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Autoritarismo de jefa del Pacaya Samiria pone en riesgo modelo de gestión participativa

Mapa turístico de la Reserva Nacional Pacaya Samiria elaborado por Sernanp: http://pacayasamiria.org/ (dar clic en la imagen para agrandar)

- La gestión autoritaria y centralista de la bióloga Gloria Rojas Ríos, nueva jefe encargada de la Reserva Nacional Pacaya Samiria (RNPS), ha generado una tempestad por que amenaza con liquidar el modelo de gestión participativa que ha dado buenos resultados e incluso sirve de modelo para otras áreas protegidas, denunció el antropólogo Alberto Chirif.

En un artículo -que reproducimos a continuación- Chirif señala que la intención de volver al antiguo y fracasado modelo de gestión ha generado una fuerte ola de descontento y protestas por parte de los grupos de manejo que han venido supliendo con eficacia las carencias de los guardaparques.

En una reunión efectuada el 27 de marzo de 2013 la bióloga comunicó a una delegación en Iquitos que ella no entregará autorizaciones y que ya coordinó con otras personas a las que ha dado permiso de manera verbal para que aprovechen determinados recursos, refiere Chirif.

La situación es grave pues sin autorización los grupos de manejo no pueden aprovechar los recursos y carecen de aval para controlar la reserva frente a la incursión de extractores ilegales poniendo en riesgo la propia condición de protección de la reserva.

Para el trámite de la autorización que se realiza a inicios de año, la jefatura de la RNPS debe emitir un informe técnico informado de la campaña del año anterior, algo que con diversos pretextos, la bióloga Gloria Rojas se niega a realizar.

El modelo exitoso de gestión participativa es echado por la borda desde que fue separado temporalmente de la jefatura José Grocio Gil al habérsele iniciado un proceso disciplinario como jefe de la RNPS por la presunta comisión de infracciones.

Según voceros de los grupos de manejo, existirían acusaciones contra Grocio Gil formuladas por grupos de interés ajenos a ellos quienes tratan de favorecer a una empresa en particular dedicada a la comercialización de arahuana, un pez que se exporta como especie ornamental.

La bióloga Gloria Rojas Ríos asumió las funciones de jefe de la RNPS "durante el tiempo que perdure el proceso administrativo disciplinario" señala la resolución presidencial 028-2013 del Sernanp del 14 de febrero de 2013.

La Reserva Nacional Pacaya Samiria

Forma parte de una de las 74 áreas naturales protegidas del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente, en un esfuerzo compartido con las regiones, organizaciones privadas y propietarios de predios involucrados.

Con una superficie de 2'080,000 ha (20,800 km²) es la Reserva Nacional más extensa del Perú, la segunda área natural protegida del país (luego del Parque Nacional Alto Purús) y la cuarta área protegida de toda América del Sur. Asimismo, es el área protegida de Amazonía inundable (ecosistema conocido como várzea) más extensa del Sudamérica, debido a ello fue designada sitio RAMSAR el 28 de agosto de 1986.

Fue creada el 4 de febrero de 1982 y su extensión  representa el 1.5% del territorio peruano y el 6% de la región Loreto. Es algo mayor que la superficie de Eslovenia y comparable al 50% del territorio de Dinamarca, Suiza, Países Bajos o Costa Rica o el 23% de Portugal, lo que asegura la representatividad ecológica y genética de la región.

Pero Gloria Rojas se niega a gestionar ante el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) la autorización anual que permite organizar el trabajo de los grupos de manejo en el año en curso.

Los grupos de manejo son población organizada asentada en lugares claves que se han formado en un proceso largo y esforzado en el que han intervenido el propio Estado y la cooperación internacional y donde un factor clase ha sido la generación de confianza en el Estado.

Los grupos de manejo permiten cubrir más de dos millones de hectáreas de la reserva y gracias a sus planes de manejo participativos y aprobados por la autoridad han logrado recuperar poblaciones de taricayas, charapas y paiche, entre otras especies.

El carácter autoritario de la bióloga Gloria Rojas ha sido conocido en su paso por las jefaturas de las reservas nacionales Allpahuayo Mishana y Pucacuro y ahora lo vuelve a exhibir en el Pacaya Samiria.

Según denuncia Chirif, se sabe que dicha funcionaria ha viajado a diversas comunidades "con la exclusiva finalidad de crear división en la gente y, en algún caso, de exigir cambios en las directivas de los grupos de manejo, algo intolerable desde todo punto de vista".

