Servindi, 5 de julio, 2012.- A pesar de que la mortalidad materna bajó un 41% en América Latina y El Caribe entre en los últimos 20 años, las poblaciones pobres e indígenas siguen presentando altas tasas de mortalidad.
Ello según los datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presentados ayer por Virginia Camacho, asesora regional en salud sexual y reproductiva del Fondo de Población de la ONU.
Cada año mueren 8.800 mujeres por complicaciones del embarazo, parto y postparto; y en América, se registran unas 80 muertes maternas por cada cien mil nacidos vivos, mientras que la cifra a nivel global es de 210 decesos.
"Las muertes maternas pueden duplicarse o triplicarse en países donde las mujeres tienen menos acceso a la atención profesional del parto", según el Fondo de Población.
En Guatemala cerca del 70 % de las muertes maternas ocurren entre mujeres indígenas, y en Bolivia la tasa de mortalidad materna en las áreas rurales es el doble que en las urbanas.
A pesar de que las cifras en América Latina sobre mortalidad materna han disminuido, este decrecimiento aun es "muy lento" e "insuficiente", según declaró Camacho.
Camacho atribuye la bajada en la tasa de mortalidad a la mejora del acceso a los servicios de salud materna y la planificación familiar, además de una mayor educación en general entre las mujeres.
De acuerdo con el Fondo de Población de Naciones Unidas, el 33,6 % de la población en América Latina y el Caribe vive en la pobreza y un 13,4 % en la pobreza extrema.
Apuntó que el 95% de las muertes se puede prevenir con atenciones oportunas, una mejor respuesta de los sistemas de salud o con la prevención a través, entre otros, de la educación.
La ONU indica que el 38% de las mujeres en la región queda embarazado antes de los 20 años de edad y casi el 20% de los partos es de gestantes adolescentes.
El porcentaje de embarazo en adolescentes de la región es de 31%, justo por debajo de los promedios de África Subsahariana.
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