Servindi, 8 de julio, 2009.- Alrededor de 156 muertos y mil 80 heridos dejó un nuevo enfrentamiento entre las etnias Uigures y Han en la región china de Xinjiang.
Con palos, barras de hierro, garrotes, machetes de artes marciales, bastones, palas y hasta cuchillos de cocinero, los indígenas Han, la etnia mayoritaria en el gigante asiático, emprendieron violentamente contra los indígenas Uigur.
Las autoridades locales explicaron que la reacción se debió a que, anteriormente, los indígenas Uigur atacaron y quemaron las casas, tiendas y coches de los Han.
"Hemos venido aquí para luchar por la paz y para demostrar que los Han no tenemos miedo", mencionó Zhang Yu (34), una joven armada con una larga barra de hierro. Además, acusó a los islamistas Uigur de practicar actos terroristas.
"Unidos somos fuertes", coreaba la muchedumbre, formada por hombres, mujeres, niños, oficinistas enchaquetados y hasta empleados de los hoteles que habían abandonado sus puestos de trabajo para participar en esta salvaje demostración de fuerza de la etnia Han.
"Necesitamos libertad porque aquí no se respetan los derechos humanos y no podemos decir lo que pensamos ni expresar nuestra religión", lamentó Abdusalam, un muchacho de 17 años.
Abdul, un hombre de 40 años aseguró haber perdido a su hijo pequeño. "El domingo por la tarde salió a jugar con otro amigo y ha desaparecido. La Policía disparaba contra los uigures, niños incluidos, y luego se llevaba los cadáveres en camiones militares".
Un niño atrapado
Uno de los momentos más peligrosos se vivió cuando la multitud creyó haber localizado a un niño de la etnia uigur que había trepado a un árbol. Los indígenas Han lo rodeó zarandeando el tronco y arrojándole palos, haciendo temer un brutal linchamiento colectivo.
Varias personas lo defendieron asegurando que no era Uigur, sino Han, y lo rescataron para que fuera salvado por los soldados, muchos de ellos armados con fusiles y metralletas.
Los Uigures temen la pérdida de su identidad cultural y no disponen de los mismos derechos que los Han, que han colonizado esta vasta región del oeste de China, rica en petróleo y minerales.
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