Gráficos que indican a eficacia de los grupos de manejo en la RNPS. Fuente: Sernanp

Tempestad en la R.N. Pacaya Samiria

Por Alberto Chirif

En la última semana se ha levantado una fuerte ola de protestas por parte de los grupos de manejo de la reserva nacional Pacaya Samiria (RNPS), contra la actitud asumida por la actual encargada de la jefatura de esa área natural protegida (ANP), la bióloga Gloria Rojas Ríos. ¿Qué hay detrás de esta turbulencia? Las líneas que siguen pretendo dar elementos para comprender el conflicto.

El inicio del conflicto

A mediados de febrero de este año, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP) resolvió separar al biólogo José Grocio Gil del cargo que desempeñaba como jefe de la RNPS y poner a su lugar a su colega Gloria Rojas. José Grocio es un profesional que ya anteriormente se había desempeñado como jefe de esa reserva, pero fue separado por su enfrentamiento con extractores ilegales de madera financiados por grandes empresas. No obstante, el SERNANP (que en ese tiempo dependía del Instituto Nacional de Recursos Naturales, INRENA, y no como es ahora, del Ministerio del Ambiente) lo puso al frente de un parque nacional en otra región del país.

Desde fines del año 2012 comenzaron a circular voces de que José Grocio estaba involucrado en actos de corrupción y cobraba tasas ilegales para firmar las autorizaciones de aprovechamiento de recursos a los grupos de manejo. Ninguno de los 27 grupos de manejo que cuentan con planes de manejo y de los más de 50 grupos de control y vigilancia que funcionan en la RNPS ha levantado estas acusaciones contra el ahora ex jefe de la reserva. ¿De dónde entonces provienen?

De acuerdo a la información que me proporcionó un conjunto de dirigentes que representan a los grupos de manejo, las acusaciones contra José Grocio fueron lanzadas por tres personas dedicadas a la comercialización de arahuana, un pez que se vende para exportación al extranjero como especie ornamental.

Detrás de las acusaciones estarían estas personas que tratan de favorecer a una de las empresas compradoras y exportadoras de arahuana, llamada Stingray Aquaerium. En cambio, los grupos de manejo prefieren a otra, denominada MF Tropical Fish, principalmente porque les paga mejor por sus productos y porque establece acuerdos comerciales directos con ellos y no mediante intermediarios, como hace la primera de las nombradas, quienes se quedan con una parte del precio de venta. La insistencia del personal de la actual jefatura de la RNPS para que la gente de los grupos de manejo establezca lazos comerciales con la empresa Stingray Aquaerium ha llevado a estos a sospechar que este favoritismo no es gratuito.

Los grupos de manejo

La RNPS es un área natural protegida de uso directo, es decir, una unidad de conservación en la que se pueden aprovechar los recursos naturales a condición de que esta actividad se realice siguiendo las normas de la legislación sobre la materia y, más específicamente, las pautas establecidas en los planes de manejo. Estos últimos son, para decirlo en breve, documentos en los cuales se evalúa el potencial del recurso que se quiere manejar y sobre esta base se establecen las características generales que se deben cumplir para aprovecharlo: volúmenes de extracción, tiempo de cosecha, métodos que deben emplearse y otros. Los planes de manejo suelen tener una duración de cinco años, pero cada año, previa evaluación rápida del SERNANP, se debe otorgar una autorización de extracción.

La autorización de extracción anual de un recurso determinado es de vital importancia por varias razones. La autorización permite que los grupos de manejo cosechen el recurso en los volúmenes acordados y lo trasladen hacia los mercados para su venta o los vendan en el propio lugar a las empresas que llegan hasta ahí. Sin ella, toda la actividad de cosecha y venta es ilegal. Pero la autorización no solo legaliza la extracción y comercialización de un recurso, sino que avala el trabajo de control y vigilancia que efectúan los grupos de manejo para evitar que extractores ilegales ingresen a la reserva para explotar los recursos a su libre albedrío.

Como bien sabemos, la esforzada labor que realizan los guardaparques es insuficiente para frenar la extracción ilegal. No es solamente que sean pocos en número para controlar un área tan grande de más de dos millones de hectáreas, sino es que están aislados en puestos de vigilancia distantes unos de otros. Con frecuencia (y esto lo sé por haberlo visto personalmente) no cuentan con equipos adecuados, como radiofonía o botes deslizadores para realizar una inspección. A veces, aunque sí los tienen, resulta que están malogrados o que carecen de gasolina para sus motores.

Los grupos de manejo no solo suelen suplir las carencias de los guardaparques, proporcionándoles gasolina, botes e incluso los víveres que SERNANP demora en enviarles, sino que constituyen un complemento para su trabajo de vigilancia del área a fin de impedir que extractores ilegales depreden los recursos. Los grupos de manejo son la población organizada, asentada en lugares que les permite cubrir un área considerable.

