Por Dad Neba*
CiCi-K. 3 de mayo, 2018.- Cada 3 de mayo, desde 1993, se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Sin embargo, no hay mucho para celebrar. El libre ejercicio del periodismo está seriamente comprometido en muchos países, y la situación está lejos de mejorar en los últimos años.
"Cada vez más jefes de Estado electos democráticamente ven a la prensa como un adversario", advirtió Reporteros Sin Fronteras (RSF) en su Ranking Mundial de la Libertad de Prensa 2018, presentado el mes pasado.
"En el Día Mundial de la Libertad de Prensa de 2018, hago un llamamiento a los Gobiernos para que impulsen la libertad de prensa y protejan a los periodistas. Promover una prensa libre es defender nuestro derecho a la verdad", indicó el Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres.
Lo cierto es que América Latina es escenario de algunas de las violaciones más graves que se registran contra la libertad de informar en el mundo. El ejemplo más reciente fue el asesinato de tres periodistas ecuatorianos en la frontera con Colombia.
En día de la Libertad de Expresión, los comunicadores indígenas queremos manifestar, la lucha de los pueblos, organizaciones indígenas que hemos venido manifestando la inclusión digital promueve no solo el acceso, sino el uso y apropiación social de las tecnologías digitales: para atender las necesidades de las comunidades, para promover la formulación de políticas públicas, la creación de conocimientos, la elaboración de contenidos apropiados y el fortalecimiento de las capacidades de los comuneros.
De esta manera, la inclusión digital contribuye a mejorar las condiciones económicas, sociales, políticas y personales de los pueblos indígenas. Esta es la visión que tenemos los comunicadores indígenas.
Otras de las experiencias que se puede desarrollar son los telecentros comunitarios, son expresiones que utilizan las tecnologías digitales como herramientas para el desarrollo humano en una comunidad. Su énfasis es el uso social y la apropiación de las herramientas tecnológicas en función de un proyecto de transformación social para mejorar las condiciones de vida de una comunidad.
La comunicación indígena e intercultural resulta así una actividad clave para fortalecer a las organizaciones indígenas porque les permite compartir información útil para tomar mejores decisiones, les facilita el diálogo con la sociedad no indígena y puede contribuir favorablemente a propiciar políticas públicas inclusivas.
Del otro lado, la comunicación es un derecho de los pueblos que se debe ejercer en el marco de la libre determinación. Precisamente este derecho ha alcanzado mayor claridad, especificidad y emergencia con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que le dedica un artículo propio:
Artículo 16: Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer sus propios medios de información en sus propios idiomas y a acceder a todos los demás medios de información no indígenas sin discriminación.
Los Estados adoptarán medidas eficaces para asegurar que los medios de información públicos reflejen debidamente la diversidad cultural indígena. Los Estados, sin perjuicio de la obligación de asegurar plenamente la libertad de expresión, deberán alentar a los medios de comunicación privados a reflejar debidamente la diversidad cultural indígena.
Esta afirmación es mucho más amplia y superior a la escueta mención que la comunicación tiene en el Convenio sobre Pueblos Indígenas Nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) donde, en referencia a las obligaciones de los gobiernos para hacer conocer sus derechos y obligaciones, se señala:
“2. A tal fin, deberá recurrirse, si fuere necesario, a traducciones escritas y a la utilización de los medios de comunicación de masas en las lenguas de dichos pueblos” (Art. 30).
----
Fuente: Boletín CICVI-K. Editor y director: Nelson De León Kantule (Dad Neba). Correo electrónico: [email protected]
Añadir nuevo comentario