Servindi, 14 de noviembre, 2012.- La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) ha puesto en circulación virtual el libro: "Balance de la Conferencia de Naciones Unidas Río+20" en el que intenta responder preguntas como: ¿Cuánto lograron los movimientos sociales, y en particular el movimiento indígena, en defensa de la Madre Tierra y la Vida? ¿Significó Río+20 un avance o un retroceso en este camino? ¿O simplemente el mantenimiento del statu-quo que nos ha llevado a la crisis global?
El libro puede ser descargado libremente desde el siguiente enlace: http://www.coordinadoracaoi.org/portal/sites/default/files/RIO%2B20.pdf
El libro se anuncia como un texto para el debate, "una contribución de quienes humildemente ofrecemos compartir nuestros saberes y experiencias con todos y todas aquellos y aquellas interesados en hacer posible un mundo de equidad y respeto a la vida" indica una nota de prensa de la CAOI.
Contenido del libro
El primer capítulo hace una breve reseña de las conferencias internacionales sobre desarrollo sostenible y los temas centrales de Río+20: economía verde, marco institucional para el desarrollo sostenible y objetivos del desarrollo sostenible.
El segundo capítulo presenta las propuestas de las organizaciones indígenas y las acciones de la CAOI para llevar la agenda andina a este espacio global. El tercero evalúa los principales resultados de la Conferencia.
El cuarto y último capítulo muestra los objetivos, desarrollo y resultados de la Cumbre de los Pueblos y de la Conferencia Internacional de Pueblos Indígenas sobre Desarrollo Sostenible y Libre Determinación.
Río+20
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20 reunió en junio de este año a representantes de 192 Estados, personal de Naciones Unidas, hombres y mujeres de prensa, organismos no gubernamentales y organizaciones sociales, en una cumbre que sumó 44 mil participantes.
Entre las diversas actividades se desarrollaron reuniones plenarias oficiales, diálogos sobre desarrollo sostenible, eventos auspiciados por gobiernos nacionales y cientos de talleres y ponencias realizados por organizaciones de la sociedad civil.
El mega evento se realizó veinte años después de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como Cumbre de la Tierra o Río’92, cuyo objetivo fue definir acuerdos y líneas de acción frente al creciente deterioro ambiental y el cambio climático.
Al llegar a Río+20, una interrogante era esencial: ¿es posible cambiar el sistema y hacerlo sostenible sin romper sus paradigmas centrales: acumulación, mercantilización, dominio económico, político y militar?
La consigna: “Cambiemos el sistema, no el clima”, lanzada por decenas de miles de personas en Copenhague, Dinamarca, mientras los representantes de los Estados se reunían en la COP15 de 2009, era ya una consigna compartida por diversos movimientos sociales, entre ellos los movimientos indígenas, a lo largo y ancho del planeta.
Los pueblos indígenas como actor social
Los pueblos indígenas y sus organizaciones participaron convencidos de que es posible y urgente construir, desde todas las culturas y todas las visiones, un nuevo paradigma civilizatorio sustentado en el reconocimiento y respeto de los derechos humanos y colectivos y en el reconocimiento de los Derechos de la Madre Tierra, para alcanzar el Buen Vivir y garantizar la continuidad de la vida.
Los pueblos indígenas de la región articulados en la CAOI, realizaron en el primer semestre de 2012 su preparación para participar en Río+20 por medio de tres talleres regionales, y estuvieron presentes en las reuniones preparatorias convocadas por las Naciones Unidas.
Las propuestas y aportes de las organizaciones afiliadas a la CAOI se sintetizaron en el documento: "Posicionamiento hacia Río+20. Por un nuevo paradigma civilizatorio: Buen Vivir en armonía con la Madre Tierra para garantizar la vida".
Una de las preocupaciones era la carencia de políticas públicas frente al deterioro ambiental y el cambio climático, y la necesidad de incidir y colocar los temas propios de la región como: agua, glaciares, biodiversidad y conocimientos ancestrales, en la agenda global.
En ese esfuerzo la CAOI desplegó diversas acciones en el marco de Río+ 20 a fin de que instrumentos internacionales como la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fueran un estándar y marco básico para el desarrollo sostenible e intentar evitar la imposición de un modelo único.
CAOI inaugura oficina
De otro lado el 10 de noviembre Luis Fernando Arias, Consejero Mayor de ONIC, entregó las llaves de su nueva oficina a Gerardo Jumí Tapias, Coordinador General de la CAOI, en una breve y sencilla ceremonia que reunió al Consejo Directivo de la CAOI y su Consejo Político y el Consejo de Gobierno de la ONIC.
La idea de la nueva coordinación es operativizar oficinas en cada una de las sedes de las organizaciones afiliadas a la CAOI. De esta manera la Coordinadora Andina tiene su sede en Lima, Perú, donde la organización integrante es la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (CONACAMI).
Para sus actividades descentralizadas y para el fortalecimiento de su articulación, conversará con las dirigencias de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), a fin de contar también con oficinas en las respectivas sedes institucionales.
Durante su estadía en Colombia, la CAOI además emitió una Resolución Conjunta de Articulación con el Consejo Continental de la Nación Guaraní (CCNAGUA), así como una Resolución de Respaldo a la lucha en defensa de la integridad territorial de la Comunidad Guaraní-Kaiowá en Mato Grosso del Sur, Brasil.
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