Una contundente respuesta recibió el pedido de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) qué solicitó esta semana a Bolivia y Perú adoptar medidas para erradicar la práctica de la masticación de la hoja de coca. La JIFE, órgano de las Naciones Unidas, llegó al extremo de pedir a ambos gobiernos realizar más esfuerzos para eliminar la fabricación de productos derivados como el mate de coca.
- La Hoja de Coca, en el banquillo, audio Servindi (descargar archivo mp3, 8.10 minutos)
Esto sucedió a pesar que el llamado chacchado o acullico es una práctica común de los pueblos originarios de la región andina.Philip Emafo, Presidente de la JIFE, declaró que masticar hoja de coca es "dañino o podría ser dañino según estimaron los que redactaron la Convención Única de Estupefacientes de 1961.
Por lo pronto, Bolivia anunció que una delegación oficial se desplazará hasta Viena, Austria, para participar del 51 periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas.
En tal oportunidad Bolivia ratificará el valor cultural de la hoja de coca que para nosotros significa vida y es parte de la cultura de vivir bien.
De igual modo, el Canciller José Antonio García Belaúnde aseguró que el Perú respeta el uso tradicional de la coca y así se lo hará saber a las Naciones Unidas.
De esta manera el canciller corrigió la postura de Rómulo Pizarro, zar antidrogas de Perú, quién dijo que el chacchado es una tradición que debería irse abandonando de manera paulatina.
De forma similar, Rosario Fernández, Ministra de Justicia peruana, se mostró receptiva a la recomendación de la JIFE.
"Es una tradición milenaria pero eso no significa que debamos cerrar los ojos ante los efectos negativos o letales que pudiese tener", declaró.
El valor de la hoja de coca
Jorge Hurtado, director del Museo de la Coca en Bolivia, señala que es un error común comparar la hoja de coca del clorhidrato de cocaína, cuando se trata de dos cosas muy distintas.
El clorhidrato de cocaína es una sustancia obtenida de la hoja pero después de un proceso de síntesis en el que intervienen una docena de componentes químicos.
El especialista indica que la planta sirve de materia prima para producir anestésicos de uso local, bebidas, vinos, harinas, dentríficos anticaries y medicamentos tópicos como pomadas.
La coca es además un gran alimento, lo que fue verificado por una famosa investigación de la universidad de Harvard, en Estados Unidos, realizada en 1975.
Se ha comprobado científicamente que la hoja de coca contiene un valor nutritivo superior a la kiwicha, la quinua, el trigo y el maíz. Tiene el doble de calcio de la leche, tanto fósforo como el pescado, más hierro que la espinaca, diez veces más vitamina A que la zanahoria y un 18 por ciento de proteínas.
Por otro lado la hoja de coca tiene un gran valor en la identidad cultural andino amazónica.
Juega un rol primordial en la espiritualidad andina como en los pagos a la tierra, en los ritos del ganado o en las ofrendas a los Apus o cerros tutelares.
Los sacerdotes andinos, llamados yatiris, pacos o altomisayocs, la utilizan en todo rito público y privado.
Es asimismo un lubricante social y energético presente en las faenas comunales y un elemento de cohesión social y de buenas costumbres.
Como práctica curativa se consume directamente, masticándola, en infusión, o se utiliza como preparado, emplaste, frotación o en sahumerio.
El "maleficio" de la coca
La hoja de coca ingresa como producto indeseable en 1961, cuando las Naciones Unidas decreta la erradicación de todos los arbustos de coca, mediante el artículo 26 de la Convención Única sobre Estupefacientes.
Lo extraño es que la misma norma autoriza en el siguiente artículo la producción de un agente soporífero (saborizante) que no contenga ningún alcaloide y en la medida necesaria para dicho uso autoriza la producción, exportación, el comercio y la posesión de dichas hojas.
Es decir, este tratado protege con nombre propio a la transnacional Coca Cola, que es la única que puede adquirir legalmente la hoja de coca para uso industrial, fuera del farmacéutico.
Lo paradójico es que Estados Unidos, al amparo de esa convención, se empeña en que los países productores erradiquen el cultivo de la hoja sagrada.
Algunos analistas estiman que la lucha contra el narcotráfico es además un excelente pretexto para que la potencia norteamericana coloque pies y manos en territorios ajenos.
¿Por qué en lugar de controlar la oferta de droga más allá de sus fronteras no controlan la demanda al interior de su país, más aún si Estados Unidos es el principal consumidor de la cocaína producida en los países andinos, tendencia que no ha variado en los últimos años?
Esperanzas en la hoja sagrada de los Incas
Una adecuada utilización de la hoja de coca permitiría combatir la desnutrición en los países andinos y podría convertirse en un valioso producto de exportación destinado no solo a la industria farmacéutica.
Se podría abastecer parte del mercado mundial con ecgonina, atropina, benzoína, pectina, globulina, inulina, reserpina, y otros alcaloides con diversas propiedades benéficas.
Para que la hoja de coca crezca no necesita tierras especiales, requiere menos agua, da tres o cuatro cosechas al año, su hoja es perenne y su arbusto permanece productivo casi indefinidamente.
Más de 130 millones de personas desnutridas en América Latina es una razón poderosa para darle dimensión industrial a un insumo que abunda en la región y posee todas las virtudes para combatir la desnutrición al más bajo costo.
No olvidemos que la coca supera a las 52 especies vegetales que alimentan América Latina en valor nutricional, y que la ingestión de 100 gramos de hojas de coca supera la dieta diaria de calcio, hierro, fósforo, vitamina A, vitamina B2 y vitamina E recomendada por la Organización Mundial de la Salud para una persona.
El valor de la hoja de coca supera largamente el valor de la droga y es por esta razón que se la defiende y se le exige al gobierno sentar una posición comprometida a favor de ella.
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100 x ciento de acuerdo con ustedes
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