Madre de Dios es reconocida por su biodiversidad. Sin embargo, parte de su territorio ha sido devastado y el resto corre peligro, principalmente, por la actividad minera, en su mayoría ilegal. Aprovechando la llegada del papa Francisco, ¿se podrá colocar en agenda este y otros problemas casi endémicos que aquejan a la región amazónica? ¿El Estado priorizará políticas públicas para contrarrestar estos temas?
Por Meylinn Castro
Servindi, 16 de enero, 2018.- Cuando se confirmó la llegada del papa Francisco a Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, Miguel Cabrejos Vidarte, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), sostuvo que la visita a esta zona se haría por considerarla “símbolo de los pueblos originarios y amazónicos”.
En ese entonces, el monseñor Cabrejos Vidarte manifestó que los temas sociales y ambientales también motivaron al Sumo Pontífice a realizar este viaje. “Como todos sabemos, el papa publicó la encíclica Laudato Si, que es justamente el cuidado, la invitación a la responsabilidad que debemos tener todos con nuestra hermana naturaleza”, señaló.
Durante la estadía del papa en Puerto Maldonado –programada para el 19 de enero-, sostendrá un encuentro con más de 100 comunidades nativas procedentes de Perú, Bolivia y Brasil. Se estima que un aproximado de 3 500 fieles, integrados principalmente por las delegaciones indígenas, acudirán al Coliseo Regional Madre de Dios.
A escasos días de la venida del Santo Padre y la expectativa por el discurso que ofrecerá, compartimos cinco verdades que describen la situación actual de Madre de Dios. Una realidad que no solo debe ser conocida por el papa, sino por todos los peruanos y peruanas.
1. Capital de la biodiversidad
El 21 de mayo de 1994, el Congreso de la República declaró a Madre de Dios como la “Capital de la Biodiversidad del Perú”. Esto debido a la variedad de especies de flora y fauna silvestre existente en los más de 85 mil kilómetros cuadrados (km2) de su superficie.
Gran parte de la biodiversidad de esta región, ubicada en la selva sur de Perú, se refleja en las áreas naturales protegidas que posee. La Reserva Nacional Tambopata, el Parque Nacional del Manu y la Reserva Comunal Amarakaeri son algunos escenarios naturales. En su totalidad, representan más de 8 millones de hectáreas.
Estas áreas naturales son importantes por la gran diversidad de servicios ecosistémicos que nos brindan. Dentro de estos se encuentran el suministro de agua para el consumo humano y la mitigación de los efectos del cambio climático, según lo indica el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
2. Habitan 8 pueblos originarios
Los guardianes de toda la biodiversidad de la región son principalmente los pueblos originarios. De los 55 pueblos indígenas u originarios que se reconocen en Perú, ocho de ellos habitan en el territorio de Madre de Dios. Se trata de los Amahuaca, Ese eja, Harakbut, Iñapari, Shipibo-konibo, Yine, Mashco Piro y Matsigenka.
Los dos últimos mencionados son denominados oficialmente como Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI) debido a que no han tenido acercamiento con los demás integrantes de la sociedad porque han decidido no hacerlo o algunos han iniciado un proceso de aproximación.
Al depender de los recursos ofrecidos por la naturaleza –pesca, caza y recolección–, los PIACI se encuentran en una situación de vulnerabilidad a causa de continuas amenazas y agresiones a su entorno.
A ello se suma, el desconocimiento de las normas que garantizan la protección de sus territorios y el derecho a decidir sobre su futuro. Sin identidad reconocida, sin mecanismos propios de interlocución, los PIACI tienen escasas posibilidades de protegerse y se encuentran a merced de múltiples agresiones a su hábitat.
3. 90 por ciento de la minería es ilegal
A pesar de su vasta riqueza, el territorio de Madre de Dios se encuentra en constante deterioro debido a una serie de problemas. Uno de estos es la minería ilegal. En esta zona amazónica, el 90 por ciento de minería es ilegal o informal, de acuerdo con el libro La realidad minera en los países amazónicos publicado por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
Esta actividad genera impactos negativos en materia ambiental, salud humana y socioeconómica, provocando la deforestación de miles de hectáreas de bosques y contaminación de las fuentes de agua. De esta manera, se perjudica la condición basica de vida de las poblaciones amazónicas.
Solo en “La Pampa” –ubicada entre los kilómetros 87 y 130 de la carretera Interoceánica en Madre de Dios–, la deforestación causada por la minería ilegal ha aumentado 725 hectáreas entre agosto de 2014 y julio de 2015.
La cifra equivale a mil campos de fútbol, según el informe del Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP).
4. Tercera región con más denuncias por trata de personas
Hace más de un año, un video revelador del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex) causó la indignación de la población. Bajo el #NoMásNiñasInvisibles se dio a conocer la cruda realidad de la trata de las mujeres y niñas que habitan en la zona conocida como “La Pampa”.
La trata ocurre comúnmente en los alrededores de los centros mineros, campamentos e invasiones. Las víctimas son captadas de múltiples formas: ofertas laborales engañosas, secuestro, compra y venta de personas o a través de las redes sociales. Madre de Dios es la tercera región con más denuncias por trata de personas en Perú.
Las mujeres en “La Pampa” son explotadas laboralmente, con una jornada que supera las 40 horas semanales, y sexualmente bajo la amenaza de castigos. El 36 por ciento de ellas abortaron alguna vez. El mismo porcentaje no cuenta con un Seguro Integral de Salud (SIS).
5. Cifras elevadas de violencia doméstica
En 2015, el 35.5 por ciento de las mujeres de Madre de Dios reportaron haber sufrido de violencia física y el 9.2 por ciento de violencia sexual por parte de sus parejas, conforme el informe Diagnóstico de Género en la Amazonía al 2017 elaborado por la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso de la República.
Al alto índice de violencia familiar se suma la naturalización de esta. “El 43 por ciento de mujeres que sufrió de violencia física no lo denunció por no considerarlo necesario y el 13.4 por ciento por no querer causarle mayores complicaciones al mismo agresor”, reza el informe. Estas cifras representan las más altas en la Amazonía.
Desde hace unos meses, el Estado está muy pendiente de los preparativos para recibir al papa Francisco. Se estima que más de 37 millones de soles se han destinado para la visita (casi 12 millones de dólares) del también llamado ‘papa ambientalista’. Aprovechando su estadía ¿podrá colocar en agenda estos temas? ¿El discurso que ofrecerá estará vinculado a la lucha contra la minería ilegal, la trata de personas y la violencia de género? ¿El Estado priorizará políticas públicas para contrarrestar estos problemas? Dentro de poco lo sabremos.
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