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La economía no está al margen de lo social y ambiental

Foto: El Correo del Sol

Pressenza, 6 de setiembre, 2018.- El VI Simposio Internacional “Labrando nuevos caminos” del Centro Mundial de Estudios Humanistas, promete generar interesantes debates con su contundente lema “Lo que falla es el sistema. El cambio está en la acción humana organizada”.

 Y para ello ha convocado, desde el 24 al 26 de octubre en Lima – Perú, a diversos representantes del Perú y el mundo, quienes traen propuestas que plantean nuevos paradigmas en lo cultural, político, económico, social y ambiental. La acción humana está en marcha.

— Nuestro primer invitado, Alfonso Cotera, es fundador de la Red de Economía Solidaria del Perú (GRESP) y director ejecutivo de la Red Peruana de Comercio Justo. Estudioso de la economía nacional, propone el desarrollo y apoyo a la iniciativa local, y el comercio justo.

“Primero quiero agradecer al Centro Mundial de Estudios Humanistas por invitarme, y saludar esta iniciativa, porque en realidad la economía no está al margen de lo social y ambiental. En una visión holística, todos estamos articulados, relacionados para bien o para mal; en todo caso, en algunos aspectos, lo que hay que propiciar es la reflexión. Debemos ver cómo revaloramos nuestros valores desde las actividades concretas en las que estamos. El VI Simposio puede ser una oportunidad concreta para revalorar distintos aspectos que ustedes han puesto en agenda, pero en una relación interdependiente. Por eso invito a todos los amigos, que están en la actividad económica, social, ambiental, a participar y plantear sus propuestas, iniciativas y poder converger en una propuesta de una civilización ética, solidaria para nuestro país y para el mundo”.

— Pressenza: La gente se viene manifestando en las calles, esta es una medida fuerte para cambiar un sistema de corrupción en el sector judicial, por ejemplo. Hablando de cambios, a nivel de economía, tú eres un especialista que ha trabajado muchos años en el concepto de economía solidaria. ¿Puedes decirnos en qué consiste, cuál es su impacto?

A.C.: Los acontecimientos que vivimos hoy y que vivimos hace 51 años, el 19 de julio de 1977, ocasionaron cambios sustantivos en el país. En 1977 se conminó a la dictadura militar a convocar a elecciones. Gracias a ese paro nacional, el gobierno de Morales Bermudez tuvo que convocar a elecciones; es decir, la gente cuando comienza a expresarse, cuando ya se indigna a tal punto de salir a las calles, esos cambios sustanciales se da. Pero ha sucedido que en otros momentos, en situaciones así de difíciles, pero donde no ha habido reacción social; no hubo posibilidades de hacer cambio alguno.

Hoy estamos en una encrucijada. No sabemos si realmente avanzaremos a cambios profundos. ¡Ojalá! Hay todas las condiciones. Es decir, es evidente el nivel de corrupción que está enraizado en todas las instituciones, está en la cultura misma de la práctica política cotidiana, está presente en los intereses económicos que manejan la economía de este país, y por ahí quiero entrar a plantear nuestra propuesta de economía solidaria.

Es decir, la economía es la administración de la casa, es la administración de los recursos que se tienen para vivir. La casa la componemos todos los integrantes de la sociedad, la casa grande, el país. Entonces la economía de un país tiene que administrarse como se administra la economía de una casa. Sin embargo, intereses particulares han generado cambios en la propia actividad económica, y están orientados a intereses subalternos, a la apropiación de la riqueza por unos cuantos.

Esto no es nuevo, es estructural. Por ejemplo, el informe de Oxfam señala que el 98% de la riqueza mundial está en manos del 1% de los ricos, es decir, hay una persona que puede tener la economía de 20 países subdesarrollados; así las cifras estadísticas lo demuestran. Pero bueno, ¿por qué ha sido posible eso? Precisamente por esos intereses particulares, que se superpone a la de los clanes, los grupos. En nuestro país en concreto, en la época prehispánica teníamos formas de administrar la economía desde las comunidades hasta el imperio incaico, en el que se privilegiaba la reciprocidad, el bien común. Para nosotros que planteamos la economía solidaria, es volver a esas raíces, a esa administración de la casa, a ese bien común, a la reciprocidad.

— Pressenza: Estamos hablando de una práctica que viene no solo del Ande…

Así es.  El origen de los grandes descubrimientos no es Europa, esta es nueva en la civilización mundial. Estos países de Europa se apropiaron del conocimiento, de riquezas del Oriente de Asia y de América Latina. Gracias a eso sobrevivieron. Entonces, hoy hay una cultura eurocéntrica. Aparentemente la civilización empieza en Europa. Esa visión sesgada de la historia es la que tenemos que cambiar, porque en parte esa mentalidad eurocéntrica, procedió apropiándose del conocimiento de otros lugares, y se entendió que el conocimiento está por encima de todo, y por tanto de la razón, del sentimiento. Entonces empezaron a materializarse así las relaciones. Por lo tanto, la riqueza era el oro, la plata; no la felicidad, la convivencia.

