Servindi, 1 de agosto, 2021.- Una semana política convulsa vivió el Perú, marcada por lo que sería una primera pequeña crisis del gobierno de Pedro Castillo Terrones.
El detonante fue la designación del congresista Guido Bellido Ugarte como presidente del Consejo de Ministros, un cargo de alta jerarquía en el diseño político institucional peruano.
El nombramiento de Bellido, militante del partido Perú Libre, cercano al secretario general Vladimir Cerrón, fue interpretado como una "imposición" sobre Pedro Castillo, a quién le convenía un primer ministro con mayor apertura y capacidad de negociación.
Guido Bellido Ugarte nació en el distrito de Livitaca, provincia de Chumbivilcas, región Cusco. Ingeniero electrónico realizó una maestría en Economía con mención en Gestión Pública y Desarrollo Regional. Fue secretario general regional de Perú Libre en el Cusco y elegido congresista de la República para el periodo 2021-2026.
Ello ocasionó que al filo de la medianoche del jueves 29 de julio tomaran juramento solo dieciséis ministros, de los dieciocho que deben conformar el gabinete ministerial.
Pedro Francke y Aníbal Torres, voceados para las carteras de Economía y Finanzas y Justicia y Derechos Humanos, respectivamente, salieron del recinto poco antes de la juramentación, lo que se interpretó como un desacuerdo.
Las razones de la discrepancia para juramentar aquella vez salieron a la luz horas después, cuando la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) difundió un comunicado
#COMUNICADO El presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido Ugarte, manifiesta lo siguiente: pic.twitter.com/29W73eItIw
— Consejo de Ministros (@pcmperu) July 31, 2021
En él expresó su "más firme compromiso con la democracia, la gobernabilidad y los derechos humanos" así como su rechazo categórico a "toda forma de violencia y de terrorismo en todos sus extremos."
También afirma que su gestión en la PCM se guiará por el mensaje dado por el Presidente de la República el 28 de julio ante el Congreso de la República y el pueblo peruano.
En el escueto, pero sustantivo pronunciamiento, Bellido expresa su compromiso con la "igualdad plena de derechos y la erradicación de todas las formas de discriminación."
Como para que no quede duda alguna sobre sus expresiones en redes, afirma que "juntos superaremos el racismo, el clasismo, el machismo y la homofobia que aún están profundamente arraigados en la sociedad".
La noche del viernes 30 de julio se completó el gabinete de 18 ministros con la juramentación de Aníbal Torres, en la cartera de Justicia y Derechos Humanos, y Pedro Francke, en Economía y Finanzas.
Pedro Castillo Terrones y Pedro Francke Ballvé. Foto: Agencia Andina.
Francke, cuadro técnico y político que procede del equipo técnico de Juntos por el Perú, tuvo un juramento que fija el rumbo de su orientación en la gestión pública.
Dijo: “Por un avance sostenido al buen vivir, con igualdad de oportunidades sin distinción de género, identidad étnica u orientación sexual. Por la democracia y la concertación nacional, sí juro”.
Luego de perder la opción de presidir o por lo menos integrar la Mesa directiva del Congreso, el gabinete de Guido Bellido enfrenta ahora el desafío de recibir por lo menos 66 votos para obtener su voto de confianza.
Si el Poder Legislativo no otorga la confianza se produce una crisis ministerial y todo el gabinete deberá presentar su renuncia.
Si se le niega la confianza a dos Consejos de Ministros el Presidente de la República "está facultado para disolver el Congreso", reza el artículo 134 de la Constitución Política vigente.
Constitución Política de 1993Artículo 133°. El Presidente del Consejo de Ministros puede plantear ante el Congreso una cuestión de confianza a nombre del Consejo. Si la confianza le es rehusada, o si es censurado, o si renuncia o es removido por el Presidente de la República, se produce la crisis total del gabinete. Artículo 134°. El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros. El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso. Dichas elecciones se realizan dentro de los cuatro meses de la fecha de disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente. No puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato. Disuelto el Congreso, se mantiene en funciones la Comisión Permanente, la cual no puede ser disuelta. No hay otras formas de revocatoria del mandato parlamentario. Bajo estado de sitio, el Congreso no puede ser disuelto. |
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Foto: Presidencia
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