Bolivia: Hoy recordamos la rebelión indÃgena de Pedro Ignacio Muiba

La rebelión indígena encabezada por el líder moxeño Pedro Ignacio Muiba en el sur de la Amazonía boliviana, es la prueba fehaciente de que los habitantes de la Moxitania nunca tuvieron alma de esclavos.

Pedro Ignacio Muiba, quien en noviembre de 1810 logró instaurar el primer gobierno indígena de Moxos, aunque solamente logró durar 4 meses y fue cruelmente repelido por el ejército colonial del gobernador Pedro Pablo de Urquijo, fue concientemente eliminado por los escribanos oficiales de la historia de dominación boliviana, probablemente esperanzados de que con el devenir del tiempo, el gran pueblo Moxeño, olvide su profundo espíritu libertario y rebelde.

A 196 años de ese trascendental hecho histórico, encontramos a don Miguel Peña Guaji, como el único líder indígena moxeño en calidad de miembro democráticamente elegido en la Asamblea Constituyente, y como parte de la Directiva de este espacio de definiciones estratégicas que nos tendrá que permitir a bolivianos y bolivianas, indígenas y originarios, campesinos y obreros, intelectuales y clases medias, trabajadores por cuenta propia y empresarios con visión nacional, construir un nuevo pacto social.

También a casi 2 siglos de ese levantamiento, encuentra a los hermanos mojeños del sur amazónico boliviano, marchando junto a otros pueblos indígenas, campesinos con poca tierra y campesinos sin tierra, cargando a sus hijos e hijas en sus brazos y espaldas, como en un largo viaje hacia mejores días, demandando la aprobación de una Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria en Bolivia, que ha sido consensuada entre el gobierno del hermano Evo Morales, los parlamentarios indígenas - campesinos - originarios - intelectuales y aquellos que están verdaderamente identificados con la necesidad de construir una nueva Bolivia y las organizaciones sociales del campo.

Esta nueva lucha emprendida por los pueblos indígenas, los pueblos originarios y el campesinado bolivianos, busca introducir ajustes en la legislación agraria vigente, para recuperar el sentido redistributivo, antilatifundista y de justicia social, que tenía la Ley de Reforma Agraria del año 1953, que al igual que la Ley INRA del año 1996, que se propuso regularizar el derecho propietario en el agro, fueron distorsionadas en su aplicación por los gobiernos neoliberales de Sánchez de Losada, Banzer, Jorge "Tuto" Quiroga, sin interesarles que con ello, profundizaban la pobreza y la crisis boliviana, y fundamentalmente, condenaban a morir en lenta agonía a los verdaderos dueños y defensores del suelo que pisamos los bolivianos y bolivianas y que llamamos nuestra patria.

La marcha que habiendo partido el 31 de octubre de 2006, de la tropical ciudad de Santa Cruz de la Sierra, deberá recorrer cerca de mil kilómetros (aproximadamente 930 Kms.) para arribar la sede del Gobierno Nacional y el Congreso de la República.

Los hermanos y hermanas marchistas, tienen la más profunda convicción de que su sacrificio permitirá transformar verdaderamente al país, ya que la tierra dejará de ser simplemente una mercancia para ser nuevamente la Pachamama, la Madre Tierra, que nos considera a todos sus hijos e hijas, y que por esa misma razón, estamos obligados a dejarle que vuelva a proteger a todos los que necesitan de ella (Marco Antonio Aimaretti).

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Hoy recordamos la rebelión indígena de Pedro Ignacio Muiba

Por Juan Jonas Cayu

- La tierra de Moxos también dio su aporte a la independencia nacional mediante un verdadero movimiento indígena a la cabeza de quien ahora es un Héroe Nacional de la Independencia de Bolivia.

La pretensión o el desdén por lo nativo, supervivencia del chapetonismo que marginó a los verdaderos creadores de Bolivia, seguramente fueron por factores determinantes para que las glorias de un pueblo que, desde los albores de la lucha emancipadora, contribuyó con su sangre y sacrificio a la formación de nuestra República, permanezcan en el meditado olvido.

