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Mundo: Niñas originarias sufren triple discriminación: por mujeres, indígenas y pobres

Servindi, 22 de setiembre, 2011.- “Imagínense ustedes la triple discriminación que yo llevo cada día: por ser niña, por ser indígena y por ser pobre", dijo Jessenia, de 12 años durante la ceremonia de presentación del informe “Por ser niñas. El estado mundial de las niñas 2011. ¿Y los niños qué?”, de la ONG Plan, realizado ayer en Ecuador.

"En mi comunidad, las voces de las niñas y las mujeres no son escuchadas, no se nos permite participar en las asambleas comunitarias porque no son asuntos nuestros”, agregó la menor, quien vive en un pueblo indígena del cantón Guamote. Ahí, el 94% de sus habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza.

Para hacer frente a las condiciones adversas y a la discriminación, Jessenia participa en talleres vinculados a la defensa de sus derechos desde hace 5 años. Y forma parte de un programa de radio, que se transmite en una emisora local, en la cual los niños y niñas hablan de sus derechos.

El informe revela que "Las niñas son las pobres entre los pobres" y las cifras así lo demuestran: 900 millones de niñas y mujeres viven con menos de un dólar al día –lo que representa el 70% de los pobres del planeta–; y 140 millones viven con consecuencias de la mutilación sexual.

Asimismo, 62 millones de niñas crecen sin ir a la escuela; y 10 millones; son obligadas a casarse cada año antes de los 12. La discriminación se produce porque son mujeres y menores.

¿Y los niños qué?

Para abordar la problemática, el estudio propone cambiar el concepto de que los varones son el problema y empezar a considerarlos como parte de la solución. Incide en que muchas de las rígidas normas de género, son adoptadas y aprendidas por los niños y niñas durante los primeros años de vida.

Por ejemplo, en India y Ruanda, 65% de los menores encuestados aceptan la premisa de que "una mujer debe tolerar la violencia para mantener unida a la familia"; y el 43% de los niños y niñas señala que "hay veces que una mujer se merece ser golpeada".

A los seis años, cualquier niño reconoce los roles de género que le rodean: una 'buena niña' es la que escucha y respeta a sus mayores, ayuda a su madre y se queda en casa. Un 'buen niño', no obstante, es travieso, tiene muchos amigos para jugar en la calle y no siempre tiene paciencia para escuchar a sus mayores.

"Una educación basada en la permisividad y el sentimiento de superioridad contribuye a generar hombres con necesidad de hacer siempre su voluntad ante todo, tener siempre el control", explica Héctor Hurtado, experto nacional de género de Plan en Ecuador.

Estos esquemas educativos fomentan el abandono escolar de los menores, que deriva en un aumento de los niveles de violencia, criminalidad, violencia de género y desempleo. En América Latina, un hombre entre 15 y 29 años tiene un riesgo de morir por homicidio 28 veces mayor que en el resto del mundo.

Según Héctor Hurtado, los niños y adolescentes viven con miedo: "Miedo a perder los privilegios, miedo a que no se reconozca nuestra virilidad, miedo a perder el poder y dominio sobre todos y todas. Los hombres, en materia de emociones, aún no nos bajamos de los árboles".

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