Existen diversas alternativas que contraponen la vida sobre el capital, la humanidad por sobre las ganancias. Es momento de dejar de pensar en una élite privilegiada y empezar una sociedad preocupada por las grandes mayorías. No se trata solo de poner el hombro para ayudar a la clase trabajadora, sino una cuestión de preservación del sistema económico, del cual también forman parte las grandes empresas.
Renta Básica es posible: Contribución de menos del 1,5% de las grandes empresas sostendrían por dos meses a todas las personas asalariadas de la otras empresas en Ecuador
Por Jonathan Báez Valencia*
ISIP, 6 de abril, 2020.- Los últimos acuerdos del Ministerio del Trabajo dan cuenta que, bajo la presencia corporativa de las Cámaras empresariales tomando decisiones públicas, es imposible plantear medidas que coloquen a la vida por encima del capital.
De esa manera, posiciones en medio de la emergencia sanitaria, como las de “acuerdo libre y voluntario entre empleadores y trabajadores para recibir las remuneraciones, así como facultar exclusivamente al empleador para decidir el periodo de vacaciones de sus trabajadores” (1) dan cuenta de que la institución encargada de velar por el cumplimiento de derechos, sobreprotege a los empleadores y desampara a los trabajadores.
En fin, el efecto de la captura del Estado por la élite empresarial significa la profundización de la lógica que subordina el trabajo ante el capital. (2)
No obstante, en dicho acuerdo también se observa que no existe una diferenciación entre tamaños de empresas, que restrinja el uso abusivo del contenido del acuerdo ministerial.
De tal forma que se les otorga el mismo tratamiento a las grandes empresas como a medianas, micro y pequeñas empresas. (3) De tal manera que el acuerdo ministerial no debería considerar a los trabajadores de las grandes empresas, considerando que estas pueden sostener a sus trabajadores con sus mismos salarios e incluso ir más allá.
Las grandes empresas –a partir de prácticas monopólicas– tienen un nivel de poder de mercado que se refleja en su nivel de ingresos. En efecto, las medianas, micro y pequeñas empresas son las que se ven más ajustadas ante esta emergencia y, por tanto, se compromete el salario de sus trabajadores.
Por lo tanto, una forma de solventar esta asimetría estructural, en un delicado momento coyuntural, pasa por generar una contribución de estas grandes empresas hacia las otras categorías de empresas para sostener el ingreso de todos estos trabajadores y trabajadoras.
En ese sentido, esta propuesta se enmarca en demostrar empíricamente que dicho sostenimiento de los salarios equivalentes a una canasta básica para los trabajadores de empresas micro, pequeñas y medianas es viable durante dos meses, con menos del 1,5% de contribuciones de las grandes empresas.
Al mismo tiempo que las grandes empresas mantienen los salarios de sus trabajadores, en otras palabras, no se incluyen en el acuerdo ministerial presentado y son entregados puntualmente.
Es en base a este punto que aparece una posible alternativa para fortalecer el trabajo de los empleados, es decir, una alternativa de sostenimiento de la vida de los trabajadores asalariados.
Foto: @edualter/ Twitter y image4you/ Pixabay
En efecto, se podría plantear en este momento de aguda crisis la solidaridad de los que más rentas tienen, se trata de solicitar una contribución especial a las grandes empresas para implementar una renta básica que cubra el costo de una canasta básica durante dos meses para todos los empleados asalariados con un aporte obligatorio del 1,49% de su Activo; o 3,45% del Patrimonio; o del 1,39% del Ingreso por ventas (cómo calcular podría ser objeto de debate).
De igual manera, se puede plantear que de cada una de estas variables se implemente una proporción para alcanzar a cubrir los dos meses de renta básica.
Así, se afectaría a tan solo el 4,3% del total de empresas en el país y se generaría un alivio para las otras, así como para las familias de los trabajadores y trabajadoras asalariadas en estos momentos complicados.
Desde esa perspectiva, la evidencia presente en las tablas 1 y 2 se observa que hasta el 2018, del total de empresas (4), tan solo el 4,3% corresponde a grandes empresas; sin embargo, acaparan la mayoría de los activos, patrimonio y los ingresos por ventas con un valor superior al 60%.
El valor más alto se encuentra en el ingreso por ventas que alcanzar casi el 80% del total.
En otras palabras, por cada dólar generado, las grandes empresas se llevan 80 centavos y entre los otros tamaños de empresas se distribuyen a penas los 20 centavos restantes.
De esa manera, con la propuesta de contribución de las grandes empresas–tabla 3-es posible sustentar esta asimetría con contribuciones que en ningún caso supera el 1,5% a excepción del Patrimonio que representa casi el doble.
Tabla 1. Estructura empresarial por tamaño en Ecuador 2018, en millones de dólares
Foto: Superintendencia de Compañías Valores y Seguros 2018. Elaboración: Propia.
