Servindi, 5 de mayo, 2011.- La organización ecologista internacional Amigos de la Tierra -sección Europea- publicó a fines de 2010 un reporte en el cual revela que los costos ocultos que implica mantener la separación de los cultivos transgénicos de los convencionales y ecológicos son mucho más altos de lo que se pensaba en un principio, y pueden contribuir al aumento del precio de los alimentos.
La publicación difundida recientemente con motivo de la tercera semana estatal de lucha contra los transgénicos en España, con decenas de actividades y acciones reivindicativas por todo el territorio, puede ser descargada desde la Internet en su versión en inglés (http://www.foeeurope.org/download/Socio_economic_effects_gmos_FoEEbriefing_Mar2011.pdf).
El documento indica que la desaparición del cultivo de maíz ecológico, la contaminación de cosechas de maíz convencional y ecológico, la contaminación de los piensos, la pérdida de mercados o la contaminación generalizada de los alimentos a la venta son parte de los resultados de 12 años de cultivos transgénicos en España.
“La situación de los transgénicos solo favorece a las empresas que los comercializan. Quien no los cultiva debe acarrear los costes de evitar la contaminación y los daños en caso de que ésta se produzca. Mientras la industria se lucra" afirma David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.
"Quien paga estos costos somos los contribuyentes, los consumidores y los agricultores” agregó.
La política europea parte del principio de que aquellos que quieren permanecer libres de transgénicos deben pagar por todas las medidas para conseguirlo.
Investigaciones oficiales de la Unión Europea (UE) concluyen que la segregación de los cultivos transgénicos del resto pueden incrementar los costes hasta un 13%, pero las cifras reales son mucho mayores.
La nueva investigación de Amigos de la Tierra muestra que existen importantes costos añadidos por la separación de estas cosechas, que no se han tenido en cuenta en las investigaciones de la UE. Los costos que supone esta segregación, incluyendo vigilancia y análisis, superan claramente cualquier estimación de potenciales beneficios por el uso de estos cultivos.
A nivel europeo se está valorando como incluir los impactos socioeconómicos en la evaluación de los cultivos transgénicos. Y resulta fundamental que la experiencia de España, único país de la UE que los cultiva a gran escala, sea considerada.
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Dar clic en el siguiente enlace para acceder al reporte (inglés):
Con información de Amigos de la Tierra: http://www.tierra.org/spip/spip.php?article1316
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