Por Pedro Castillo
13 de febrero, 2013.- Hasta hace muy poco, el presidente Ollanta Humala había sido criticado por deslizar su desprecio hacia la pequeña agricultura y ganadería al referirse a ellas como «actividades arcaicas y artesanales » (1).
Sin embargo, en un giro de 180 grados, en los últimos días declaró que quiere apoyar a los pequeños agricultores: «No es un tema de capacidades, es un tema de oportunidades […] queremos dar la oportunidad para que el minifundio y los pequeños agricultores demuestren que son eficientes» (2).
En casi sesenta días, los arcaicos artesanales merecen una oportunidad para demostrar que sí se puede. ¿Los resultados preliminares del reciente IV Censo Agropecuario tienen algo que ver en este cambio presidencial?
Las implicancias del censo
El Perú tiene 528,106 nuevas unidades agropecuarias (u.a.), según los resultados preliminares del IV Censo Nacional Agropecuario (IV Cenagro), cifra que representa un incremento de 30% en relación con 1994 (ver mas información en las páginas 10 y 11).Ahora las u.a. ascendieron a casi 2.3 millones, cifra superior a la registrada en 1994 (1.7 millones).
Los primeros resultados del IV Cenagro también revelan un total actual de cinco millones 136,043 parcelas (las u.a. se dividen en parcelas). Estas cifras difieren de las estadísticas de Cofopri —órgano que tenía hasta hace poco la función de la formalización de la propiedad rural—, que al año 2009 daba cuenta de la existencia de un total estimado de tres millones 750,000 predios rurales. ¿Han aumentado un millón 386,043 parcelas en tan solo tres años? Es evidente, entonces, que los resultados finales del IV Cenagro son más que necesarios para conocer la realidad.
Vigencia del minifundio
No se trata de hacer una apología del minifundio; simplemente, es una confirmación de su vigencia y permanencia en el mundo rural peruano. Una gran cantidad de peruanos tiene en el minifundio un respaldo para resistir en el campo y no abandonar su chacra, por más pequeña que esta sea, e irse a la ciudad.
Es posible que sin sus pequeñas parcelas los pobladores rurales sean aún más pobres. Si en el campo predomina lo pequeño, ¿por qué no crear políticas públicas que promuevan su desarrollo? Una de estas políticas debe estar dirigida a enfrentar uno de los problemas más serios y actuales en el campo peruano, que afecta tanto a pequeños agricultores como a comunidades campesinas y nativas: la falta de formalización de la propiedad. Los intentos por formalizar la propiedad rural vienen desde el Gobierno Militar, a finales de la década de 1970.
Sin embargo, el intento más sostenido para enfrentar la falta de títulos de propiedad y, en general, la falta de saneamiento jurídico de la propiedad se dio en 1991, con la creación del Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural (PETT). No obstante, su labor se vio interrumpida cuando Cofopri pasó a liderar el proceso. Posteriormente, para complicar más las cosas, esa tarea paso a manos de los gobiernos regionales, lo que generó desorden, hasta el punto de no saberse quién tenía la rectoría en esta materia.
Nueva rectoría en la formalización de tierras
Al parecer, la oportunidad de la que ha hablado el presidente Humala tiene que ver con la formalización de la propiedad de los agricultores minifundistas, que —como de seguro ha comprobado— sigue aumentando. Hoy día, hay muchos más que hace dos décadas. Ello puede explicar, en parte, el por qué la rectoría en materia de saneamiento físico legal y formalización de la propiedad agraria regresa al Ministerio de Agricultura (Minag).
En efecto, mediante Decreto Supremo 001-2013-AG, del 25 de enero último, el Minag recupera esta competencia y de ahora hacia adelante capacitará a los gobiernos regionales en esta materia. Qué duda cabe de que tener derechos seguros sobre un recurso como la tierra es importante. Sin embargo, si bien se reconoce la importancia del derecho de propiedad —no solo en los aspectos económicos, sino también en el plano social y político—, el actual gobierno debe tener presente que ello no lo es todo.
Es necesario también dotar a la pequeña agricultura (léase, minifundio) de acceso a servicios, infraestructura en carreteras, riego, investigación, promoción, etc. El presidente Humala tiene en frente la oportunidad de lograr cambios importantes que sus antecesores no quisieron realizar.
Notas
(1) Entrevista en el diario español El País, 18 de noviembre de 2012.
(2) Diario Gestión, lunes 21 de enero de 2013.
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Fuente: La revista Agraria N° 147: http://americalatina.landcoalition.org/sites/default/files/LRA-147.pdf
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