Servindi, 24 de diciembre, 2009.- El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, anunció la creación de 9 nuevas áreas indígenas que ocupan un territorio de 50 mil kilómetros cuadrados (km2), donde viven unos 7 mil aborígenes, algunos de ellos aislados.
"Son más de 5,1 millones de hectáreas de bosques brasileños que serán preservados", sostuvo la Fundación Nacional de los Indígenas (FUNAI).
"Por más que hagamos por los pueblos indígenas, la deuda es histórica y no hay dinero que pueda pagarla, sólo podremos revertirla con actitudes y gestos", indicó el mandatario al firmar los decretos que reconocen las tierras.
La mayor tierra indígena reconocida, Trombetas Mapuera, ocupa 40 mil km2 de selva en el estado de Amazonas donde viven unos 2 mil 800 indígenas de diferentes etnias, incluidos algunos indígenas aislados.
La demarcación de tierras indígenas cumple las funciones de entregar las tierras a sus pobladores originarios y preservar los bosques, una prioridad del gobierno comprometido con reducir en un 80% la devastadora deforestación amazónica hasta 2020.
"La tierra garantiza a los pobladores indígenas que se mantenga su memoria, que no olviden sus músicas, danzas, comidas y artesanías, sus antepasados y su lengua", consideró más adelante el presidente de la FUNAI, Marcio Meira.
En Brasil existen 663 tierras indígenas reconocidas, que suman más de 1 millón de km2, equivalentes al 12,5% del territorio brasileño.
Según datos del Consejo Misionero Indigenista (CIMI), todavía el 40% de los territorios indígenas está pendiente de regularización.
La FUNAI calcula que hay cerca de un millón de indígenas en el país, cerca del 0,5% de una población de 190 millones, aunque una buena parte en áreas urbanas.
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