- Informe del PNUD advierte que 12 millones de peruanos viven con un ingreso promedio de 4 a 10 dólares diarios. Además, señala que de cada 5 habitantes de Latinoamérica, 2 son vulnerables a vivir en situación de pobreza. Asimismo, afirma que los nuevos retos de la región son superar las ‘exclusiones duras’ y consolidar un modelo sostenible post-extractivista.
Por Patricia Saavedra
Servindi, 27 de junio, 2016.- El Perú es uno de los países de la región que más redujo sus niveles de pobreza monetaria en la última década. No obstante, cerca de 12 millones de sus habitantes aún viven con un ingreso promedio de 4 a 10 dólares por día. Así lo revela el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016: Progreso multidimensional: Bienestar más allá del ingreso, presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El informe revela que de esos 12 millones de habitantes, entre 1,2 y 1,6 millones se encontrarían en una situación de mayor vulnerabilidad ya que en el corto plazo sus ingresos podrían ubicarse por debajo de los umbrales que establecen las líneas de pobreza internacional y regional de 1,25 y 4 dólares por persona por día, respectivamente.
Cabe destacar que el informe del PNUD plantea una nueva forma de medir el desarrollo, en base al progreso multidimensional; es decir, aquel que va más allá de las necesidades monetarias. Es así que apuesta por una redefinición del término "progreso", en la que el desarrollo humano es entendido como más que ingresos.
Puede acceder a la publicación del PNUD haciendo clic en la imagen.
Si bien el estudio señala al Perú como un ejemplo exitoso en políticas sociales, el documento resalta que políticas de ese tipo a nivel de región "son insuficientes para garantizar el bienestar de grupos específicos de la población que enfrentan exclusiones particularmente complejas que van más allá del nivel de ingreso de las personas".
Dichas exclusiones suelen estar vinculadas con relaciones de subordinación asociadas con la etnia, la raza, el color de piel, la orientación sexual, las prácticas y expectativas de género, las discapacidades físicas o mentales, la religión, la nacionalidad y la zona de residencia, entre otras, advierte el informe.
Al respecto, George Gray, jefe del PNUD para América Latina y el Caribe, sostuvo sobre el tema de género que si bien, según el INEI, el 49,7% de las mujeres peruanas que han estudiado una carrera cuenta con un título profesional, estas no tienen acceso a las mismas tasas de empleo, formalidad ni los mismos salarios que los hombres.
Algo que preocupa si se toma en cuenta que solo el 36,4% de hombres que cursaron estudios superiores cuenta con un título y pese a ello tienen mejores oportunidades laborales que las mujeres.
Dicha disparidad, advirtió Gray, quien participó de la presentación del informe el pasado 21 de junio, se traduce en un peligro para la economía puesto que no se aprovecha el real potencial de las mujeres como fuerza laboral.
El citado desequilibrió se relaciona estrechamente con la distribución del tiempo de las personas. Por ejemplo, una vez más según el INEI, mientras que los hombres en las zonas urbanas dedican 14 horas a la semana a trabajos no remunerados (labores domésticas), las mujeres dedican a las mismas labores 37 horas.
Exclusiones duras: las nuevas brechas para el desarrollo
En otro momento, Gray dio cuenta acerca del surgimiento de las llamadas ‘exclusiones duras’, las cuales no dependen del crecimiento económico ni se alivian con más ingresos, y más bien “se dan por etnicidad, género, identidad sexual, color de piel o discapacidades".
Al respecto remarcó que erradicar dichas exclusiones sobrepasa el cierre de brechas materiales ya que el abordaje de estas recae en políticas de protección, discriminación positiva, empoderamiento ciudadano y reconocimiento de los derechos individuales y colectivos. En ese sentido alertó que “hay una tarea inconclusa en América Latina para vernos como iguales”.
“La economía verde va a ser la agenda futura”
Pese a lo avanzado en la región —72 millones de latinoamericanos dejaron de ser pobres entre el 2003 y el 2013—, hay dos transiciones que no han ocurrido, señaló el representante del PNUD: “una es la transición inconclusa de ciudadanía, que está asociada a las ‘exclusiones duras’, y otra es la transición post extractivita, la del desarrollo sostenible".
Respecto de la segunda transición explicó que esta es “una transición que no ha sucedido en América Latina” y que es “el tema estructural pendiente en todos los países de la región ya que es la salida del patrón de producción de materias primas, lo que llamamos la transición post extractivista. Es un reto global. El desarrollo económico y humano ha estado altamente asociado a la depredación de recursos naturales."
"La economía verde va a ser la agenda futura. América Latina tiene mucha riqueza en biodiversidad y recursos naturales y queremos un bajo uso de esa riqueza. Todavía no hemos encontrado la manera de construir un patrón sostenible de desarrollo social en torno a eso. Nada que disminuya los derechos de las personas y comunidades o que amenace la sostenibilidad ambiental puede ser considerado progreso”, indicó.
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