Urge remediar brechas de exclusión en pueblos indígenas si se busca garantizar la salud y el bienestar para todos al 2030, como lo establece el ODS Salud de la ONU.
Servindi, 22 de diciembre, 2020.- Las brechas de exclusión y olvido continúan alejando al Perú de cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de garantizar la salud y el bienestar para todos al 2030.
La pandemia confirmó la vigencia de estas brechas que afectan a los más pobres de entornos urbanos y rurales y, especialmente, a las comunidades nativas de la Amazonía peruana.
Para encaminarse al objetivo, urge remediar estas brechas implementando acciones que se adecúen con la geografía, perspectivas y cosmovisiones de los pueblos indígenas.
Brechas arrastradas
Antes de la pandemia COVID-19, los pueblos indígenas de la Amazonía ya registraban serias limitaciones en materia de salud y padecían otras enfermedades.
De acuerdo al censo 2017, el último realizado en Perú, el 67% de las 2,703 comunidades nativas registradas no cuenta con ningún establecimiento de salud.
Además, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los departamentos amazónicos —donde se concentran los pueblos indígenas— mantienen un retraso de una década en el número de médicos.
Mientras que en las grandes ciudades se registran hasta 26 médicos por cada 10 mil habitantes al 2018, ningún departamento amazónico supera la mitad de esa cifra, y registran entre 6 y 13 médicos.
Son también estas poblaciones —de las regiones de Loreto, Madre de Dios y Ucayali— las que concentraban los casos de malaria, hepatitis B o dengue antes de la pandemia.
Y las que estaban a punto de recibir al mortal virus con fuentes de agua contaminadas, desatención sanitaria y pobre cobertura de agua potable.
Antes de la llegada del COVID-19, los departamentos amazónicos que registran más población indígena concentraban los casos de malaria, hepatitis B y dengue Foto: Andina
Pueblos indígenas en la pandemia
Con la llegada de la pandemia, la situación de vulnerabilidad de los pueblos indígenas recrudeció y las brechas se hicieron más visibles.
Aunque las comunidades indígenas fueron las primeras en aislarse de manera voluntaria, el virus los alcanzó y pronto las regiones amazónicas se convirtieron en las más afectadas.
Loreto fue la región más golpeada con la mayor mortalidad por COVID-19 del Perú, seguida de Ucayali, Amazonas, San Martín y Madre de Dios.
Asimismo, los pueblos Awajún, Kichwa y Achuar registraron los mayores casos del nuevo coronavirus, según informó el portal OjoPúblico.
En su último reporte, actualizado al 23 de noviembre, la sala de población indígena con COVID-19 del Ministerio de Salud, da cuenta de 26,990 casos confirmados y 159 muertes en 11 regiones del país.
Una brigada del Minsa traslada a una paciente desde su comunidad, en Loreto, a un establecimiento de salud. Foto: Ginebra Peña/ OjoPúblico
Panorama de desafíos
La situación de los pueblos indígenas expone el camino que aún tiene por recorrer el Perú para garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos sus ciudadanos al 2030.
Esto, si se quiere cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3 de los 17 que adoptaron los Estados miembros de las Naciones Unidas en el 2015.
Para alcanzar esta meta, Perú tiene por delante una serie de desafíos que parten por acelerar la implementación de servicios básicos considerando la pertinencia cultural de las poblaciones.
Ello, según lo ha sugerido Marcel Estuardo Vásquez, representante de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Perú.
Así, pues, implementar los ODS en la Amazonía significa que estos se deben adecuar con la geografía, perspectivas y cosmovisiones de los pueblos.
Esto, con el fin de lograr políticas públicas efectivas y culturalmente pertinentes, con respeto a la autonomía de los pueblos indígenas.
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