Servindi, 11 de marzo, 2011.- Durante su ponencia “La lucha por los derechos indígenas”, Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, propuso que se implementen programas de educación superior en contexto multicultural, con la participación de los indígenas.
La activista guatemalteca realizó su ponencia en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde sostuvo que “el reto es cómo dar un salto hacia su calidad de vida (de los jóvenes indígenas)”.
Menchú Tum consideró que no es suficiente con los programas de capacitación “que además resultan racistas”, ahora “es urgente ofrecer oportunidades”.
En ese sentido, propuso al rector de la UANL, Jesús Ancer Rodríguez, crear un programa de educación superior en contexto multicultural, en donde pueda participar la comunidad indígena.
"Si no lo hacen bien, critiquémosle con todo el rigor, porque los estaremos tratando de manera igual; todavía hay mentes en América Latina que lamentan que los indígenas ya tienen casas de concreto y consideran que por eso ya no son indígenas", sostuvo.
Menchú, que cuenta con más de 20 doctorados Honoris Causa, relató su sueño de abrir la Universidad Maya en Guatemala.
Además, resaltó que el sistema que mantienen los pueblos indígenas en Centroamérica es sólido y que ha superado todas las pruebas.
La académica ya activista instó a quienes tienen poder de liderazgo a proponer una alternativa real para la dignificación de los pueblos indígenas.
"Luchemos por el respeto profundo que cualquier ciudadano le da a un indígena a su lado, y no sólo la Premio Nobel, a mí me respetan cuando saben que soy Premio Nobel, pero cuando no...”, cuestionó Menchú.
“Hay una criminalización fuerte a los pueblos indígenas donde quieran que estén y es algo que no podemos tolerar", manifestó la líder guatemalteca.
La Premio Nobel enfatizó la importancia de la educación, a la que entiende como una forma de salvación, e instó a los jóvenes a participar en estos procesos, “educar de muchas maneras es lo que debemos hacer frente a la crisis” sostuvo.
“Invito a nuevos procesos guiados en el sentido común y para mí los jóvenes son los depositarios más importantes del sentido común, anímense a participar, tomen su silla", resaltó.
El rector Rodríguez entregó a la activista el Premio Flama, Vida y Mujer, en el área de Vinculación Internacional, como reconocimiento a su defensa de los derechos de los derechos humanos, y en especial de los indígenas de su país.
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