Fuente: Univisión, EFE, Sucre, Bolivia. La Asamblea Constituyente de Bolivia es una "mina de oro" para los indígenas de América, que tendrán en ella un ejemplo para afianzar los logros y no repetir los errores, según Rigoberta Menchú, Premio
Nobel de la Paz en 1992. Menchú está consciente de que los bolivianos, que hoy comenzaron un proceso para cambiar su Carta Magna, deberán superar grandes dificultades en el proceso.
"Todos los errores que aquí se van a cometer van a ser oro para nosotros, nuestra mina de oro para poder explotar las mejores salidas en otros países", dijo la Premio Nobel en entrevista con Efe en Sucre, donde hoy asistió a la instalación de
la Asamblea. Añadió que también los "éxitos" que se logren en la Constituyente boliviana serán "una mina de oro" para todos los indígenas de América.
Menchú cree que en la Asamblea de Bolivia se va a revelar "el pensamiento más nato del racismo: sus argumentos, sus posiciones", y que también se podrá sopesar si lo que proyectan los indígenas "es viable o no". Aseguró que los indígenas no son "tan idealistas" como se cree y subrayó que "siempre" han buscado "el equilibrio" entre lo que plantean y lo que pueden hacer.
En el caso boliviano, agregó, "hay cosas que se van a quedar en medio; hay grandísimas dificultades; nadie tiene escrito lo que va a ocurrir después de esta Constituyente". Para Menchú, "está pasando una revolución que no tiene límite. Esto va más allá de solamente la iniciativa de un presidente o de una época ventajosa para los pueblos indígenas". Los pueblos originarios de este país andino y amazónico, en su opinión, están marcando un paso "que no se ha dado en el continente", y por ello "nunca va a ser igual para los bolivianos no indígenas ni para los indígenas".
Añadió que hace 20 años comenzó la defensa de esas comunidades "con sentido étnico, con pertenencia cultural, porque antes se había visto a los pueblos indígenas solamente como carne de cañón, como pasión antropológica, sociológica y,
lo más triste, como una demostración folclórica".
"El folclorismo ha sido grosero, racista permanentemente", se lamentó Menchú, quien agregó que aún "hay gobiernos que tienen horror en pensar que los indígenas deban ser libres y ciudadanos plenos con todos los derechos". "Hay países -continuó- en los que todavía están pensando en el aniquilamiento de los pueblos indígenas, en pararlos a través de la represión, pero creo que eso va quedando en el pasado y más ahora que hay ejemplos de que realmente un país que no
sea para todos, no va a tener éxito".
Menchú aclaró que no quiere hacer de la Asamblea de Bolivia un estereotipo: "no hay estereotipos, hay procesos en marcha, cada quien está haciendo su historia de acuerdo al entorno y acontecimientos". Según la Premio Nobel de la Paz, hay algunos países donde la revolución indígena "se está dando desde el punto de vista cultural, espiritual".
En Guatemala, anotó, "hay un fortalecimiento increíble de la espiritualidad maya, del manejo del calendario, de la relación con los espíritus de nuestros antepasados". "El tema de la espiritualidad no es solo un contestatario a la iglesia católica, o a las evangélicas, ni nada; simplemente es una práctica de vida que se está validando", destacó.
Menchú tiene la sensación de que "el tesoro más grande" de los pueblos indígenas "es lo desconocido". "Hoy, conocer a los pueblos indígenas no va a ser fácil después de tanta manipulación, manoseo, de la antropología social, de la sociología, de los espiritistas, de los politiqueros", se quejó la líder guatemalteca.
Los indígenas "son profundamente discretos sobre la esencia de la cultura milenaria", subrayó.
Fuente: Recibido por cortesía de Regiones Indias de Genaro BautistaÂ
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