Vista aérea del río Xingú
Servindi, 24 de abril, 2012.- Desde este lunes más de 5 mil trabajadores que sirven a las empresas que conforman el consorcio constructor de la represa de Belo Monte, ubicado al noreste de Brasil y que se proyecta como la tercera más grande del mundo, iniciaron una huelga en demanda de mejoras laborales.
Entre las principales reivindicaciones se cuenta la triplicación del subsidio que el consorcio ofrece como ayuda alimenticia, desde 100 reales (unos 53,2 dólares) hasta 300 reales (unos 159,6 dólares) mensuales.
Además de la posibilidad de que los trabajadores procedentes de otras regiones puedan viajar a sus hogares cada tres meses y no cada seis como ocurre actualmente.
El Sindicato de los Trabajadores de las Industrias de la Construcción Pesada (Sintrapav) informó que aproximadamente el 80 por ciento de las 7 mil personas que laboran en las obras de la presa sobre el río Xingú se unieron a la paralización.
Entre las principales acciones se cuenta el bloqueo de la única carretera que une la ciudad de Altamira (estado de Pará) con la zona donde se ejecuta la obra.
La empresa constructora acepta aumentar en sólo un 16 por ciento la ayuda alimenticia y elevar los períodos de viaje de los emigrantes a su casa de 9 a 19 días, pero sólo a cada seis meses.
Las movilizaciones en contra de la obra, que incluye la inundación de más de 400 mil hectáreas de bosque en perjuicio de las poblaciones indígenas, no son nuevas.
La policía militar brasileña reprimió a fines de marzo una protesta motivada también por mejores condiciones laborales. El hecho incluyó un violento amedrentamiento que terminó con la desaparición de trabajadores. Hasta el momento el incidente ha sido esclarecido.
El proyecto de la represa de Belo Monte es cuestionado por el impacto que tendrá sobre la Amazonía. Esto llevó a que en su momento la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendara su suspensión.
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