La corrupción, la manipulación de las comunidades, es un problema quizá más enorme que el poder inmenso de las grandes trasnacionales con quien tienen que enfrentarse los pueblos indÃgenas para mantener algunos márgenes de autonomÃa sobre los territorios ancestrales. Si no se practica la democracia abierta e igualitaria (dentro de la diversidad) de las comunidades de base, entonces se construirá una democracia indÃgena inundada y viciada por las formas de hacer "democracia" en la escena nacional o en los cÃrculos "mestizos", que ahora se han puesto de moda pues hacer proyectos con los pueblos indÃgenas es tener entrada de recursos económicos. La utilización de estos recursos donados generosamente por la cooperación internacional para provecho familiar o de facciones que a nombre del movimiento indÃgena dicen actuar, puede ser la mejor manera de destruir el movimiento indÃgena independiente que sea capaz de interpelar al poder hegemónico nacional y de las transnacionales.
Estimados lectores de Servindi:
Soy un profesional indÃgena quechua que ha trabajado varios años en la Selva Central como formador de maestros. Conozco de primera fuente los problemas que ocurren en la formación y maduración del movimiento indÃgena en la Selva Central. Por eso quisiera decir que los comentarios de Johnny Paulino, habitante de Marankiari, tienen verdades dolientes. Hay ONG que trabajan procurando coordinar con las organizaciones indÃgenas y con las comunidades, pero también hay ONG (algunas no tan ONG pues pertenecen a iglesias, las iglesias en el Perú gozan de prerrogativas de organizaciones gubernamentales) que, exactamente como dicen las denuncias contra Procam y las expresiones de Johnny, contratan oscuramente a lÃderes indÃgenas con un prontuario enorme de uso delincuencial de la "representación" indÃgena. Ojo, estas ONG de acciones oscuras y aprovechamiento del nombre de los pueblos indÃgenas no solo son "mestizas" o "blancas", son también formadas por indÃgenas. En el caso de la Selva Central, las organizaciones indÃgenas tienen el reto de superar estas dificultades de manera orgánica a través de sus canales estatutarios, pero que eso no signifique avalar las maniobras de ciertas facciones que sólo ven los intereses de familias o de sectores del movimiento indÃgena. Las organizaciones indigenas de la Selva Central tienen la autonomÃa y la capacidad necesaria para resolver sus diferencias, sin embargo, como hermano les digo que las acusaciones lanzadas contra este ONG se dicen también contra lÃderes indÃgenas y contra ONG indÃgenas. Muchas de las expresiones de Johnny, a quien no conozco, llevan algo de verdad y son expresiones que circulan en la Selva Central desde hace más de 10 años. Por eso es justo lo que dice Johnny, si se acusa a una ONG, entonces con este mismo celo se debe exigir que todas las ONG (sin excepción) rindan cuenta a la población de base para la cual dicen trabajar, pues ya sabemos que los informes económicos y auditorÃas que le hacen las financieras son "arregladas" de tal manera que siempre aparecen milagrosamente en regla. Ojo, hay ONG que tienen un estricto seguimiento de los gastos y de las acciones realizadas en las comunidades, ellos no deben pagar por los pecadores.
La corrupción, la manipulación de las comunidades, es un problema quizá más enorme que el poder inmenso de las grandes trasnacionales con quien tienen que enfrentarse los pueblos indÃgenas para mantener algunos márgenes de autonomÃa sobre los territorios ancestrales. Si no se practica la democracia abierta e igualitaria (dentro de la diversidad) de las comunidades de base, entonces se construirá una democracia indÃgena inundada y viciada por las formas de hacer "democracia" en la escena nacional o en los cÃrculos "mestizos", que ahora se han puesto de moda pues hacer proyectos con los pueblos indÃgenas es tener entrada de recursos económicos. La utilización de estos recursos donados generosamente por la cooperación internacional para provecho familiar o de facciones que a nombre del movimiento indÃgena dicen actuar, puede ser la mejor manera de destruir el movimiento indÃgena independiente que sea capaz de interpelar al poder hegemónico nacional y de las transnacionales.
Sólo un tratamiento abierto, plural, transparente de las acciones de las ONG y de las organizaciones indÃgenas por parte de las comunidades indÃgenas especÃficas puede corregir estos vicios que amenazan al movimiento indÃgena. La circulación abierta de la información es otro medio de las comunidades para fiscalizar a sus dirigentes y a todas las organizaciones que trabajan en su nombre, sean indigenas o no , sean gubernamentales o no, por eso creo que Servindi es un medio a través del cual nos enteramos de la problemática del movimiento indÃgena. El otro camino es la formación de recursos humanos locales independientes de la manipulación de las facciones y de los grupos de intereses regionales. Ya vienen los profesionales indÃgenas formados en una nueva mentalidad, con la moral ancestral de los pueblos indÃgenas, para desplazar a los lÃderes corruptos, manipuladores y a los traficantes del nombre de los pueblos indÃgenas.
Atentamente,
Fernando GarcÃa