Por Genaro Bautista
AIPIN, 1 de junio, 2015.- Una condena generalizada de la cual aún no se libra, por mofarse de indígenas, recibió el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) mexicano, Lorenzo Córdova Vianello, de parte de los liderazgos de pueblos, comunidades, organizaciones, legisladores, funcionarios, autoridades, así como de diversos sectores indígenas.
Difundida el pasado 19 de mayo la conversación telefónica de Córdova con el secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, el árbitro electoral mexicano, fue exhibido de cara a la nación como un hombre carente del más elemental respeto a Mauricio Mata Soria, secretario estatal del Gobierno Nacional Indígena en Guanajuato.
En la conversación que sostuvieron el 24 de abril, difundida en las redes sociales, al joven académico del INE le afloró su vena racista para burlarse de la forma de hablar de los dirigentes, y tildar de dramáticas las reuniones que sostuvo con los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Mauricio Mata, quien es originario de la comunidad de Misión de Arnedo, Victoria, Guanajuato, -centro noreste de México-, planteó que el presidente del Instituto no puede burlarse de los 18 millones de indígenas que existen en el país, los cuales no tienen ni un solo representante en el Congreso de la Unión.
El affaire de Córdova, recibió de inmediato la indignación de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (CONAMI) quienes condenaron el discurso discriminatorio y racista del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdoba y del Consejero Edmundo Jacobo Medina.
Las mujeres indígenas encabezadas por Fabiola del Jurado, náhuatl del estado de Morelos y Patricia Torres, p’urhépecha de Pichataro, Michoacán, expresaron su indignación por la actitud de ambos funcionarios, pues muestra de sobremanera que en “México sólo en los discursos políticos se habla de poner fin a la discriminación y desigualdad, y no como parte de un interés real de transformar las brechas de desigualdad, pobreza y falta de acceso a la justicia, así como el respeto a los Derechos de los Pueblos y de las Mujeres Indígenas”, apuntaron.
El acto del presidente del INE expusieron va en contra de lo estipulado tanto en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
En el mismo sentido, se dejaron sentir una andanada de cuestionamientos contra Lorenzo Córdova de otros organismos nativos, quien, en principio, solo atinó a pedir perdón si alguien se sentía agraviado.
La misma Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz, invitada a un encuentro con el Instituto Nacional Electoral, recomendó al INE ofrecer las disculpas respectivas.
Martha Sánchez Néstor, amuzga de Guerrero y actual secretaria de Pueblos Indígenas del gobierno en esa entidad, externó su indignación, al igual que Saúl Vicente Vázquez, del pueblo zapoteco, presidente municipal de Juchitán, Oaxaca.
En tanto, para Servicios del Pueblo Mixe de Oaxaca, en México no solo se niega el “aceptar que somos sujetos de derechos sino que pisotean nuestra dignidad tratando de extinguir a nuestros pueblos”, enfatizaron.
En la grabación, que desató el enojo contra Córdova se dice: “a ver, güey, te voy a decir cómo hablaba… Me decía: ‘yo jefe gran nación chichimeca, vengo Guanajuato, yo decir a ti o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones’”.
Para representantes originarios, las expresiones de Córdova, quien parodia el fraseo en “infinitivo sioux” del líder, desnudan una personalidad frívola, prejuiciosa, discriminadora, contraria a lo esperado de un funcionario de su prestigio, y nivel de responsabilidad.
Luis Vega, presidente del Consejo Supremo Ñhañhu, de Hidalgo, Daniel Salazar, Neikisima, líder kikapú de Coahuila y consejero de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, exigieron respeto hacia los pueblos indios.
Vega Cardón, señaló que no se ha ‘‘terminado con la discriminación hacia los indígenas. Nosotros no tenemos la culpa de nacer en una comunidad cuya lengua no es el español. No nos ofendemos porque otros no hablen nuestras lenguas, somos respetuosos y no discriminamos, pero lo dicho por el presidente del INE es retroceder a la época de la Conquista; debe renunciar al cargo por la trascendencia que esto tiene para los ciudadanos.
Daniel Salazar, kikapú, estimó que no es un asunto menor y pidió sanciones severas contra Lorenzo Córdova.
En la misma tesitura se pronunciaron, Alfredo Quintero Urias, coordinador general del Congreso Yorem y Migrantes de Sinaloa, Miguel Sandez, exlíder comunal cucapá de Baja California y Thikiva Kimi Mariano García, coordinadora de Mujeres del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB).
El académico tzeltal José Alfredo López, Margarito Ruiz, dirigente del MIN en Chiapas, Wenceslao Herrero Coyac, profesor de educación indígena, Jaime Ermilo Novel, maya de Yucatán, Benito Hernández, mazahua del estado de México exigieron la renuncia del presidente del Instituto Nacional Electoral.
Sin embargo, Córdova fue arropado de inmediato por la clase política mexicana con lo que se fortalece el señalamiento del poeta Mardonio Carballo, en el sentido de que la actitud del funcionario, sólo refleja la manera de pensar de un gran sector de la sociedad mexicana.
Los pueblos, comunidades u organizaciones indígenas, exigen al igual que el Consejo Supremo de la Alta y Baja Tarahumara, además de la remoción de Lorenzo Córdova Vianello; que el INE implemente un mecanismo a fin de que se asegure la representatividad indígena en el Congreso de la Unión, esto es, garantizar en los hechos la existencia de diputados y senadores nativos.
Pero, apuntan, no solo como establece actualmente la legislación electoral, donde estipula la obligación de los partidos políticos a la cuota indígena, dado que esos institutos no respetan la disposición.
Plantean ir más allá. Esto es, que el INE convoque a los pueblos indígenas y los servidores públicos correspondientes a mesas de diálogo y acuerdos sobre la exigencia de las últimas décadas para que los pueblos indígenas puedan elegir diputados y senadores propios sin recurrir a los partidos políticos, demandas expresadas desde los Acuerdos de San Andrés Larrainzar en 1996, y que siguen siendo una asignatura pendiente.
En este proceso electoral, del 7 de junio en el que se elegirán 500 diputados federales, los nueve partidos dejaron sin representantes indígenas en el parlamento nacional.
Ante el escándalo, legisladores indígenas federales y locales, cuestionaron al titular del INE y demandaron un juicio político.
Héctor Pedraza Olguín, nhañhu, de Hidalgo, actual diputado local, emplazó al Instituto Nacional Electoral a crear mecanismos que obliguen a los partidos políticos a respetar los espacios destinados para los pueblos indígenas, pero que sean líderes comprometidos con sus lugares de origen.
Por su parte, los diputados federales Carlos de Jesús Alejandro, náhuatl de Guerrero así como Juan Luis Martínez, cuicateco de Oaxaca, pidieron a sus bancadas no dejar pasar el hecho y aplicar una sanción ejemplar a Lorenzo Córdova.
Una vez más, los pueblos indígenas quedarán sin representantes directos, los escasos diputados de pueblos originarios que arriben, lo harán por algún partido político, pero al igual que en la legislatura que está por concluir, la incidencia para sus representados será nula.
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