Servindi, 26 de abril, 2019.- Alrededor de 2,2 millones de agricultores de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua perdieron sus cultivos de maíz y frejoles. De ellos, 1,4 millones requieren de ayuda humanitaria de manera urgente.
Frente a esta crisis, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) solicitan fondos urgentes para llevar asistencia a las víctimas.
“Los agricultores que viven de lo que producen han comenzado a plantar este mes, muchos de ellos no tienen reservas de alimentos y corren el riesgo de perder sus cultivos nuevamente”, exhortó Miguel Barreto, director regional del PMA para América Latina y el Caribe.
La FAO sostiene que se requieren 72 millones de dólares para proporcionar alimentos a más 700 mil afectados, así como para rehabilitar cultivos, establecer sistemas de protección social y fortalecer la “resiliencia de las comunidades”.
“Si no los apoyamos ahora, la próxima temporada podría ser extremadamente difícil para ellos, especialmente para los niños que son los más vulnerables y cuya condición nutricional podría empeorar", advierte Barreto.
Pobreza y migración
En el 2018, según información de los gobiernos centroamericanos, el retraso de la de la época de lluvias en el Corredor Seco afectó el 70 por ciento de la primera cosecha de los agricultores, mientras que el exceso de lluvia dañé casi el 50 por ciento de la segunda cosecha.
Además, FAO recuerda que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) pronosticó la aparición del fenómeno El Niño y pronosticó que duraría hasta octubre del 2019.
“Existe una alta probabilidad de que El Niño afecte la siembra de granos básicos durante el primer ciclo de cultivo, lo que empeorará la ya frágil seguridad nutricional y alimentaria de las comunidades a lo largo del Corredor Seco”, advierte la FAO.
En este sentido la FAO y el PMA recomiendan a los agricultores informarse sobre la situación actual y reemplazar los cultivos dependientes del agua con otros que requieran menos líquido.
“Aproximadamente la mitad de los 1,9 millones de pequeños productores de granos básicos en América Central viven en el Corredor Seco”, refiere.
Sin embargo, de acuerdo con los datos de la FAO, el PMA y los gobiernos, hasta el 82 por ciento de familias vendieron sus herramientas agrícolas y animales para comprar alimentos. A veces se saltan las comidas y consumen alimentos menos nutritivos.
“Más del 25 por ciento de los hogares encuestados no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades alimentarias básicas y el ocho por ciento de las familias informó que planea migrar en respuesta a esta situación”, advierte la FAO.
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