Por Renzo Anselmo
Servindi, 28 de enero, 2020.- A través de un operativo que articuló al menos a tres fuerzas públicas, la Mesa Regional de Control y Vigilancia Forestal de Fauna Silvestre (MRCVFFS) de Lambayeque, evitó que un área del Santuario Histórico Bosque de Pómac se vea afectada por la tala ilegal de algarrobo.
Los agentes que llegaron al sector de El Verde de Batán Grande, distrito de Pitipo, en la provincia de Ferreñafe, hallaron y destruyeron hornos artesanales ilegales donde se iban a producir más de 100 sacos de carbón de algarrobo.
El lugar —en donde además se detuvo a dos personas con motosierra por talar sin permiso alguno— pertenecía a la zona de amortiguamiento del Santuario Histórico Bosque de Pómac, un corredor considerado de importancia por su conservación de la biodiversidad.
El operativo contó la participación del personal del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), 60 efectivos de la Policía Nacional y la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA).
El algarrobo: Lambayeque pierde 7,000 mil hectáreas por tala ilegal
La reducción poblacional del algarrobo es una realidad que afecta a los pobladores del norte del país, puesto que ellos viven de este recurso forestal.
En un artículo publicado el 2015 por la Universidad Pontificia Católica del Perú (PUCP), María Cuentas estudia el estado de los bosques secos de algarrobo para las comunidades rurales en Lambayeque y retrata el estado grave que han venido atravesando en los últimos años.
«El enfoque metodológico aplicado permite constatar que los bosques secos de Lambayeque se están deteriorando por la intensa deforestación, las invasiones y los cambios agresivos de uso del uso», señala.
El artículo que comprende un campo de estudio extendido entre 1985 y 2015, señala además que, a nivel local, el uso más importante que le dan los pobladores a los bosques de algarrobos son sus frutos, «pues las vainas de algarroba se utilizan para la alimentación humana y el forraje de animales».
Aunque, como se puede apreciar, el problema en los bosques de algarrobo posee registros en años, este aún no ha podido ser combatido totalmente. En septiembre del 2017, un informe de La República señalaba que el comercio ilegal hacía que Lambayeque pierda al año unas 7 mil hectáreas de bosques secos.
El entonces jefe de Serfor, Rafael Velásquez Campos, indicaba que la tala ilegal era un problema social. «En los distritos donde se elabora el carbón vegetal existen grandes índices de pobreza. La gente no tiene cómo sobrevivir y se dedica a carbonizar el algarrobo», explicó.
Tiempo de contrarrestar
No fue hasta el 16 de enero de este año que el Serfor anunció la creación de un grupo de trabajo multisectorial que, entre otras acciones, iba a identificar los factores que podrían estar afectando a los bosques de algarrobo.
Según informaron entonces, el plan de acción giraría en torno al inventario forestales de los bosques secos del norte del país, el diagnóstico poblacional de algarrobo, la sistematización de la información y los estudios previos vinculados al daño y mortalidad del algarrobo.
Además de ello, se iban a considerar la información socioeconómica para determinar el nivel de afectación de las poblaciones locales y el establecimiento de un banco de germoplasma de algarrobo.
Por el momento, las instituciones que integran la Mesa Regional de Control y Vigilancia Forestal de Fauna Silvestre han ratificado su compromiso en la lucha frontal contra la tala ilegal y anunciaron la intensificación de sus acciones estratégicas.
«La MRCVFFS intensificará las acciones estratégicas para proteger los ecosistemas naturales del departamento de Lambayeque, evitar la depredación de la flora y fauna silvestre, y contar con los servicios ambientales que nos brindan los bosques como la regulación hídrica, paisaje y recursos naturales», expresaron.
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Con información de: Agencia Andina, La República y PUCP
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