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Un maestro nomatsigenga

Por Javier Ugaz

7 de julio, 2014.- Katagétai ogomeantatsiri, saludan los niños a Máximo Casancho Francisco mientras ingresan al salón de clases un día cualquiera en la comunidad de San Ramón, en el caluroso distrito de Pangoa. Buenos días, profesor. Katagétai janekijégi, buenos días, estudiantes, responde.

Esté en Lima o en su comunidad, reconocer a Máximo no es difícil: viste una cushma característica de su pueblo (nomatsigenga), anda descalzo y sobre su cabeza lleva una corona de plumas que luce con orgullo. Los cuarenta estudiantes de primero, segundo y tercer grados de primaria que tuvo a su cargo el año pasado lo saludan con cariño y admiración. En la comunidad es un poblador que habla con la sensatez y la experiencia de quien ha vivido casi medio siglo junto a su pueblo y que ha formado a lo largo de 25 años de docencia a cientos de jóvenes nomatsigengas que hoy son profesionales, técnicos y personas de bien. Algunos de sus exalumnos son sus colegas en las escuelas de la comunidad. “Varias de nuestras autoridades son también exalumnos míos. Yo les digo a los niños: tenemos enfermeros, profesores, ingenieros, policías, etc. pero aún nos falta un abogado que defienda los derechos de nuestro pueblo. Ah, y también nos falta tener un alcalde”, los anima.

El profesor Casancho forma parte del equipo de 14 docentes que se encuentran en estos días en Lima elaborando las matrices de los cuadernos de trabajo en lengua nomatsigenga para inicial y primaria que se distribuirán en el 2015. “Son materiales muy necesarios para que los niños reconozcan su lengua, su identidad y mejoren sus aprendizajes”, afirma.

La Dirección General de Educación Intercultural Bilingüe y Rural del Ministerio de Educación los ha reunido en el centro vacacional Huampaní para fortalecer las capacidades de estos maestros bilingües, que tendrán la gratificante misión de confeccionar cuadernos de trabajo para sus estudiantes. Para inicial vamos a elaborar dos cuadernos de trabajo (uno para 4 años y otro para 5 años) y cada grado de primaria tendrá un cuaderno de matemáticas, otro de comunicación y otro de ciencias y ciudadanía, ¡todos en la lengua!, exclama.

El conocimiento, la espiritualidad, la salud y la alimentación son elementos claves en la cosmovisión del pueblo nomatsigenka para alcanzar el buen vivir. Gráfico diseñado por los maestros bilingües durante el taller de elaboración de materiales para las escuelas EIB.

Educación bilingüe

Máximo Casancho atribuye el éxito de su trabajo a la enseñanza bilingüe e intercultural. “Los niños adquieren mayor confianza, se desenvuelven con iniciativa y animosidad cuando aprenden en su lengua originaria. Y es normal, cuando les enseño en castellano como segunda lengua, aprenden lentamente. Si les enseñara solo en castellano, sin metodología, aprenderían muy poco”, sostiene.

Por el contrario, enseñando en la lengua de los niños me permite afianzar sus conocimientos, aprenden más rápido y pierdan temor de opinar e intervenir en clase, dice.

En mi época de estudiante estaba prohibido hablar la lengua. Si el profesor escuchaba que alguien hablaba en nomatsigenga lo castigaba con callejón oscuro: nos hacía pegarle al compañero con un palo en sus piernas mientras recorría la fila.

¿Cómo trabajó en aula multigrado?

Tengo a mi cargo primero, segundo y tercero de primaria y debo esforzarme mucho para programar las sesiones de aprendizaje para cada grado. Por ejemplo, si trabajo sumas, nos vamos al patio y hacemos un juego de grupo. Formen grupos de dos, de tres, de cuatro, hasta de diez, les digo. Si noto que un niño está desanimado, pido a sus compañeros que lo incluyan en sus grupos y así todos se disputan por tenerlo. Ya en el aula, vamos reflexionando sobre cuántos grupos hemos formado con los niños y así, hasta que todos participan. Vamos dejando que intervengan por grupos y por grados. Después, proponemos las operaciones matemáticas respectivas.