Tabla 2. Estructura empresarial por tamaño en Ecuador 2018 (%)
Foto: Superintendencia de Compañías Valores y Seguros 2018. Elaboración: Propia
Tabla 3. Propuesta contributiva de la gran empresa
Foto: Superintendencia de Compañías Valores y Seguros 2018. Elaboración: Propia
Desde luego, esta propuesta solo alcanza para los trabajadores asalariados. Es necesario pensar en los cerca de 2,5 millones de trabajadores autónomos (la mayor categoría de ocupación con el 33% a dic-2018) que no se considerarían en esta sección.
esta propuesta solo alcanza para los trabajadores asalariados. Es necesario pensar en los cerca de 2,5 millones de trabajadores autónomos
De esa forma es más urgente sostener a estas personas que viven del día al día. Un contingente de personas que, debido a desventajas acumuladas históricamente no pueden recurrir a fondos de emergencia porque el 80% no tiene seguro social y, probablemente, eso no les ha permitido ahorrar fondos para cubrir esta emergencia.
Por ello, para solventar una renta similar –de la misma magnitud– es necesario considerar que en el presente análisis no se contempló al sector bancario que es regulado por la superintendencia de bancos y cuya contribución puede ser aún superior, dado que han obtenido utilidades récords en los últimos tres años, llegando tan solo 24 bancos a la cantidad de USD 600 millones en 2019.
Desde luego, el financiamiento interno vía acción del Banco Central también es una posibilidad. (5) Y, de igual manera, para las micro, pequeñas y mediana empresas se puede plantear líneas de crédito sin interés para los que tienen problemas de liquidez.
En conclusión, existen diversas alternativas que contraponen la vida sobre el capital. La humanidad por sobre las ganancias, que no sean los empleados públicos y privados los que paguen las consecuencias, sino el capital el que cubra la contingencia que su voracidad de ganancia generó en el país.
Así, como han mencionado varios mandatarios en distintos países, es momento de dejar de pensar en una élite privilegiada y empezar una sociedad preocupada por las grandes mayorías.
Recordemos también que poner un salario en las manos de un trabajador implica mantener el consumo interno y en consecuencia la existencia misma de las empresas.
En este sentido, no se trata solo de poner el hombro para ayudar a la clase trabajadora, es una cuestión de preservación del sistema económico, del cual también forman parte las grandes empresas.
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Anexo 1. Clasificación por tamaño de empresas
De acuerdo con el Reglamento de Inversiones del Código Orgánico de la Producción.
Decreto Ejecutivo 757. Registro Oficial Suplemento 450 de 17-may.-2011. Última modificación: 20-dic.-2018 el Art. 106 indica que:
Clasificación de las MYPIMES: Para la definición de los programas de fomento y desarrollo empresarial a favor de las micro, pequeñas y medianas empresas, estas se considerarán de acuerdo con las categorías siguientes:
a. Microempresa: Es aquella unidad productiva que tiene entre 1 a 9 trabajadores y un valor de ventas o ingresos brutos anuales iguales o menores de trescientos mil (US $ 300.000,00) dólares de los Estados Unidos de América;
b. Pequeña empresa: Es aquella unidad de producción que tiene de 10 a 49 trabajadores y un valor de ventas o ingresos brutos anuales entre trescientos mil uno (US $ 300.001,00) y un millón (US $ 1000.000,00) de dólares de los Estados Unidos de América; y,
c. Mediana empresa: Es aquella unidad de producción que tiene de 50 a 199 trabajadores y un valor de ventas o ingresos brutos anuales entre un millón uno (USD 1.000.001,00) y cinco millones (USD 5000.000,00) de dólares de los Estados Unidos de América.
De tal manera que la gran empresa es aquella unidad de producción que tiene más de 200 trabajadores y un valor de ventas anuales o ingresos brutos anuales de más de cinco millones de dólares de los Estados Unidos de América.
Nota:
(2) No es la primera vez que esto ocurre, aún está presente la flexibilización de la jornada de trabajo que se realizó en ciertas ramas de actividad, entre ellas des del banano, sector cercano al exministro de trabajo que expidió esta decisión (el mecanismo de puerta giratoria se hace presente: hacer leyes para beneficiar a un grupo exclusivo y después retornar a ese mismo grupo para maximazar ese beneficio). Ver: https://coyunturaisip.wordpress.com/2018/05/15/empresarios-al-ataque-contratos-flexibles/
(3) Ver Anexo 1: Clasificación de las empresas.
(4) Se refiere a las empresas que presentaron balances y ascendien a 74 042.
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*Jonathan Báez Valencia es economista y maestrante de Sociología en FLACSO. “Un agradecimiento a todas las personas que colaboraron en la edición y con ideas en el texto, su contribución siempre es invaluable.”
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Fuente: ISIP: https://bit.ly/3dU5gAx
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No puede ser que en una sociedad como la nuestra el derecho a una seguridad económica sea siempre objeto de regateo. pic.twitter.com/yptV4kqCMM— Servindi (@Servindi) March 17, 2020
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Qué sucedería si el gobierno tuviese la valentía de dar la vuelta a la tortilla: si en lugar de ayudar al capital, ayudase a la gente. Se llama Renta Básica. pic.twitter.com/ywpnAxUXm9— Servindi (@Servindi) April 5, 2020
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