Servindi, 27 de junio, 2012.- Un año después de que Fernando Lugo asumiera el cargo de presidente de Paraguay, es decir el año 2009, ya se planeaba su destitución con un juicio político, indica un cable diplomático de EE.UU. filtrado por Wikileaks.
El texto del cable difundido por el canal argentino TN señala que “corren rumores de que el líder de la UNACE, el general Lino Oviedo, junto al ex presidente Nicanor Duarte Frutos, buscarían destituir a Fernando Lugo”.
Se trata de una comunicación secreta entre la Embajada de EE.UU. en Asunción y el Departamento de Estado con sede en Washington, con fecha del 28 de marzo de 2009. Desde entonces se esperaba un traspié de Lugo para someterlo a juicio político.
¿Quién movió los hilos?
La hipótesis de una posible trampa a Lugo para destituirlo del cargo es muy probable si se consideran los actores que facilitaron el juicio político.
El Partido Colorado –fundado por el dictador Alfredo Stroessner–, que representa los intereses de los grandes latifundistas paraguayos, habilitó el juicio diez meses antes de la elección presidencial donde su candidato, el terrateniente y empresario Horacio Cartes, se prefigura como vencedor.
Según el periodista y autor del libro Los Herederos de Stroessner, Idilio Méndez Grimaldi, la trasnacional sojera Monsanto ha cumplido un papel central en el golpe contra Lugo.
El 21 de octubre de 2011, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, dirigido por el liberal Enzo Cardozo, dio el visto bueno provisorio a la semilla de algodón transgénico Bollgard BT de Monsanto, para su siembra comercial en Paraguay.
El gen de este algodón está mezclado con el gen del Bacillus Thurigensis, una bacteria tóxica que mata a algunas plagas del algodón, como las larvas del picudo, un coleóptero que deposita sus huevos en el capullo del textil.
El Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas, Senave, dirigido por Miguel Lovera, se negó a inscribir dicha semilla transgénica en los registros de cultivables, por carecer de los dictámenes del Ministerio de Salud y de la Secretaría de Ambiente.
Por ello es que desde hace meses, Monsanto, a través de la Unión de Gremios de Producción (UGP) realizó un feroz ataque contra una instancia pública que se negaba a inscribir una de sus semillas transgénicas.
La toma de la hacienda Curuguaty y los “sin tierra”
El 15 de junio, un grupo de campesinos “sin tierra” que tomaron por la fuerza la hacienda Curuguaty -propiedad del político opositor "colorado" y empresario Blas N. Riquelme- fueron violentamente desalojados por la policía. En la acción murieron once campesinos y seis policías.
El enfrentamiento en Curuguaty bien podría haber sido provocado para desatar el proceso de juicio político que culminó el viernes pasado con la destitución del presidente Lugo.
Una emboscada de este tipo solo sería explicada por un sabotaje interno dentro de los cuadros de inteligencia de la Policía, con la complicidad de la Fiscalía.
Se trataba de policías altamente entrenados en el marco del Plan Colombia, y es poco creíble que pudieran caer fácilmente en una supuesta trampa tendida por campesinos.
Analistas ven detrás del golpe parlamentario un plan para criminalizar y llevar hasta el odio extremo a las organizaciones campesinas. El fin es empujar a los campesinos a abandonar el campo para el uso exclusivo de los agronegocios, que son del mayor interés de Monsanto y de los grandes latifundistas paraguayos.
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