Como ya he señalado, son 27 los grupos de manejo que cuentan con planes de manejo aprobados para manejar paiche, en pocos casos, y en la mayoría taricaya y arahuana. La gente que los integra tiene por esta razón una motivación grande para cuidar los recursos, ya que de la buena gestión de ellos dependerá que tengan ingresos para mantener a sus familias. Gracias a este nuevo enfoque de gestión con participación local se han logrado milagros como la recuperación de las poblaciones de taricayas, de charapas y de paiche, entre otras especies.

Del orden al caos

Organizar los grupos de manejo ha sido un trabajo grande y esforzado en el que han participado tanto el Estado, a través de la jefatura de la reserva, es decir, de SERNANP, como de diversas ONG, en especial Pro Naturaleza y el ya finalizado Programa de Desarrollo y Conservación Pacaya Samiria, que funcionó con fondos de la WWF de Dinamarca.

El primer reto de todas estas instituciones fue convencer a la población de que los recursos podían ser manejados de manera racional y, sobre todo, que la explotación irracional de las especies era perjudicial no solo para la estabilidad del medio ambiente sino también para ella misma, ya que a corto plazo se encontraría con la triste realidad de haber depredado valiosas especies de flora y fauna. Si no hay gallinas no hay huevos, y una gran parrillada en un solo día no garantiza la alimentación sostenida de la gente en el largo plazo. Manejar un recurso es así una estrategia para usarlo sin poner en riesgo su existencia.

La gente lo ha entendido bien y venía trabajando con entusiasmo y confianza en que, efectivamente, lo que les habían dicho las instituciones era cierto y que la buena administración de los recursos les garantizaban sus ingresos. Y esto fue así hasta que apareció la bióloga Gloria Rojas.

Para que las autorizaciones sean renovadas por SERNANP la jefatura debe emitir un informe técnico dando cuenta de la campaña del año anterior, en este caso, de 2012. Esto es un trámite que se realiza a inicios de año y deja libre el camino para que la gente organice su trabajo en el año en curso.

Cuando los grupos de manejo han solicitado a la Jefatura que emita el mencionado informe técnico a fin de obtener la autorización anual, les han contestado con evasivas o con abiertas mentiras: que está en marcha, que ya ha sido enviado a Lima, que falta tal o cual pequeño detalle. Lo cierto es que la bióloga Rojas no está dispuesta a firmar el informe ni a gestionar la autorización. Recalco sin autorización no pueden aprovechar recursos ni tampoco cuentan con aval para controlar la reserva frente a la incursión de extractores ilegales.

El carácter autoritario de la bióloga Rojas, exhibido en años pasados a su paso por las jefaturas de las reservas nacionales Allpahuayo Mishana y Pucacuro, lo ha vuelto a exhibir de nuevo en la RNPS. Ha hecho diversos viajes a comunidades de la RNPS con la exclusiva finalidad de crear división en la gente y, en algún caso, de exigir cambios en las directivas de los grupos de manejo, algo intolerable desde todo punto de vista. No es una labor propia de un funcionario y menos de un jefe de un área tan importante como Pacaya Samiria. ¿De qué se trata? ¿Es solamente que quiere mostrar autoridad o tiene otro tipo de intereses ocultos?

En una reunión sostenida el 27 de marzo del presente año con la numerosa delegación que se encuentra en Iquitos para tratar de solucionar el problema que ha creado la bióloga Rojas, ella les manifestó que no va entregarles autorizaciones y que ya coordinó con otras personas a las que ha dado permiso de manera verbal para que aprovechen determinados recursos.

La formación de los grupos de manejo en la RNPS ha sido un trabajo de años, en los que se han creado con mucho esfuerzo lazos de confianza entre las poblaciones locales y los representantes del Estado. Hay algunos que trabajan desde hace 15 y 20 años. Para esto ha tenido que asistir a charlas y capacitaciones diversas. La bióloga Roja, por razones que deben ser investigadas, ha echado por la borda todos estos años de trabajo y esfuerzos de la gente y ha impuesto su parecer subjetivo entregando los recursos a gente sin capacitación y sin organización. “Son eventuales”, fue la definición que me dio la gente que entrevisté. El modelo de gestión participativa, que tan buenos resultados ha dado en la RNPS, y que ha servido de modelo para otras áreas, ha sido desechado para volver al antiguo y fracasado modelo, basado en la gestión centralista y autoritaria. Es sorprendente la falta de reflejos de las autoridades del SERNANP para corregir una situación como esta.

Con este caso, una vez más se comprueba la triste realidad de que en el Perú se castiga a quien hace bien las cosas y se premia al informal.

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Comentarios

Gracias por la información. Si hubiera más literatura al respecto sería de mayor difusión.

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