Su salida obligaría a que el presidente del Congreso, que idealmente tendría que ser cambiado, asuma como jefe de Estado y convoque a elecciones de inmediato.
Servindi, 16 de diciembre, 2022.- Tras conocerse que el Congreso rechazó adelantar las elecciones generales al 2023, crece el clamor por la renuncia de la presidenta Dina Boluarte como la salida más rápida a la crisis.
Su salida obligaría a que el presidente del Congreso, que tendría que ser cambiado por una figura que genere más confianza, asuma como jefe de Estado y convoque a elecciones de inmediato.
Incapacidad política
La situación es cada vez más insostenible y así lo demuestra la incapacidad política que se aprecia tanto desde el Ejecutivo, representado por Dina Boluarte, como desde el Legislativo.
Desde el Gobierno no han sido capaces de frenar la fuerte represión en las protestas que hasta el momento deja 20 fallecidos, y han respondido sacando a los militares a la calle.
A esto se suman la ineficaz comunicación de la presidenta Boluarte, que se limita a publicar mensajes de pésame en redes sociales, y la de algunos ministros, que parecen insensibles ante tantas muertes.
Ni el Ejecutivo (representado por Dina Boluarte) ni el Congreso (representado por José Williams) están dando la talla en esta crisis. Foto: Andina
Apenas dos ministros, los de Educación y Cultura, presentaron hoy su carta de renuncia alegando que no podían seguir asumiendo sus cargos en medio de la violencia del Estado.
Del otro lado, en el Congreso, en la jornada de este viernes 16 de diciembre, las fuerzas políticas fueron incapaces de consensuar para acordar el adelanto de elecciones al 2023.
Así, por la tarde, el Pleno terminó rechazando esta propuesta, pues solo 49 congresistas votaron a favor. ¿Si Ejecutivo y Legislativo no están a la altura de la crisis, que se puede hacer?
Renuncia y transición
Por ahora, la demanda que ha empezado a ganar más fuerza es la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
Si Boluarte renuncia, por orden del artículo 115 de la Constitución, es el presidente del Congreso quien asume como jefe de Estado y debe convocar de inmediato a elecciones.
Es claro que de ningún modo quien podría ser el actual presidente del Congreso, José Williams Zapata, un militar retirado, exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas, y con antecedentes cuestionados.
Por ello, lo que tocaría es renovar la Mesa Directiva del Congreso, eligiendo a una personalidad independiente que genere confianza en la ciudadanía y garantice una adecuada transición.
Perú no es ajeno a este procedimiento. En el año 2000, tras la caída de la dictadura de Alberto Fujimori, en el Congreso se eligió al congresista Valentín Paniagua como presidente, para que así suceda a Fujimori.
Por lo pronto, la salida más urgente parece ser encontrar una figura como Valentín Paniagua que garantice un gobierno de transición sin más muertes. Foto: Andina
Lo mismo volvió a ocurrir en 2020, cuando el Congreso eligió a Francisco Sagasti como nuevo presidente del Legislativo, tras la vacancia de Martín Vizcarra, para que así lo reemplace en el cargo.
El trabajo, en todo caso, estaría ahora en pensar quién podría ser ese o esa congresista que podría asumir el rol de transición, frenar la represión y garantizar elecciones inmediatas.
Cabe señalar que, según el artículo 82 de la Ley Orgánica de Elecciones, la convocatoria de elecciones generales se hace con anticipación no menor de 270 días (unos 9 meses) de la fecha del acto electoral.
Esto supone que, la figura que asuma la presidencia tras la eventual renuncia de Boluarte, permanecería en el poder por lo menos 9 meses, mientras se organizan los comicios para elegir nuevos representantes.
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