Por Maria Sol Wasylyk Fedyszak*
22 de abril, 2010.- Las jornadas de charlas y grupos de trabajo de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra comienzan temprano, si es que se respeta el programa del evento. Hoy no fue el caso. A las 8 y media de la mañana estaba anunciada una conferencia sobre Deuda Climática y tenía, entre sus expositoras, a Naomi Klein, reconocida periodista e investigadora de la antiglobalización.
El lugar previsto se cambió por otro y cuando se estaba llenando la sala se anunció que iba a ser en un tercer lugar. Se nota cuán complejo deber ser organizar un evento que congrega a unas 20 mil personas y que resulte completamente organizado.
En fin, la charla se efectuó en un amplio salón de un hotel renombrado de Tiquipaya, cerca de donde el presidente daba una conferencia de prensa. “A todos va a afectarnos el cambio climático pero no al mismo tiempo ni de la misma forma”, señaló la canadiense.“Los países ricos alientan a proteger sus fronteras, preparan sus semillas para que sean más resistentes. Entonces debemos tratar la desigualdad”.
Klein relata que su país es uno de los que no cumple el protocolo de Kyoto a pesar de haberlo firmado. Canadá, tras no haber disminuido las emanaciones de CO2, las incrementó en un 35 por ciento. En esa línea indicó que “el 55 por ciento de los efectos se verán en los países en desarrollo, por ejemplo, en Bolivia que necesita de sus glaciares”.
Klein enfatizó en que lo que hace vulnerables a los países es el clima agresivo y una infraestructura insuficiente. “Haití es el mejor ejemplo de eso: En 2008 hubo cuatro tormentas que afectaron el Caribe. En Cuba murieron 4 personas y en Haití 800 por falta de infraestructura”.
Luego, el moderador de la mesa, mexicano, recordó a los asistentes que cuando la cumbre se haga en Cancún, “ahí todos se encontrarán con un presidente enemigo. El gobierno mexicano, en línea con el de Estados Unidos, está de acuerdo en que no se llegue a ningún acuerdo en la próxima cumbre respecto a una reducción en la emisión y van a tratar de aplazar ese tema hasta Sudáfrica en 2011”.
En los pocos minutos que pudo hablar, debido a que sus tiempos se acortaron por tanto cambiar de lugar para la conferencia, el moderador esbozó que “Cancún va a ser un espacio de chantaje, algo así como un ´cuanto dinero te daré por los daños que te causé pero a cambio quiero firmes lo de Copenhague”.
Al mismo tiempo, en otras partes del predio, los grupos de trabajo terminaban de llegar a acuerdos para comenzar en la tarde con las plenarias.
También siguió sesionando la Mesa 18 sobre la actividad minera y los territorios indígenas campesinos. En una de las intervenciones de una integrante de Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasusyu (CONAMAQ) de Oruro, después que los expositores terminaron de dar la información, señaló que ellos hablan de “territorio, no de tierra. Tierra es de la superficie hasta unos 30 centímetros de profundidad”.
Frente al local en el que se sesionaba y que está fuera del predio de la cumbre, un grupo de jóvenes pintaban carteles, mensajes para el Gobierno que se referían a que en algunas décadas, en aquellos lugares en el que hay explotaciones mineras no habrá agua.
En horas de la tarde uno de los chicos estaba cerca del ingreso al predio de la cumbre con uno de esos carteles y la policía lo sacó diciendo que estaba borracho. Cuando anochecía, un grupo de esos chicos se manifestó en medio del predio, cerca del escenario. Estaban todos acostados con sus carteles en el piso rodeados de todos los que pasaban por allí.
En la tarde también hubo una conferencia de prensa de la Vía Campesina, un movimiento internacional de campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, indígenas, gente sin tierra, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas. Está conformada por 148 organizaciones de 69 países de Asia, África, Europa y el continente Americano.
Uno de los puntos que señalaron es que hay que revalorizar los alimentos “para que no haya dependencia alimentaria de los países”, remarcó Alberto Gómez, integrante de la Unión Nacional de Areas Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) de México, organización integrante de la Vía. El Movimiento Sin Tierra de Bolivia también forma parte de esta organización.
Gómez relató que estuvieron en Copenhague y “aunque teníamos registro oficial no nos dejaron pasar”. En ese sentido, indicó que “acá (en Cochabamba) estamos discutiendo para que los pueblos articulen una consigna conjunta para abarcar masivamente la crisis”.
Durante la conferencia se le preguntó al panel de cinco expositores qué opinaban acerca de la gestión del presidente Morales y si creían que había coherencia entre su discurso y su práctica en la gestión en general y con los conflictos socio ambientales en particular.
Una observación: no sólo en este caso, sino en varias oportunidades, a los disertantes o expositores parece que les incomoda tener que dar una respuesta a modo de juicio de valor cuando se trata de Evo. “Es lamentable que se tengan que discutir los temas de conflictos socioambientales aparte. No conocemos la gravedad de esos asuntos en Bolivia pero eso debería estar dentro de la dinámica de la cumbre” , señaló Gomez.
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* Maria Sol Wasylyk Fedyszak es periodista de IWGIA
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