Mafias vinculadas al narcotráfico y la minería ilegal estarían detrás de estos asesinatos. Organizaciones indígenas recalcan ineficacia de mecanismos de protección estatal.
Servindi, 24 de marzo, 2022.- Tres presuntos defensores indígenas del pueblo yanesha y asheninka fueron asesinados la noche del martes 22 de marzo en la provincia de Puerto Inca, Huánuco.
El atentado mortal habría sido ocasionado por mafias dedicadas al narcotráfico y la minería ilegal, como denunciaron la Organización Regional Aidesep Ucayali (Orau) y la Asociación Regional de Pueblos Indígenas de la Selva Central (Arpi-SC).
“El valor de la vida humana y, peor aún, de la vida indígena se ha perdido completamente, y parece que más para las autoridades, que no implementan sistemas de protección efectivos”, cuestionaron las organizaciones.
Como resaltó la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), con estos últimos asesinatos queda demostrada la incapacidad estatal para proteger a los y las defensoras, así como la seguridad de las comunidades.
Alerta máxima
Como detallaron las organizaciones mediante un pronunciamiento, dos de los líderes indígenas asesinados son Jesús Berti Antaihua Quispe (43), Nusat Parisada Benavides de la Cruz (40), de la comunidad nativa ashaninka ‘Cleyton’.
A la de ellos, se habría sumado la muerte de Gemerson Pizango Narvaes (46) de la comunidad nativa yaneshsa ‘Santa Teresa’. Siendo las tres víctimas del distrito de Puerto Inca, en la provincia huanuqueña del mismo nombre.
Las dos comunidades a las que pertenecían los líderes asesinados están afiliadas a la Federación de Comunidades Nativas de Puerto Inca (Feconapia), cuyo director, Fernando Carpio, fue quien dio aviso del fatal hecho.
Las organizaciones Orau y Arpi-SC rechazaron esta violencia que surgiría por el avance de actividades ilegales y es potenciada por proyectos de infraestructura sin proyecto técnico, así como por la corrupción de un sistema de justicia que mantiene la impunidad.
#HastaCuando
Las ORAU y ARPI-SC se Pronuncian, ante nuevos Asesinatos de los Pueblos Asheninca y Yanesha, en el Departamento de Huánuco.@aidesep_org @MinjusDH_Peru @MininterPeru @Defensoria_Peru @CIDH @Poder_Judicial_ @Ojo_Publico @MongabayLatam @amazonwatch @ONGDAR @Ideele pic.twitter.com/No1gVaZNNf— ORAU Oficial (@orau_oficial) March 24, 2022
Ineficacia estatal
Asimismo, señalaron que las medidas desarrolladas por el Estado, solo identifican las amenazas, algo que las organizaciones ya indican conocer.
“Los mecanismos intersectoriales, las medidas dispuestas por el Estado, demuestran no solo ser insuficientes, sino, inoportunas”, subrayaron en el pronunciamiento.
En medio de la negativa de ratificar el Acuerdo de Escazú y con mecanismos ineficaces, señalaron que, solo entre Ucayali y Huánuco, se contabilizan 14 líderes indígenas asesinados hasta la fecha.
Siendo esta una alarmante situación que solo conduce a que sean los mismos pueblos indígenas quienes recurran a su autodefensa, el pronunciamiento llama a que se tomen cartas en el asunto.
“De parte de los pueblos indígenas, empezaremos a tomar medidas de seguridad basados en nuestros usos y costumbres para asegurar la protección de los defensores y líderes indígenas”, afirman.
“No podemos seguir entregando nuestras vidas sin que el Estado haga nada”, concluyen.
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Comentarios
Tal como hagas así pagas..
Tal como hagas así pagas...que esta Ley se aplique ya...
JUSTICIA RESTAURATIVA.
La justicia restaurativa es un proceso para resolver el problema de la delincuencia enfocándose en la compensación del daño a las víctimas, haciendo a los delincuentes responsables de sus acciones y también, a menudo, involucrando a la comunidad en la resolución del conflicto. Una justicia que repara el daño en la misma proporción que se originó, es y se trata de una verdadera justicia justa, compensatoria y equilibrada, porque está orientada en el cumplimiento de los principios básicos de la aplicación de la ley de leyes como es la Ley de Igualdad, es decir, tal como haces, así deberás pagar.
