"Para aquellos que os han hecho daño y sobre todo por la indiferencia del mundo, os pido perdón. Perdón", sostuvo el líder católico en Bangladesh, país destino del éxodo ronhinyá. Sin embargo, previamente en Birmania evitó mencionarles directamente ya que "rohinyá" se considera una palabra tabú.
Servindi, 3 de diciembre, 2017.- "Quizá podemos hacer poco por vosotros, pero vuestra tragedia tiene mucho espacio en nuestro corazón. Para aquellos que os han hecho daño y sobre todo por la indiferencia del mundo, os pido perdón. Perdón".
Fueron las palabras que el papa Francisco dirigió a la etnia rohinyá, que actualmente sufre una cruel persecución por sus creencias religiosas en el territorio birmano. El líder católico expresó este mensaje durante su visita a Birmania y Bangladesh, la cual concluyó este fin de semana.
"Rohinyá", la palabra prohibida
En días previos Francisco llegó primero a Myanmar (Birmania), en donde se reunió con líderes de ese país. Sin embargo, evitó referirse directamente a los "rohinyá", una minoría étnica que viene siendo prácticamente expulsada del territorio birmano, cuyos desplazados superan los 600 mil y actualmente están asentados en el vecino Bangladesh, adonde llegan a diario en busca de auxilio.
La sola mención de la palabra "rohinyá", en el territorio birmano es un tabú. Por eso, durante la visita papal a la capital birmana de Naipyidó y ante los líderes políticos y religiosos, se omitió la mención de este pueblo.
Pese a que el pontífice invocó al respeto de otras etnias y su identidad, esta omisión generó diversas reacciones en la comunidad internacional que criticaron esta actitud.
Sin embargo, una vez en Daca, capital de Bangladesh –pais que recibe a los rohinyás– el papa les nombró por su nombre, rohinyás, aquel pueblo que al ser una minoría étnica y religiosa en un país de mayoría budista, viene siendo expulsado y sometido de las peores formas de maltrato, pese la condena y presión de la comunidad internacional.
Y es que desde Birmania se cuestiona que los rohinyás tengan una relación histórica con dicho estado, considerándolos sin vínculos religiosos, culturales o sociales.
“Bangladesh es el mejor ejemplo de interreligiosidad del mundo”, sostuvo uno de los religiosos que acompañó el acto en Daca. Un claro contraste con su vecino.
Al cierre del encuentro, una delegación de 16 ronhinyás procedentes de los campos de refugiados logró ver a Francisco y ser escuchada. Ellos y Francisco se conmovieron.
"La presencia de Dios hoy también se llama rohinyá. Que cada uno tenga su respuesta", dijo el pontífice tras el encuentro con los 16 miembros.
"Sabía que conocería a los rohinyás, pero no sabía dónde ni cuando, era la condición del viaje para mí", sostuvo durante su retorno a Roma.
Conozca las impresiones durante la visita del papa Francisco a Birmania, antes de llegar a Bangladesh.
Añadir nuevo comentario