Por Rodrigo Arce Rojas*
29, noviembre de 2010.- La construcción participativa de políticas públicas es una oportunidad en la que las autoridades y la sociedad civil puedan modelar de manera conjunta acuerdos sociales que favorezcan la convivencia social. Este proceso contribuye a un esquema de buen gobierno en tanto es producto de la apropiada integración entre la visión del gobernante y las legítimas preocupaciones, perspectivas y objetivos de la sociedad.
Un buen proceso de construcción participativa de políticas públicas permite un encuentro de los diversos actores involucrados quienes ven representadas sus expectativas en la política pública resultante.
Para tener éxito en la construcción participativa de una política pública es necesario entender el papel del diálogo en este proceso. Coloquialmente podríamos decir que el diálogo, la conversación, la deliberación y la discusión son sinónimos y ello no tendría mayor relevancia. Pero en la construcción participativa de políticas públicas requerimos usar los términos con mucha precisión para no perder el sentido del intercambio comunicacional. Hagamos pues las diferencias:
- Se entiende por conversación a aquel acto comunicativo que se establece entre dos o más partes y que supone el intercambio de ideas de modo tranquilo y respetuoso(1)
- Una deliberación es un acto - entendido en cuanto proceso y resultado - en el cual se evalúan los pros y contras relevantes con objeto de adoptar una decisión determinada(2)
- Una discusión es una conversación o debate entre dos o más personas en la que intercambian puntos de vista, ponencias y propuestas sobre un dado tema de discusión. A menudo los grupos poseen ideas o visiones contrapuestas (3).
Según Hal Saunders (1999) “El diálogo es un proceso de genuina interacción mediante el cual las personas cambian gracias al aprendizaje adquirido por su profunda disposición a escuchar. Cada una de ellas se esfuerza por incluir las inquietudes de los otros en su propia perspectiva, aun cuando el desacuerdo persista. Ninguno de los participantes renuncia a su identidad, pero cada uno reconoce suficientemente la validez de las reivindicaciones humanas de los demás, y en consecuencia actúa en forma diferente hacia los otros”.
De manera resumida se podría decir que diálogo es encuentro mientras que debate es combate. En el diálogo los actores se predisponen a escucharse mutuamente, aprender uno del otro e incluso a remover actitudes si es que el intercambio de ideas permite entender razones. El diálogo no busca imponer una razón sino reconocer juntos la razón. Por lo tanto el diálogo implica una predisposición actitudinal de construir, avanzar, enriquecer, mejorar una situación dada.
Podemos apreciar que en el diálogo puede haber momentos de conversación, deliberación o incluso hasta de discusión pero lo que no se pierde de vista es que la idea no es aplastar a la otra parte sino de búsqueda conjunta de un escenario armónico.
Quiere decir entonces que el diálogo es la esencia de la gobernabilidad democrática intercultural. La construcción de una actitud dialógica en las culturas y subculturas es diversa. Quiere decir que unas son más dialógicas que otras. También hay que aceptar que algunos no sabemos dialogar, así como algunos no sabemos escuchar. Los esquemas de pensamiento cerrado, los etnocentrismos, los fundamentalismos ideológicos impiden una mayor apertura hacia un diálogo genuino.
El diálogo por sí solo debería ser un concepto válido, sin embargo la constatación de las dificultades de asumir el diálogo en su real dimensión nos obliga a invitar al acompañamiento de adjetivos que clarifiquen o profundicen su propósito. Así nos vemos obligados a hablar de diálogo genuino, diálogo generativo, diálogo proactivo, entre otras denominaciones.
El diálogo como fenómeno humano no está restringido a una dimensión racional, las emociones también forman parte de su constitución. La calidad del diálogo tiene mucho que ver con el dominio de las competencias emocionales, pues sin renunciar a la condición emotiva, existe mejor predisposición para el diálogo cuando se manejan apropiadamente las emociones. Está claro que la inteligencia intuitiva cumple un importante papel. Nuestras corazonadas también constituyen buenas consejeras si es que sabemos interpretarlas y capturarlas oportunamente.
Es pues el diálogo un fenómeno profundamente humano cuya contribución positiva a la formulación de políticas públicas requiere de fortalecer una cultura dialógica. La construcción participativa de políticas públicas es una oportunidad para procesar intelecto y emociones para tratar de encontrar los caminos sensatos de la razón compartida. Razones humanas que no están desligadas de la razón de la naturaleza y del cosmos.
A través del diálogo podemos procesar nuestras inquietudes, angustias, temores y perspectivas. El diálogo no es una forma de domesticar nuestras legítimas dudas o temores sino de convertirlos en poderosos estímulos para buscar las respuestas sensatas. Como estas condiciones se dan, en mayor o menor medida, en ambas partes, el diálogo nos permite procesar las diferencias. Hay que tener presente que la diversidad constituye un valioso capital para gestionar favorablemente los procesos sociales en los que estamos involucrados. El reacomodo conjunto de vectores, equilibrado, ponderado, honesto y transparente, nos permite, en base a la confianza, definir las mejores propuestas para todas y todos.
Consecuentemente, para favorecer los procesos de diálogo no sólo hay que asistir al proceso con alta autoestima, sino que hay que predisponerse a avanzar, a construir. Un reconfortante proceso de diálogo es aquel en el que todas y todos ganamos. De esta manera fortalecemos una cultura de paz en base al fortalecimiento del capital y la cohesión social.
Bibliografía consultada:
- Hal Saunders, 1999. A Public Peace Process: Sustained Dialogue to Transform Racial and Ethnic
- Conflicts. Nueva York: Palgrave, pág. 22.
Notas:
(1) http://www.definicionabc.com/comunicacion/conversacion.php
(2)es.wikipedia.org/wiki/Deliberación
(3)es.wikipedia.org/wiki/Discusión
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* Rodrigo Arce: Ingeniero Forestal. Correo: [email protected]
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