Sin embargo, en estos países también han crecido como aquí las comunidades campesinas u originarias, de la selva también, las nativas, todas ellas. En esos países también han tenido esas comunidades, claro de otro estilo. Es más, el movimiento cooperativo que tiene una filosofía también de la reciprocidad, de la economía solidaria, surge en Europa, el movimiento cooperativo. Y así, hay distintas expresiones que lamentablemente han sido dejadas de lado, es más, han sido combatidas aquí en el Perú. Expresamente se ha buscado combatir al cooperativismo, a todo lo asociativo, como si fueran cosas que retrasan el desarrollo.

— Pressenza: ¿Y eso es producto de una mala propaganda? O ¿por qué la gente no ha respaldado un tipo de economía de esa naturaleza?

Porque al quitarle el espíritu a la relación económica… porque ¿qué es la economía? Es una relación social. No es solo monetaria, material. Es una relación en la que concurren diversos actores, para llevarlo ya al plano de lo que hoy se conoce como mercado. Los productores y consumidores se relacionan en el mercado e intercambian productos. Al hablar de productores no es solo pensar en los que producen los alimentos, vestimentas, calzados, sino también los servicios. Entonces, todos estos van al mercado, que van a consumir esos productos, esos servicios. Entran en una relación que desde la perspectiva de libre mercado o neoliberal, interesa básicamente lo que va a producir esa relación en términos monetarios. No en términos sociales, en términos humanos. Por eso es que cosifican al ser humano. El ser humano es una “cosa” que va a producir ingresos para los grupos que controlan la economía. Es decir, generan plusvalía, generan utilidades. En tanto eso, es valorada la persona. Por eso, hoy se dice que en el mercado se queda mucha gente al margen porque no puede responder a la demanda tecnológica o a la exigencia de productividad que el mercado plantea. Entonces ya cambiaron el centro. Para esta economía lo que interesa es la productividad, tener ingresos, el capital.

Pero para la economía solidaria no, para la economía solidaria es retomar las raíces, donde interesa el ser humano y su bienestar. Es decir, una economía con capital, todo, pero orientada al ser humano, a que este sea feliz, capaz de resolver sus problemas.

— Pressenza: ¿En el Perú se ha avanzado en un marco legal al respecto?

Lamentablemente no. Y esto es un problema serio porque con el cambio de constitución en el año 1993 aprobaron que el Estado no debería intervenir en la economía. Que el Estado sería subsidiario a la economía privada, o sea, la economía de los empresarios. Entonces, donde los empresarios no intervienen, recién ahí el Estado puede intervenir. Y si interviene el Estado, en actividades económicas donde la empresa privada cree y siente el derecho de intervenir, constitucionalmente puede ser acusado el Estado. O sea, hay una legalidad que impide un desarrollo adecuado del país y que está orientado a fortalecer precisamente los intereses de los grupos de poder.

— Pressenza: Si no hay un marco legal y no hay voluntad política, ¿cuál es la salida para implementar este tipo de economía?

Mira hay dos cosas importantes a tomar en cuenta. La normatividad o la legalidad se generan a partir de la propia realidad social que está presente y en base a esa realidad se norma. Esa realidad cuestiona esa legalidad. ¿Qué tenemos en el país? Tenemos una economía, digamos, si nos guiáramos por el enfoque capitalista, liberal, el país estaría en la banca rota, porque las empresas que actúan en el país desde una lógica capitalista no lo hacen si no ven que vayan a tener rentabilidad, eso lo planifican obviamente. Hacen su estudio de mercado, tienen más de 10% de su costo-oportunidad, ellos invierten o no invierten. Eso representa el 2% de las empresas existentes en el país. La mediana y la gran empresa. Pero la pequeña y la micro empresa, la economía mayoritaria que es el 98% del país, no se manejan con esos criterios capitalistas; se manejan más bien con una lógica de generarse trabajo y a partir de ello, resolver sus problemas. No de generarse capital, sino autoempleo. La mayoría de la economía de este país está en manos de estas pequeñas y micro empresas.

— Pressenza: La no correspondencia de la economía macro con la micro ¿explicaría el alto grado de informalidad, por ejemplo?