¿Cómo hacer para que los niños aprendan en castellano y en la lengua originaria?

El área de Comunicación está dividida en dos. Una para la primera lengua, o sea nomatsigenga, y otra para castellano como L2. Cantamos una canción sobre un tema. Luego preguntamos qué mensaje trae, por ejemplo, sobre la mamá. Hablamos sobre la mamá y la obediencia. Luego preguntamos, ¿quieren aprender cómo se escribe mamá en la lengua primero? Sí, contestan. ¿Cómo se dice? Iná, contestan. ¿Saben cómo se dice en castellano? Solo uno o dos saben. Con primer grado empezamos con la palabra mamá y su sonido, y en el caso de la lengua originaria con la palabra iná. Y así van desarrollando actividades según el grado. Según la programación, un día trabajamos sesiones en la lengua originaria y otro día el castellano como segunda lengua.

Las carencias

Una de las dificultades que tengo es que no puedo desplazarme en el aula, por falta de espacio. Con frecuencia debo pedirles permiso para ver los trabajos de los demás niños, tengo que dirigir de lejos. Otro de los problemas es que los padres no colaboran con los aprendizajes de sus hijos. Nos dejan a los maestros solos en esta tarea. La mayoría de los padres son agricultores y desde temprano se van a las chacras. Algunos que son dueños de sus chacras ayudan a sus hijos, se dan tiempo de estar con ellos, pero aquellos padres que son jornaleros tienen que cumplir la hora exacta, llegan cansados al atardecer y no apoyan en las tareas escolares. Los que no reciben apoyo de sus padres avanzan menos. Además, esperamos que para este año, los materiales educativos lleguen a tiempo.

¿Qué es lo más valioso que tengo?

Mis estudiantes, sin duda. Mi principal fortaleza es mi vocación de maestro. En cada niño y en cada niña que asiste a la escuela veo a futuros profesionales contribuyendo con la comunidad. En los ojos de estos niños está el futuro de una comunidad próspera y con bienestar para todos. Ese es nuestro rol como maestros.

La mayor satisfacción de Máximo es enseñar y su mayor premio el agradecimiento de sus niños. Aroke ogomeantatsiri. Gracias, profesor.

Pueblo solidario En la época de la violencia, el pueblo nomatsigenga acogió en su territorio a cientos de ashaninkas que huían de las hordas senderistas. Al cabo de diez años, aquellos pudieron retornar a sus lugares de origen.
Escuelas en San Ramón Hace unos años, la comunidad fue dividida en cuatro sectores: El Porvenir, Los Huérfanos, Casancho y Michikuri, los cuales poseen una institución educativa tanto de inicial como de primaria. Esto ha permitido que todos los niños y niñas de la zona tengan acceso a la escuela. En la comunidad de San Ramón de Pangoa viven alrededor de mil 500 nomatsigengas entre adultos y niños.

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Fuente: Dirección General Intercultural de Educación Bilingüe y Rural (Digeibir): http://www.digeibir.gob.pe/articulos/un-maestro-nomatsigenga

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Comentarios

Estas experiencias de docentes indígenas y nativos existen tanto en la Amazonia y los Andes del Perú, lo que falta es visibilizarlos, documentar y sistematizar sus experiencias. Publicar para que los otros pueblos conozcan que los pueblos y los maestros indígenas aún no han desaparecido. Como muchos que niegan su existencia creen que ya desaparecieron por ser “minorías “, étnicas lo cual es completamente falso en el VRAEM, viven pobladores Matziguengas y Ashaninkas , muchos de los cuales ya no visten su Kusma pero hablan su Matziguenga , Ashaninka , Quechua y el Castellano, es decir son trilingües.

excelente ...

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