CERIGUA, 14 diciembre de 2006.- La pobreza, más que un tema económico, es una privación profunda de las libertades fundamentales y un ataque a la dignidad humana, indicó Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
A decir de Arbour, es importante colocar la pobreza en el marco de los derechos humanos y la responsabilidad de erradicarla o de que ésta aumento es de los gobiernos, quienes deben promover acciones para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía.
De acuerdo con la Alta Comisionada, el planeta tiene suficientes recursos para satisfacer las necesidades de todos los habitantes del mundo, el reto está en construir países más equitativos, donde no haya una concentración de la riqueza.
La funcionaria internacional indicó que una de las principales reivindicaciones, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, es vivir libres de carencias, aspecto que es una garantía fundamental y no sólo un motivo de compasión.
Según la representanta de la ONU, los gobernantes tienen la obligación y el deber de luchar contra la pobreza y garantizar que todas las personas puedan expresarse libremente, elegir a sus líderes y practicar sus credos como quieran.
Finalmente, Arbour, instó a la sociedad civil a continuar su lucha a favor del respeto a los derechos humanos y a continuar exigiendo la erradicación a la pobreza.
Fuente: Recibido de ArgenpressÂ
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