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El arte abstracto de Luis Zevallos Hetzel

“El Dios de la Vía Láctea”. Luis Zevallos Hetzel. Tejido tipo alfombra. 120 x 165 cm. 2003

Por Oscar Guerrero*

MIRevista Cultural, 22 de diciembre, 2018.- Fue en una noche fría y en circunstancias imprevistas cuando conocí al pintor peruano Luis Zevallos Hetzel. Su semblante alegre y voz pausada ya daban las primeras señales de estar frente a una persona sencilla y de buen trato.

Pasaron algunos días antes de volvernos a encontrar para conversar sobre sus contribuciones al arte peruano y las particularidades de sus obras.

El pintor rememora que en el colegio le gustaba emplear tintes de colores y plumas especiales para copiar dibujos de revistas y mapas geográficos, así como hacer letras adornadas. Cuenta una anécdota: una vez su profesor al dudar de que el mapa fue hecho por el niño y no recortado de algún libro y pegado en el cuaderno comenzó a rascar los bordes con la uña. Desde temprana edad sintió un gran amor por el mundo gráfico. Descubrir la pasión por el arte fue como descubrir un nuevo continente.

Tuvo un gran apoyo de su madre, que le compraba los materiales, lo llevaba a los jardines, le enseñaba a contemplar la belleza, le hacía escuchar la música clásica y siempre lo incentivaba a seguir su camino.

Pintor peruano Luis Zevallos Hetzel

“Es tan importante el apoyo que pueden dar los padres en los primeros años de un niño que prácticamente lo ponen en un camino de triunfo, de éxito. Si no fuera por el apoyo de mi madre quizás no me hubiera convertido en artista plástico,” confesó don Luis.

Hablando de los colegios, el pintor señala que la enseñanza del arte siempre ha sido muy pobre. Los profesores de arte no son artistas. Ellos incentivan a que los alumnos copien las imágenes o figuras y califican de acuerdo a la semejanza de lo copiado con el original despreciando la imaginación.

“Para un artista es muy importante la observación, contemplación. La verdadera obra de arte se hace de memoria, no se hace copiando. ¡El ser humano no es una máquina! Puede convertirse en máquina sin una educación apropiada,” enfatizó don Luis en medio del diálogo.

Don Luis Zevallos Hetzel en su taller de Chaclacayo

Cambiando de tema, Zevallos narró aspectos colaterales de su vida, como el relacionado a su trabajo en un banco durante ocho años. A pesar de que se desempeñaba bien y tuvo posibilidades de ascender, su inquietud por el arte fue permanente. No hubo día que no leyera el periódico para ver las actividades de las artes plásticas que se realizaban en Lima. Con mucho cariño el pintor describe una exposición del coleccionista estadounidense que trajo al Perú veinte cuadros de impresionistas franceses.

“¡Tuve la felicidad de ver el cuadro “Las Luces del Puerto” de Monet! Los quince días que estuvo abierta la exposición asistí religiosamente.”, expresó aún impresionado.

Con su ingreso a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Católica del Perú en 1960, Luis Zevallos comienza a estudiar aquello que siempre soñó. Estudiaba por el día y de noche trabajaba en el banco. La dedicación a la Escuela de Artes era tal que el joven pintor olvidaba almorzar y no iba a su casa a descansar.

En el último año de estudios de cada promoción la escuela de arte tenía la tradición de hacer una exposición en una galería de Lima. Para armar la exposición, el director seleccionaba de cada alumno uno o dos trabajos.

Para sorpresa de Zevallos Hetzel una de sus obras presentadas en aquella exposición se llegó a vender. Fue la primera vez que aquello sucedía en la escuela. El precio pagado por el cuadro era cuatro veces más que una mensualidad como empleado del banco. Comenzó a vender más cuadros lo cual le hizo reflexionar. En ese nuevo contexto decidió renunciar a su puesto en el banco. Había optado por dedicarse totalmente al arte.

