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Por Altayr Braun
10 de marzo, 2012.- Un nuevo Día de la Mujer, que como dijimos en otras oportunidades es en realidad todos los días del año. ¿Acaso la mujer no trabaja, está pariendo, es ultrajada o asesinada todos y cada uno de esos numeritos del calendario?
No podemos “celebrar” este día como si fuera un cumpleaños y mirar impávidos toda la alharaca de discursos que se pronuncian en el mundo cada 8 de marzo. La realidad va mucho más allá de un Día de la Mujer más. La realidad está en las noticias diarias, apenas un pequeño porcentaje de lo que esa realidad golpea tan duro en todo el planeta.
¿Quieren ver algo de ese karma que carga la mujer en pleno siglo XXI?
Pondremos el ejemplo de Afganistán, uno de los países donde es más difícil ser mujer. Allí, además de que ésta es obligada a casarse aún niña con un barbudo que le lleva 40 años o de ser mutilada en un acceso de furia de su amante esposo, sigue instituido el “baad”, esto es el secuestro de una mujer o una niña para compensar una falta o una deuda de los mayores, que por su parte lo aceptan hasta aliviados porque se salieron de esa deuda.
Si a ello le sumamos que en 2014 las tropas occidentales se retirarán del país y que los talibanes, con su radicalismo religioso y su reconocida crueldad hacia las mujeres, están seguros de volver al poder, es de imaginar lo que les aguarda a las mujeres y niñas afganas. Incluso los norteamericanos están negociando con los talibanes las formas de su retorno, se supone que diciéndoles “pero pórtense bien ¿eh?” y el títere del presidente Hamid Karzai, que en los hechos hace rato que los deja hacer, sólo tiene interés en que no toquen su pellejo y lo dejen disfrutar de un apacible retiro con sus cuentas europeas ganadas con el sudor de sus comisiones por el tráfico de opio. En suma, vía libre para los talibanes y más, y quizás peores, sufrimientos para las afganas.
Y si seguimos recorriendo mundo podemos detenernos en México, por ejemplo, un país que desde hace décadas, sin saber cómo comenzó ni por qué, se ha convertido en un horror para la mujer. Sólo en Ciudad Juárez ya han desaparecido, o fueron halladas muertas y mutiladas, una cantidad de mujeres que oscila entre las 800 y las 1300 según investigadores. Lo mismo, si bien en menor número, ocurre en los restantes estados mexicanos. Desde niñas que son secuestradas hasta en pleno día cuando esperan un bus o vuelven de su escuela hasta trabajadoras en las “maquilas” que regresan a sus hogares a la madrugada. Ninguna vuelve a aparecer como no sean, en algunos casos, sus cuerpos mutilados y semienterrados en el desierto.
Además de sus padecimientos, esas mujeres y sus familiares sufren la lacra de la falta de Justicia, un poco por desidia y negligencia y mucho por complicidades con el narco. El narco domina todo, está devorando a México. Y en Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, se hicieron amos y señores de un feudo que nadie aún se atreve a enfrentar. Jueces y policías figuran en su nómina de asalariados, y los que no se dejan comprar son asesinados de las formas más terribles para advertir y atemorizar a todos, como lo muestran con frecuencia los titulares de los diarios.
Un tiempo atrás se supo que muchas de las chicas desaparecidas eran secuestradas para ser llevadas a haciendas de personajes ricos donde se organizaban orgías en las que ellas eran el “plato principal” y objeto de los instintos más bajos de un grupo de degenerados, para terminar luego arrojadas como desperdicios al desierto, y que también eran llevadas para el mismo fin al otro lado de la frontera. Hoy los ricos son los narcos con sus propias haciendas pero la historia de horror de las mujeres de Ciudad Juárez sigue siendo la misma. Nadie, ni gobierno, ni gobernadores, ni autoridades judiciales y policiales le pone fin, y pobre del periodista o investigador que pretenda inmiscuirse por su cuenta en ese reinado del terror.
En México son precisamente mujeres las que con las posibilidades que tengan a su alcance vienen haciendo el mayor ruido sobre este flagelo. Algunas de ellas, como las periodistas Lydia Cacho y Sanjuana Martínez, han sufrido persecuciones incluso desde propias áreas oficiales y viven bajo constantes amenazas de esos malnacidos que hacen y deshacen a su antojo. También hay organizaciones que contra toda amenaza se crearon para defender a la mujer contra la violencia de género o cuentan con blogs y portales desde donde elevan su voz y su lucha contra el feminicidio y todo abuso a mujeres y niños, como Feminicidio.Net, que mantiene actualizados todos los casos que se producen, una macabra estadística que es necesario hacer conocer a los organismos y opinión pública internacionales.
Y así podemos seguir por cientos de líneas más. Recorramos el mapa del mundo y elijamos. ¿Centroamérica? Otro pasaje al terror para las mujeres, con diarios sucesos aberrantes e incontables casos sin resolver. ¿Europa? Tomemos por ejemplo a España, donde en la prensa de todos los días no falta un caso de violencia de género en todas sus formas, desde la esposa muerta por un marido golpeador hasta la desaparición de niñas a las que algún degenerado decidió impedirles que lleguen a ser mujeres.
Y como tocamos en otros artículos, tenemos las prácticas de pueblos que viven aún en estado tribal y que –increíble que haya defensores que lo llaman “culturas que hay que respetar”- practican la ablación del clítoris a las niñas, muelen a latigazos a alguna pobre mujer que se le corrió una parte de su burka dejando ver un trocito de piel o asesinan a pedradas a otra por ser sorprendida amándose con alguien que ella eligió y no le fue impuesto.
Lamento sinceramente si este artículo, en lugar de celebrar el Día de la Mujer con sonrisas y confetti virtuales, pueda parecer cargado de pesimismo, pero estas son las realidades que vive en gran medida la mujer de hoy. Claro que es bueno recordar a pioneras, científicas y toda mujer que se haya destacado en algo en el acontecer mundial. Siempre serán dignas de homenaje mujeres como Marie Curie, Florence Nightingale, la Madre Teresa de Calcuta, Eva Perón, Lady Di, Indira Ghandi, Frida Kahlo o Neda, la estudiante iraní asesinada en las protestas de Teherán, entre tantas otras.
Pero creo que los recuerdos históricos hoy quedan opacados por el sufrimiento que padecen a diario, en cualquier lugar del mundo, las mujeres comunes, ya sean la oficinista o la chica de la limpieza que apenas soportan los embates de un jefe o patrón acosador, las congoleñas corridas de su tierra por guerras intestinas, las teenagers violadas porque unos depravados se babean con su falda corta, o las sudanesas que mueren abrazadas a su niño, acribilladas en medio de otra guerra más sin sentido.
¿De qué Día de la Mujer estamos hablando?
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Fuente: Portal informativo de Analíticsa: http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/7821062.asp
Comentarios
Coincido plenamente en el hecho de que festejar es ignorar la dura realidad de las mujeres ento el mundo, en nuestro país Argentina a proliferado además del maltrato a golpes o psíquico el de prender fuego a las mujeres que pretenden superar el sometimiento de la pareja. Más que festejar con regalos y homenajes hay que fortalecer la implementación de las leyes y la acción inmediata.
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