Servindi, 20 de diciembre, 2015.- El documentalista y escritor estadounidense Michael Moore inició una campaña en redes para denunciar la posición discriminatoria antimulsulmana del millonario empresario Donald Trump, quien afirmó que de ser elegido presidente, negaría la entrada de musulmanes al país.
El documentalista escribió una carta pública dirigida a Trump y pidió a los que leyeron la carta que escriban un cartel que diga “Todos somos musulmanes” y se tomen una foto sosteniéndolo, para después viralizarlo a través de las redes sociales.
La iniciativa de Moore encontró rápido eco y está siendo una de las más replicadas en Twitter en los Estados Unidos.
Michael Moore el miedo y la ignorancia se encuentran detrás de las expresiones de Donald Trump, actualmente precandidato a presidente para las elecciones presidenciales de 2016 por el Partido Republicano.
“Fui criado para creer que todos somos seres humanos y hermanos, sin distinción de raza, credo o color” escribe Moore. “Esto significa que si querés prohibir a los musulmanes, primero vas a tener que prohibirme a mí. Y a todos los demás también”, afirma Moore.
Para quienes no lo conocen deben saber que Moore es un afamado crítico de la globalización, las grandes corporaciones, la violencia armada, la invasión de Irak y las políticas de George W. Bush y sus antecesores. Obtuvo ocho premios Oscar por sus documentales.
A continuación reproducimos el texto de la carta pública de Michel Moore, traducido por Jorge Anaya y difundido por La Jornada, de México:
Carta a Donald Trump
Por Michael Moore
Hoy fui a pararme frente a la Torre Trump con una pancarta hasta que llegó la policía. Luego me fui a casa y escribí una carta a Donald. Hela aquí:
Estimado Donald Trump:
Tal vez recuerde (claro que sí, después de todo, ¡tiene una “memoria perfecta!”) que nos conocimos en noviembre de 1998, en el salón verde de un talk show de televisión en el que ambos estábamos programados para aparecer una tarde. Pero poco antes de entrar, una productora me llevó aparte para decirme que aparecer conmigo en el estudio lo ponía “nervioso”. Dijo que no quería que lo “despedazara” y que quería estar seguro de no “me le iría encima”.
– ¿Cree que lo voy a derribar y a ponerle una llave? –pregunté, atónito.
– No –respondió la productora–. Pero parece que usted lo pone a temblar.
–Vaya. Nunca me he encontrado con él. No hay razón para que tenga miedo –dije–. En realidad no sé gran cosa de él, excepto que parece que le gusta poner su nombre a cosas. Si quiere, hablaré con él.
Y entonces, como tal vez recuerde, así lo hice. Fui y me presenté con usted. “La productora dice que le preocupa que yo le diga o haga algo durante el programa. Oiga, sin ofender, apenas sé quién es usted. Soy de Michigan. Por favor no se preocupe… ¡nos vamos a llevar bien!”
Pareció aliviado. Luego se inclinó y dijo: “Es sólo que no quería problemas y deseaba asegurarme de que, bueno, íbamos a estar bien. Que no iba a fastidiarme por alguna ridiculez”.
“¿Fastidiarlo?” Pensé: ¿acaso estamos en tercer año de primaria? Me impactó ver cómo alguien que se presentaba como un tipo duro de Queens parecía un tímido gatito.
Entramos al programa. No pasó nada fuera de lo común entre nosotros. No le jalé el pelo ni le puse chicle en el asiento. “¡Qué gallina!”, fue todo lo que recuerdo haber pensado al salir del estudio.
Y bueno, ahora estamos en 2015 y usted, como muchos otros tipos blancos enojados, tiene miedo de que el coco venga por usted. Ese coco, en su mente, son todos los musulmanes. No sólo los que han matado, sino TODOS LOS MUSULMANES.
Por fortuna, Donald, usted y sus partidarios ya no tienen la apariencia de lo que Estados Unidos es hoy. No somos una nación de tipos blancos enojados. He aquí una estadística que le pondrá los pelos de punta: 85 por ciento del electorado que votará para presidente el año próximo son mujeres, personas de color o jóvenes de entre 18 y 35 años. En otras palabras, no usted. Y tampoco la gente que quiere que usted gobierne su país.
Así pues, en su desesperación y locura, usted llama a prohibir la entrada de todos los musulmanes a este país. A mí me educaron para creer que somos hermanos y hermanas de todos, con independencia de raza, credo o color. Eso significa que si usted quiere excluir a los musulmanes, primero tendrá que excluirme a mí. Y a todos los demás.
Todos somos musulmanes.
Así como todos somos mexicanos, todos somos católicos y judíos y blancos y negros y de todos los tonos intermedios. Todos somos hijos de Dios (o de la naturaleza o de cualquier cosa en la que crea), parte de la familia humana, y nada de lo que diga o haga puede cambiar ese hecho en nada. Si no le gusta vivir conforme a estas reglas estadunidenses, necesita meterse en el cuarto de tiempo fuera de cualquiera de sus torres y sentarse allí a pensar en lo que ha dicho.
Y luego dejarnos a todos los demás en paz para que podamos elegir a un presidente de verdad, que sea compasivo y fuerte, al menos lo bastante fuerte para no estar todo asustado por un tipo de Michigan con gorra de beisbol sentado junto a él en el sofá de un programa de televisión. No es usted tan duro, Donny, y me alegra haber podido ver al verdadero Trump de cerca y tan personal hace tantos años.
Todos somos musulmanes. Acéptelo.
Mis mejores deseos,
Michael Moore
- Pido a todos los que lean esto ir aquí (http://michaelmoore.com/weareallmuslim)y firmar la siguiente declaración: “WE ARE ALL MUSLIM” y luego poner una foto suya con un letrero que diga “WE ARE ALL MUSLIM” en Twitter, Facebook o Instagram, usando el hashtag #WeAreAllMuslim. Publicaré todas las fotos en mi sitio y se las enviaré a usted, señor Trump. Siéntase libre de unirse a nosotros.
PPD. Para firmar mi declaración #WeAreAllMuslim, vayan a mi sitio web: http://michaelmoore.com/weareallmuslim
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Fuente: Publicado el viernes 18 de diciembre en La Jornada de México. Traducción: Jorge Anaya: http://www.jornada.unam.mx/2015/12/18/opinion/018a1pol
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