Exacto. Toda la normatividad que hoy tenemos en el país está orientada hacia la gran empresa y las trasnacionales, que además les dan beneficios por invertir en el país, mientras que un bodeguero paga impuestos, pero las mineras por ejemplo, el primer año de inflación o hasta que recupere su capital, no pagaban impuestos. Desde la época de Fujimori se establecieron convenios, hay varios, como el que no se paga por un tiempo hasta recuperar la inversión, otras que lo que paga le descuentan después su aporte a la Sunat; y así hay varias formas. Esos beneficios, los pequeños bodegueros, la pequeña empresa, no lo tienen. Y entonces, todo el engranaje legal está a favor de un sector pequeño de las empresas. La gran mayoría de las empresas no tienen a su favor estos convenios.

Volviendo a las cooperativas, por ejemplo, son esfuerzos de un grupo de personas que se asocian para resolver un problema, sea de producción de servicios, o de crédito, o ahorro, toda esta diversidad de cooperativas; pero también hay gente que realiza una economía delincuencial. Porque hay que diferenciar: no es lo mismo economía informal que economía delincuencial.

Este país tiene tres tipos de economía: la economía formal, la economía informal y la economía delincuencial. La economía delictiva está cada vez más presente, ya lo estaba hace bastante tiempo, pero hoy lo es mucho más. Hay algunos cálculos, porque no hay cifras estadísticas, que por lo menos el 20 a 25% de la economía de nuestro país se mueve con la economía delictiva. Me refiero al narcotráfico, a la minería ilegal, la tala ilegal. No hablo de la formal, sino aquella que se hace al margen de la ley. Y esa economía ¿dónde lava sus ingresos? Lavan en farmacias, hoteles, aerolíneas. Están metidos empresarios, políticos… Vladimiro era uno de los capos, porque el cobraba los cupos. Pero esa economía necesita lavar dinero y a veces utiliza cooperativas también; que se les acusa y hay que investigarlas cierto; pero también hay grandes empresas que lavan dinero. Es decir, esta economía está presente en estas pequeñas y grandes empresas, y utilizaba la política para poder realizarse con normas; pero ya no solo utiliza la política, sino que está dentro de la política. Ya se sabe que por lo menos, hay 20 congresistas de este actual Congreso que están involucrados en relación con el narcotráfico.

Y otra es la economía informal. Esta es por ejemplo, aquella economía que evade impuestos porque en algunos casos no puede sostenerse. Porque no hay una política a favor de estas pequeñas empresas. Debería haber una política que los subvencione y por lo tanto ellos puedan pagar sus impuestos formalmente, como cualquier otro. Una buena cantidad de esta economía informal está en la sobrevivencia, por eso es que no pagan impuestos, están en la informalidad, pero hay otra parte de la economía que sí generan ingresos, utilidades altas, pero están también en la informalidad, para ganar más. Por eso es que están entremezcladas, es difícil hacer ahora una apuesta por un sector de la economía.

— Pressenza: Alfonso, comenzamos la entrevista hablando justamente de un momento sumamente complejo, de cambio… ¿En el sector economía también podremos experimentar eso?

Justamente, te hablaba de la realidad existente. En la lógica de la economía capitalista, donde hay una sola economía y todos los medios hablan de ella, de inversión privada, de libre comercio, la iniciativa empresarial, etc. Pero, la economía que tenemos también tiene otras formas y otras lógicas. Ya te hablaba de las cooperativas, pero también hay asociaciones que hacen actividad económica, o por ejemplo, algunas en la supervivencia. ¿Los comedores populares qué son? Es una economía solidaria, porque se unen un conjunto de señoras que no pueden solas parar su olla, pero que juntas sí lo hacen. Y a través de eso se asocian. Inicialmente comenzaron solas, se han ido empoderando y conquistando esos derechos y luego el gobierno las ha incorporado, pero hoy no alcanza ni el 25% de su presupuesto lo que el gobierno les da, por eso es que tienen que hacer actividades propias. La economía solidaria ahí está presente, en las cooperativas por ejemplo, estas cooperativas que han sido asediadas desde la época de los 70s, y ahora último las cooperativas de ahorro. Pero, por ejemplo, la mejor producción de productos alimenticios de mayor exportación como el café, está sustentada por cooperativas, es decir, estas cooperativas, sin apoyo del gobierno, y a pesar de la violencia –ya que el café se produce en zona donde había terrorismo, y muchas han sufrido el embate de este- han sabido sobrevivir y hoy son expresión de orgullo, porque el mejor café a nivel mundial muchas veces se ha logrado gracias a estas cooperativas. O sea, somos reconocidos mundialmente por un buen café. Y ahora el cacao, y así otros productos. Entonces, esas son cooperativas que forman parte de la economía solidaria. Están formalizadas, lo que faltan son políticas públicas que las potencien.

