante el 2019, los mayores niveles de anemia en niños(as) de 6 a 35 meses de edad se registraron en la sierra (48.8 %), seguido de la selva (44.6 %).
La mayor prevalencia de este mal se registra en Puno, Cusco, Huancavelica, Ucayali, Loreto, Junín, Madre de Dios y Pasco.
Asimismo, el año pasado, el 12.2 % de la población menor de 5 años de edad sufrió desnutrición crónica. De este grupo poblacional, esta dolencia afectó al área rural en 24.5 %.
Cabe destacar que la desnutrición crónica infantil en el país disminuyó en 2.4 puntos porcentuales en el periodo 2014-2019.
Sin embargo, continúa siendo un daño ampliamente distribuido a nivel nacional afectando a la población de diferentes estratos socioeconómicos.
El Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), a través de su Informe Nacional: Perú a mayo 2020, reconoce que la situación de salud infantil en el país muestra aún elevados niveles de anemia.
Foto: Fundación Aquae
Situación crítica en los pueblos indígenas
La pobreza económica es una causa de la anemia, producto de ello se deriva en la falta de información sobre la alimentación que está relacionado, a su vez, con la carencia educativa.
Es una cadena de factores que motivan esta condición en perjuicio de los niños, en particular, de las comunidades nativas, ya que por años el Estado los ha olvidado.
La desnutrición en los menores de edad se agrava más en el contexto de la pandemia por el COVID-19, cuya población tiene nula o poco acceso a los servicios de salud.
“El Estado peruano no está brindando la atención necesaria, no hay una respuesta rápida […] hasta la fecha no llega ningún tipo de atención ni medicamentos, los pueblos están más vulnerables”.
De este modo refiere Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), en un podcast de Convoca.
En base a data precedente, el Ceplan proyecta una situación crítica actual en los pueblos indígenas u originarios:
“En 2018, el 43.8 % de niños de 6 a 35 meses cuya madre habla una lengua indígena u originaria presentó anemia”.
De igual forma, “el 21 % de niños nacidos vivos cuya madre habla una lengua indígena nació con bajo peso”.
Este punto es importante si atendemos que la anemia y/o desnutrición se funda en el proceso del embarazo, es decir, en la alimentación de la gestante.
Y para tener un correcto embarazo, se requiere controles prenatales por parte del sector Salud.
Sobre este factor, el INEI reveló que Loreto –territorio con gran presencia de indígenas amazónicos– fue una de las regiones con menor cobertura de controles de atención prenatal en el 2019.
Este panorama urge que las autoridades del Gobierno Central y locales tomen mayor iniciativa en las intervenciones de salud para prevenir, vigilar, controlar y reducir la anemia.
Foto: Unicef
Otros males que afectan a niños de la selva
El INEI indicó que la enfermedad diarreica aguda en menores de 5 años se presentó con mayor porcentaje en la selva peruana (14.8 %), en particular, en Madre de Dios y Loreto.
Además, la región San Martín registró la mayor incidencia de infección respiratoria aguda (IRA) con 21.2 %.
En esa línea, en el Perú “los mayores niveles de IRA se registraron en niñas y niños de madres con nivel educativo de primaria (15.5 %)”.
Como vemos, estas enfermedades suceden con énfasis en las zonas más vulnerables. Tal es el caso de nuestra Amazonía.
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