“El Baile de las Sogas”. Luis Zevallos Hetzel. Tapiz hecho a mano inspirado en la cultura Mochica. 120 x 160 cm. 2003

Haciendo una valoración en retrospectiva, Zevallos lamenta un poco la decisión tomada ya que destruyó los documentos de su trabajo en el banco. No había reparado en que los artistas en el Perú no reciben una pensión al jubilarse.

Concluidos sus estudios, alquiló un pequeño departamento con el objeto de usarlo como taller. Comienza una etapa figurativa donde el pintor quiso plasmar en un mundo abstracto geométrico sus observaciones. En este nuevo universo el rol principal pertenecía a la línea y los colores añadían valor adicional. Al crear estos trabajos se sentía más libre.

Zevallos fue el precursor en el uso de la técnica llamada “pistola de aire” o aerógrafo en Perú. Fueron épocas que le trajeron muchas satisfacciones.

“El Motociclista”, Luis Zevallos Hetzel

En 1966 Zevallos Hetzel forma parte del grupo “Arte Nuevo” junto a Luis Arias Vera, Gloria Gómez-Sánchez, Teresa Burga, Jaime Dávila, Víctor Delfín, Emilio Hernández Saavedra, José Tang y Armando Varela. El movimiento artístico se propuso llevar adelante una transformación estética en rechazo a la institucionalidad de las artes visuales imperante.

Una de las exposiciones más destacadas de este movimiento se llevó a cabo en respuesta a su exclusión del Festival Americano de Pintura (I Bienal de Lima) de 1966. En octubre del mismo año “Arte Nuevo” organiza una exposición llamada “El ombligo de Adán”. En esta exhibición Luis Zevallos presentó la serie pictórica “Círculos Concéntricos” bien acogida por el público.

En concordancia con las ideas que pretendía introducir “Arte Nuevo” irrumpe la época pop aplicada al arte. Zevallos se identificó con esta corriente artística. En el diálogo sostenido, confesó su admiración por el motociclismo. Recuerda que le llamó mucho la atención un afiche que sacó la Harley-Davidson referido a un motociclista. Pintó algunas copias del afiche y luego elaboró unas versiones novedosas dándole otras connotaciones a la imagen.

Triptico “El Motociclista”. Luis Zevallos Hetzel. Laca sobre nórdex. 153 x 360 cm. Museo de Arte de Lima.

En 1969 la serie “El Motociclista” hecha con el uso del aerógrafo participó en el Festival Artístico de Ancón llegando a ganar el primer premio. El autor cuenta que recibió la noticia en una reunión de amigos al leer las páginas interiores de un diario. La obra en mención puede ser apreciada en la actualidad en el Museo de Arte de Lima.

El arte precolombino también fue una de las fuentes de inspiración para don Luis Zevallos. Existe un conjunto de pinturas y tapices basados en la iconografía Mochica ligados a un período más reciente. En este grupo de trabajos sobresalen trabajos como “El Dios de la vía láctea” y “El baile de la soga”.

Plato decorativo de la serie “El baile de las sogas”. Luis Zevallos Hetzel. 2004

A modo de epílogo y luego de recapitular las etapas del itinerario artístico de Luis Zevallos, vale la pena dejar una reflexión. Hacer posible nuestros sueños supone sacrificios y desprendimiento, sobre todo, en las condiciones actuales. Pero si dejamos fluir nuestra pasión por lo que más amamos, un día nos despertaremos con la alegría de haber vivido a plenitud. Y tal vez ese sentimiento constituya la mejor recompensa a la labor creativa de tantos talentos comprometidos con su tiempo.

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*Oscar Guerrero es docente universitario y director general de MIRevista Cultural.

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Fuente: Publicado el día 31 de agosto 2018 por MIRevista Cultural: http://culturamir.com/el-arte-abstracto-de-luis-zevallos-hetzel/
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