La lengua Tule pertenece a la familia lingüística Chibcha
Servindi, 28 de setiembre, 2010.- El pueblo indígena Tule de Colombia se encuentra en peligro de desaparecer debido al accionar de criminales y grupos armados ilegales que en la última década han exterminado a varios de sus miembros en búsqueda de riquezas en madera, minerales y otros recursos naturales.
Alrededor de mil 200 de ellos viven en los departamentos del Chocó y Antioquia en el noroeste de Colombia.
Unos 500 viven en el municipio de Ungía, una zona de importancia estratégica en la frontera con Panamá.
La vida tranquila de los Tule fue interrumpida por los grupos armados en el año 2000, cuando entraron en su territorio aislado de unas dos mil 350 hectáreas en la selva y ocasionaron una serie de asesinatos, abusos sexuales, intimidaciones y acosos.
La violencia contra este grupo se ha reiniciado debido a que los grupos armados rivales se enfrentan desde enero en el área de Unguía, dejando a los Tule con temor por el futuro, en particular a las mujeres y niños.
Alrededor de la mitad de la comunidad huyó de su territorio temporalmente. Muchos miembros de este pueblo buscaron refugio en Panamá o en otros lugares en el Chocó. Pero algunos se quedaron por temor a que su pueblo no sobreviviese sin sus tierras ancestrales.
“Los Tule son un pueblo antiguo y tienen el valor de proteger el ambiente. Por esta razón, Pab Dummat (el Gran Padre) nos dio este lugar para mantener y defender nuestras tradiciones”, dijo Pastor, el líder de la comunidad y jefe espiritual.
Pastor ha trabajado con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en la elaboración de una estrategia para prevenir el desplazamiento, o al menos asegurarse de que los Tule no tengan que salir de su territorio de forma permanente.
Dicha estrategia incluye el acceso a la educación, seguridad y protección de los derechos a la tierra de los Tule.
El ACNUR está apoyando el desarrollo de la estrategia y ha impartido cursos de derechos humanos para funcionarios encargados de ayudar a los pueblos indígenas. Pero, por ahora, a Pastor y a los Tule les preocupa la reaparición de la violencia en su tierra.
Temen por el reclutamiento forzado de sus jóvenes, por parte de los grupos armados ilegales, y les preocupa la pérdida de su territorio ya que afectaría su capacidad para cultivar y cazar.
“Nuestra dieta ha cambiado por completo. Ya no comemos ni carne fresca ni pescado. Si comemos plátano una vez al día, ya con eso es suficiente”, dijo una mujer.
Tampoco pueden acceder a las zonas donde se encuentran las plantas medicinales utilizadas tradicionalmente para tratar enfermedades graves como la fiebre amarilla y la malaria. Pastor resume su difícil situación.
“Antes la selva era nuestra, ahora nos da miedo adentrarnos mucho. Hace unos años no sabíamos el significado de lo que era un conflicto armado y ahora estamos en medio de uno. Sentimos que estamos en una prisión al aire libre”, dijo.
Otros pueblos en peligro
Además de los Tule existen 33 pueblos indígenas más que están en riesgo de desaparecer, como los Awá y los Embera en el Chocó, los Eperara-Siapidara en la Costa Pacífica del departamento de Nariño, y los Jiw y Nukak en las cuencas de los ríos Guaviare y Guayabero.
La violencia ha provocado el desplazamiento de los miembros del pueblo Sicuani en la cuenca del Orinoco y los Wounaan en el Chocó.
Aparte de la violencia y las invasiones en sus tierras, los indígenas también se ven amenazados por enfermedades traídas desde el exterior y la contaminación de las fuentes de agua y los alimentos como resultado de la fumigación de los cultivos de coca.
“Hay varias áreas en donde es necesario avanzar para mejorar las condiciones de vida de los indígenas en Colombia”, señaló Terry Morel, representante de ACNUR en el país. “La primera es proteger su existencia”. Fuente: ACNUR
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