Una justicia compasiva y restauradora es aquella que es dirigida fielmente por esos principios de igualdad...es decir, no se trata sólo de castigar al delincuente u ofensor, con algo parecido o incluso lejos de su verdadera acción delictiva, sino más bien en mover los mecanismos adecuados para que al infractor se le haga pagar en idéntico orden en el que así llegó a delinquir...todo lo que se aleje a ese espejo de la acción delictiva u ofensora, es erróneo y perjudicial, es traicionar los principios de la aplicación de la ley justa y compensatoria, como es la Ley de Igualdad.
Las políticas penitenciarias están obsoletas y no siguen ese fin persuasivo de respeto y equilibrio, puesto que se encuentran lejos de alcanzar la verdadera justicia restaurativa. No es la sociedad ni el propio orden social quienes incumplen las directrices de unas leyes y justicia correcta; pensemos también que nos encontramos ante leyes incorrectas y justicias prostituidas que lejos de alcanzar el orden, nos siembran de miedos, especialmente cuando vemos cómo el delincuente de cuello blanco o no, campea libremente sin temor alguno...Y digo que no es la sociedad, porque la responsabilidad directa está en manos de la autoridad. Autoridad igualmente esposada, ante unas leyes incorrectas, es decir, leyes corruptas.
Si logramos que los ciudadanos caminen desde principios de corrección y respeto; si se aplica la norma de nivelar tanto derechos como de obligaciones, la reducción y eliminación de las desigualdades será un hecho. La prisión no es la solución; garanticemos los principios de igualdad, para que nos veamos en esa línea de respeto. La mujer sufre doblemente esta situación, en especial cuando vemos que las cárceles continúan siendo pensadas y construidas para el hombre; pero insisto que las cárceles no son ni han sido ni serán la solución real y efectiva...como tampoco es el endurecimiento de las penas; en especial cuando vemos que los centros penitenciarios provocan una mayor degradación psicosomática de los delincuentes internados.
Esa cohesión y reducción de desigualdades no está en manos del individuo, sino más bien del ejercicio práctico institucional como primer responsable; si carecemos, por ejemplo, de un correcto y buen sistema educativo, es de esperar que el abandono escolar se produzca y vaya en aumento...el ente institucional es el verdadero responsable de que algo funcione o no. La dualidad delincuente y víctima no deben ir de la mano porque quiebran los valores obligación y derechos; no es la víctima la que ha de reparar, sino el delincuente, en toda su magnitud delictiva, para que esa carga contraída sea compensada; y la única manera de lograrlo es pagando en el mismo grado en que se ha delinquido.
El Estado monopoliza la Justicia Penal, pero desde sus propios agentes o inspectores judiciales, para lograr una eficaz y justa compensación reparadora en idéntico orden en el que se infringe. El infractor es quien debe dar cuenta a la víctima y a la comunidad, pagando y reparando el daño causado, pero siempre desde esos principios de igualdad. Así que es la Justicia Social la responsable de guardar ese equilibrio entre víctima y delincuentes para que exista una verdadera Justicia Restaurativa y Reparadora.
Cuando hay un delito, el culpable y responsable es la mano ejecutora. La retribución del delincuente es lograr una pena, pero siempre en la Ejecución Reparadora...y esa acción de reparar no se logrará si no se compensa con su igual, a fin de que los platillos de la balanza se encuentren en perfecto equilibrio. Así que los procesos ejecutorios deben abarcar las investigaciones pasadas y presentes, para que haya una sentencia firme e igualitaria en ese inmediato futuro. Por lo que el castigo aleccionador hacia el infractor debe buscar un escarmiento y una retribución de corresponsabilidad para lograr la correcta disuasión y prevención de la delincuencia. Y para que se logre recrear un verdadero y eficaz vínculo, donde agresor y agravio van unidos, se enfocan desde las perspectivas de lo procesal, moral y material para que los efectos del delito cometido encuentren un equilibrio justo. Para curar los efectos del delito es necesario corresponsabilizar al agresor.
En la Justicia, en un juicio, no debe haber ganadores ni perdedores, sino resolución del conflicto de manos de la mediación de una correcta Justicia Restaurativa y responsable que nivele la acción agresora con idéntico pago..., esa es la verdadera puerta hacia un futuro en igualdad, donde el valor de la responsabilidad transforma al infractor, restaurando una acción en igual medida, consiguiendo en definitiva el objetivo de orden, libertad y paz.
---saludos desde Universal Global de Ediciones de acceso gratuito -obras para pensar y abrir conciencia- en www.escuelaabierta.eu y www.universalproyecto.org
-Obras en formato escrito. Gracias por divulgar---http://escuelaabierta.eu/.../universal-global-de-ediciones/
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