Así comentó hace 29 años, el escritor beniano Antonio Carvalho Urey, a manera de recordar que su obra titulada Pedro Ignacio Muiba: El Héroe, fue una forma de hacer alto a la injusticia histórica que se había cometido en momentos de celebrar el Sesquicentenario de la fundación de la República, donde ningún historiador hizo referencia al aporte del hombre mojeño.

Porque Muiba es la expresión rotunda del valor indígena en su afán de libertad, como mensajes de los mojeños para la creación de una conciencia nacional, ajena a las manifestaciones raciales, regionales o de clase, estamos seguros que su actitud rebelde será valorada en todo su dimensión y su nombre figurará para siempre, en la galería de los Héroes Nacionales, sostuvo, proponiendo implícitamente una declaratoria oficial para héroe beniano.

Tuvo que pasar mucho tiempo, recién el 28 de noviembre de 2000, para que las gestiones del entonces presidente de la Brigada Parlamentaria del Beni, Millán Ribera, logre hacer justicia con la epopeya histórica del cacique Pedro Ignacio Muiba, quien desde esa fecha pasa a ser Héroe de la Independencia Nacional.

Una lucha por su gente

Ruber Carvalho y su hermano Antonio, escritores benianos, tuvieron la oportunidad de acceder a las crónicas del archivo nacional de Sucre, por lo que de ahí fue que salió a luz, toda la grandeza de lo que representaba el cacique Pedro Ignacio Muiba para sus hermanos Moxeño-Trinitario; que a su vez, revestía miedo, temor, entre los gobernadores y clérigos de la Colonia.

Ruber Carvalho, menciona que Pedro Ignacio Muiba, fue un hombre con espíritu amante de la libertad de su pueblo, por eso, hasta el mismo Virreinato de Buenos Aires, llegó la noticia de las correrías del cacique, por que en mayo de 1804 el Virrey Marqués de Sobremonte, ordena el arresto de Muiba.

También Ruber Carvalho, sostiene que en 1804 se encuentra la noticia que el Cacique estaba en el Perú posiblemente durante los levantamientos de Tupac Amaru, hechos que lo indujeron a luchar contra la opresión que la Colonia imponía a su raza. Muiba es en Moxos el primer revolucionario del que tenemos noticias, una vez que las banderas que agitara era de rebelión contra la corona española.

Era claro que había mucho abuso, los nativos eran utilizados como esclavos de carga, todo en nombre del Rey Fernando VII y de Dios, que hasta que el surgimiento de Pedro Ignacio Muiba, como líder, fue encontrando las primeras reacciones, hasta que se dio el alzamiento en Trinidad el 9 y 10 de noviembre de 1810.

Los indígenas trinitarios, se habían anoticiado de la derrota y muerte del Rey de España, por lo que no recibieron ni obedecieron al gobernador Pedro Pablo de Urquijo, más bien pidieron su cabeza, expresando su decisión de autogobernarse y ocupar las tierras que los españoles les habían quitado.

Pero la rebelión no duró mucho tiempo, el 12 de noviembre volvió Juan Maraza con más refuerzo, junto con el cacique de San Javier, Tomás Noe, con lo que sorprendieron a los rebeldes y huyeron acompañando al Gobernador.

Se instaura el Gobierno de Moxos, a la cabeza de Pedro Ignacio Muiba; eso duró 4 meses, porque luego se deja sentir la superioridad numérica de la gente del gobernador Urquijo, quien tuvo a su disposición la obediente y descomunal acción de canichanas, javieranos, movimas y baures que le devolvieron el trono perdido.

Despiadado castigo

Antonio Carvalho, sostiene que el rebelde Pedro Ignacio Muiba, fue capturado a fines de enero de 1811 en momentos cuando lanzaba una proclama a su pueblo; luego tomado preso y sentenciado a muerte sin derecho a justificativos.

Los hombres de Maraza lo habrían ejecutado en el camino a San Pedro, en cuya plaza colgaron su cuerpo, impidiendo su sepultura porque había muerto inconfeso; mientras que el camino a San Pedro olía a putrefacción por la muerte de los seguidores de Muiba, que no aguantaron el castigo y allí eran dejados.

Las persecuciones, castigos y muerte de hombres, mujeres y niños, era una constante en los posteriores a la insurrección mojeña; pero nunca fueron suficientes para callar el grito de independencia y autodeterminación de los pueblos de Moxos.