Las juntas, los bancos que hacen préstamos que se realizan a nivel popular también son consideradas dentro de la economía solidaria, porque son iniciativas de ciudadanos, de personas que buscan alguna asociatividad -tal vez no toda su actividad productiva o económica-, pero alguna parte de ellas, y en este caso la parte del ahorro. Gracias a ese ahorro, que a veces son pequeños, pueden mantener luego su actividad económica, de manera colectiva. Entonces, esto es economía solidaria.

Y ahí también hay que señalar las ferias, porque tienen un componente muy interesante: primero es asociativa porque se juntan un conjunto de personas para vender juntos sus productos, va directamente del productor al consumidor. Pero además, buscan que sus productos sean de calidad y sanos, ecológicos, orgánicos. De esta manera contribuyen a la salud de las personas, pero también del planeta. Frente al cambio climático que ahora sufrimos, este tipo de actividad productiva es una actividad saludable y no la que mayoritariamente se desarrolla en el país, que para producir alimentos usan agroquímicos; por lo tanto, los agroquímicos secan la tierra, la infertilizan por un buen tiempo. Y además, los productos con esos agroquímicos, nos lo comemos nosotros y estos producen cantidad de enfermedades. Entonces, estos productos que son producto de la asociatividad, que están en las ferias, que apoyamos desde la Red Peruana de Comercio Justo, están contribuyendo a una economía social, para generar ingresos para su familia, pero también están contribuyendo a la sociedad, a la salud de los vecinos.

— Pressenza: ¿Cómo se formó la Red de Economía Solidaria del Perú?

El año 1997 en el Perú se formó lo que se llama Red de Economía Solidaria del Perú, esta iniciativa la impulsamos al ver en un simposio internacional que organizamos, que era viable hacer una economía social en las distintas esferas, porque en ese evento vimos experiencias interesantes a nivel mundial, desde el ahorro, desde la tecnología, etc. Entonces, ahí decidimos que aquellas organizaciones que apuestan por una economía en la que las personas y la sociedad se beneficien -no solo para unos cuantos y que no esté orientada solo al capital, sino que dignifique el trabajo-; esa fecha nos juntamos esta red para promover este tipo de economía.

Pero claro, nosotros desde el principio dijimos “no vamos a crear nuevas iniciativas económicas, lo que vamos a hacer es evidenciar lo que existe”, porque ya habían estas cooperativas años antes, de las asociaciones, de las comunidades. Y promoverlas, y buscar articularlas, para juntos plantear propuestas ya de carácter nacional.

De esa manera hemos promovido tres tipos de experiencias: los grupos de iniciativa local, que persigue que gente que hace un tipo de economía se una, por ejemplo las cooperativas y juntas para ver el tema del ahorro, o los productores locales, que están en un mismo territorio concreto. Entonces, ellos que se asocien, y que generen una pequeña dinámica local.

Y que los municipios, los gobiernos locales, sean parte de este proceso y de ahí se genere entidades tecnológicas para fortalecer esa dinámica mediante entidades financieras que aporten a ese desarrollo. Y que desde lo local, ver el mundo, es decir, que puedan llevar a distintas partes sus productos, al país y al mundo. Esa es una iniciativa que hemos promovido a nivel local.

Otra experiencia es el comercio justo, que la distribución de estos productos y servicios que hay, se difundan, a través de estas ferias, dentro de un enfoque de comercio justo. El comercio justo busca valorar o revalorar la relación entre los productores y los consumidores, y ahora le hemos agregado “con respeto a la naturaleza”. Es decir, una relación armoniosa entre productores, consumidores y la naturaleza, donde la actividad del comercio no esté orientada solamente a cómo yo te saco más a ti, te pago menos para obtener mayores utilidades, sino que valoro tu trabajo y al valorarlo, tú me vas a dar mejor producto. Entonces salimos ganando todos. Ese es el comercio justo que proponemos en el Perú, que se expresa en estas ferias tanto de artesanías, café, alimentos. Lamentablemente todavía son pequeñas, pero ahí hay un germen y existen, ahí están.

Pressenza: ¿A nivel internacional se ha logrado normarlas?

Ya lo han hecho. En Ecuador ya lo han hecho, en Colombia hace años, en Brasil, en Argentina, en Costa Rica, en México mismo están discutiendo normatividad para la economía social solidaria. Pero el Perú está retrasado en eso, a pesar de que las iniciativas de estas organizaciones, las redes hemos planteado propuestas desde hace dos parlamentos atrás, que fueron acogidas, pero luego dijeron “no, la Constitución nos impide”.

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Fuente: Publicado el 5 de setiembre 2018 en el portal Pressenza: https://www.pressenza.com/es/2018/09/la-economia-no-esta-al-margen-de-lo-social-y-ambiental/
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