Los portales destinados al cambio climático fueron retirados de la página web de la Casa Blanca. Mientras tanto, la administración de Donald Trump congeló las subvenciones otorgdas por la Agencia de Protección Ambiental.
Por José Carlos Díaz Zanelli
Servindi, 31 de enero, 2017.- Desde que asumió la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump no ha dejado de realizar cambios radicales en su país. Esta vez se trata de la política del gobierno norteamericano frente al cambio climático, la misma que sufrirá modificaciones radicales.
Una de las primeras fue el retiro de la web de la Casa Blanca de las páginas de información dedicadas a temas ambientales. Desde hace ya algunos días, la información oficial de Washington sobre el cambio climático ha sido alojada en un apartado dedicado a la gestión de Barack Obama.
Mientras tanto, la administración Trump ha ordenado a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) que congele todo tipo de subvención. Esto formaría parte de una estrategia de censura que pretende imponer el actual gobierno de los EE.UU. frente a temas vinculados al cambio climático.
El articulador a espaldas de Trump
Una de las personas de confianza de Donald Trump y quien viene articulando la “nueva política ambiental de Washington”, es Myron Ebell. Se trata de un exitoso lobista norteamericano quien se hizo conocido por ser uno de los principales promotores de la postura negacionista del cambio climático.
Ebell fue, tras la victoria de Trump en las elecciones, el encargado del equipo de transición del EPA. Vinculado a compañías petroleras y químicas, ha sido hasta el momento uno de los pocos funcionarios de Washington en pronunciarse respecto de las decisiones que vienen siendo tomadas en materia ambiental.
Intuyo que anularán las páginas web, pero los vínculos y la información seguirán disponibles, señaló Myron Ebell hace unos días al ser consultado por la desaparición de la información en la web de la Casa Blanca.
Durante la COP21, celebrada en París en el 2015, Myron Ebell fue catalogado por un grupo de activistas como un “criminal ambiental”. Lejos de amilanarse, el hoy hombre de confianza de Trump ha mantenido su postura de rechazo a las políticas ambientales.
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