Fósil de ballena en el desierto de Ica. El Dakar 2012 los dañó y dejó toneladas de basura
Servindi, 9 de enero, 2013.- Una nueva edición del Rally Dakar se inició y al igual que en otros años se ha hecho evidente que los gobiernos se encuentran más interesados en el “beneficio” económico que genera este tipo de eventos que en la defensa del patrimonio cultural, arqueológico y paleontológico.
A esta conclusión se llega luego de ver cómo autoridades hacen oídos sordos ante las demandas de organizaciones medioambientales y de defensa del citado patrimonio, que señalan que la competición provocará graves daños a lo largo de su recorrido por los países de Perú, Argentina y Chile.
Estos daños tal como lo señala el especialista Rodolfo Salas Gismondi, del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), se darían sobre miles de fósiles que yacen, solo por citar un ejemplo, en la superficie del desierto de Ocucaje en Ica, Perú.
En este mismo desierto al igual que en otras parte de Ica como, por ejemplo, en Paracas se pueden encontrar geoglifos, la mayoría de ellos, sin la fama de sus pares de Nazca, ya han tenido que soportar una vez más el paso, muy cerca, de los vehículos a gran velocidad.
El estudioso denunció que el Ministerio de Cultura desconociendo la situación actual de los fósiles que se hallan en los desiertos de Ica y Arequipa, por donde transitarán más de 400 vehículos del Dakar, ha lanzado una campaña para reducir “considerablemente” el daño sobre los mismos.
Sin embargo, la decisión parece haberse tomado de forma apresurada debido a que solo faltando cinco días para el inicio de la publicitada competición, autoridades del Ministerio de Cultura de la región Ica no habrían sido informadas oficialmente sobre la campaña, explica Salas Gismondi.
El mismo se pregunta si el instituto privado que asesora a la cartera de Cultura cuenta con la acreditación académica que garantice una evaluación seria y profesional sobre lo que se pueda hallar en nuestros desiertos, que han sido tratados por los gobiernos como territorios baldíos y carentes de valor.
A los daños provocados por los vehículos se deben sumar aquellos generados por los espectadores. Klaus Hönninger, director de la Asociación Museo Paleontológico Meyer Hönninger de Perú, denunció el daño que sufrió el esqueleto de una ballena de 20 millones de años de antigüedad.
El hecho se dio durante la edición pasada del Rally Dakar. En aquella ocasión el esqueleto del cetáceo sufrió el retiro de sus vértebras para ser usados como bancos por los espectadores que querían ver sentados el paso de los vehículos pesados y ligeros.
Hönninger responsabilizó de este hecho y de otros parecidos, como, por ejemplo, la destrucción de fósiles de delfín y de otros restos de ballena, al Ministerio de Cultura que se queda callado “porque saben que tienen una responsabilidad”.
Pero si la situación en Perú es grave Chile no ha sido la excepción. Desde que la competición se trasladó a Sudamérica, el país sureño ha visto como grupos medioambientalitas y defensores del patrimonio cultural y arqueológico protestan en contra del Estado que avala este tipo de competiciones.
El 18 de diciembre del 2012 ellos presentaron un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones, en contra del subsecretario de Deportes Gabriel Ruiz Tagle, por haber aprobado el paso del Dakar por el desierto de Atacama.
En este mismo mes, el Colegio de Arqueólogos se pronunció sobre el tema a través de un comunicado en el que señala que en sus distintas versiones la competición ha provocado la destrucción de sitios arqueológicos, conducta que constituye un delito, de acuerdo a lo prescrito por el artículo 38 de la Ley de Monumentos.
Pero la parte más grave de su denuncia tiene que ver con que el Estado ha eximido de estos delitos a los organizadores del Dakar, la empresa Amaury Sport Organisation, quienes no han asumido su propia responsabilidad ante estos ilícitos.
Esto significa que el Consejo de Defensa del Estado, encargado de perseguir a los culpables en los casos de destrucción de sitios arqueológicos y de demandar indemnizaciones a través de la Acción por Daño Ambiental, se vea impedido de actuar.
Paola González, vicepresidenta del Colegio de Arqueólogos, sostuvo que en adelante si una empresa incurre en el delito de destrucción de sitios arqueológicos, haciendo uso del principio de igualdad ante la ley pueda negarse a pagar o implementar cualquier medida de compensación.
En su declaración la institución lamenta que el Poder Judicial haya negado de manera sistemática el derecho a justicia desestimando todos los recursos y denuncias formuladas en contra del Rally Dakar.
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