Servindi, 24 de enero, 2011.- Hoy, a los 86 años falleció Samuel Ruíz García, uno de los obispos católicos más activos en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas de México y de América Latina, aún a costa de enfrentar al Vaticano que no veía con agrado su compromiso con los pobres.
Su opción por los pobres lo llevó a mediar entre la guerrilla zapatista y el gobierno de México aún a costa de sufrir atentados. En vida sufrió numerosos ataques, amenazas y actos de hostigamiento por su labor en defensa de los derechos humanos de la población más desfavorecida.
El obispo emérito de San Cristobal de las Casas permanecía hospitalizado en la ciudad de México desde el 12 de enero de este año donde se restablecía de una afección por la diabetes y una neumonía. Falleció a las 9:45 horas de hoy.
El diario La Jornada informó que la enfermedad por hipertensión arterial sistémica y la diabetes mellitus, que padecía hace 10 años, causaron un daño obstructivo arterial por aterosclerosis significativo en varias partes de su organismo.
Unánime reconocimiento
Políticos, representantes de la iglesia católica, organismos promotores de los derechos humanos y agrupaciones sociales lamentaron la muerte del obispo.
El presidente Felipe Calderón Hinojosa Samuel Ruiz dijo que Samuel Ruíz “se esforzó por construir un México más justo, igualitario, digno y sin discriminación, en el que las comunidades indígenas tengan voz y sus derechos y libertades sean respetados por todos”.
El obispo de San Cristóbal de las Casas “tuvo la virtud de ser congruente entre lo que pensaba, decía y hacía; fue una persona que se condujo siempre con integridad y rectitud moral”, agregó.
De otro lado Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, dijo que el legado del obispo emérito debe ser honrado y ser un ejemplo para todos.
Distinciones
Samuel Ruíz fundó el Centro Fray Bartolomé de Las Casas en 1989 y en 2009 recibió el premio Bartolomé de las Casas que entregan los Príncipes de Asturias. Otro de sus reconocimientos fue el premio Simón Bolívar, concedido por la Unesco en 2000.
El 2001 recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg, por su infatigable defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Chiapas, México, durante más de dos décadas.
Samuel Ruíz, también conocido como el Obispo de los indígenas, promovió una pastoral liberadora que lo hizo popular, en especial entre los partidarios del Concilio Vaticano II.
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