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¿Por qué asesinaron al defensor ambiental Roberto Pacheco?

Roberto Pacheco, asesinado por defender los bosques en la Amazonía peruana. Foto: Archivo familiar.

Proteger los bosques en el Perú le costó la vida a este hombre de 34 años. ¿Quién era Roberto Pacheco? ¿Por qué lo mataron? ¿A quiénes les interesaba verlo muerto?

Servindi, 15 de septiembre, 2020.- “Aquí estás perdiendo tu tiempo, tú eres el que tiene que desaparecer de aquí”, le dijeron en abril de este año a Roberto Carlos Pacheco Villanueva.

Esa sería la última amenaza que recibiría el hombre de 34 años, dedicado a la protección de una concesión forestal de más de 800 hectáreas, en Madre de Dios.

La mañana del 11 de septiembre, su cadáver fue hallado por su padre, quien desde el 2012, venía denunciando la presencia de invasores en su territorio. Las autoridades brillaron por su indiferencia.

La concesión

Roberto Carlos era el mayor de los cuatro hijos de Demetrio Pacheco Estaca, un conocido ambientalista de la región Madre de Dios, donde administra una concesión forestal desde 1995.

La concesión, ubicada dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, comprende 842 hectáreas de bosques y está rodeada de tierras devastadas por la minería ilegal.

Para llegar allí, se debe viajar una hora en auto desde Puerto Maldonado hasta el kilómetro 70 de la carretera Interoceánica Sur y luego caminar cerca de dos horas por un sendero forjado a punta de machetazos por Pacheco y su familia.

Por ese mismo camino, transitan los invasores que desde el 2012, suelen ingresar a su concesión para talar el bosque y convertirlo en terreno agrícola.

“Ellos entran, talan, rozan, queman y, como la autoridad es lenta, no dejan de hacerlo”, contó hace unos años Demetrio Pacheco, también vicepresidente del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata.

Fue en esa lucha que el ambientalista integró a su hijo, Roberto Carlos. Juntos, se encargaban de vigilar y proteger la concesión forestal de la presencia de los invasores.

Al mismo tiempo, empezaron a presentar denuncias por deforestación y usurpación de tierras ante la fiscalía de Madre de Dios.

Siete de estas denuncias, de acuerdo al portal OjoPúblico, las pusieron en los últimos cuatro años, pero estas continúan avanzando a paso lento.

Lo que, por el contrario, no tardarían en aparecer, serían las amenazas contra Demetrio y su hijo Roberto Carlos.

Muchas veces, Demetrio se ha encontrado con este escenario: Árboles de decenas de años talados de manera ilegal por los invasores. Foto: Jaime Tranca / SPDA

Amenazas impunes

En el 2017, a Roberto Carlos le apuntaron en el pecho con una escopeta. Había encontrado a un grupo de taladores ilegales en la concesión de su padre y recriminarlos casi le cuesta la vida.

Ese mismo año, también le pusieron el cañón de un arma en la boca y destruyeron sus bienes personales.

Su padre recordó en una entrevista con Mongabay Latam que, meses después, Roberto Carlos encontró una bala en la mesa de su campamento un domingo.

Días antes, su hijo, ya atemorizado, le había pedido que asistiera a una reunión que los invasores iban a tener ese día. Demetrio, por seguridad, decidió no ir y viajó a la ciudad para realizar unas gestiones.

“Y me llama como a eso de las 9 y 30 de la mañana mi hijo: “¡No ves!... Como no has ido, mira lo que han dejado acá. […] Yo les dije que ibas a ir y esto es una amenaza”, recuerda que le dijo.

La última amenaza que recibió Roberto Carlos fue en abril de este año. Una vez más, Roberto descubrió a un grupo de seis invasores en la concesión de su padre y les recriminó por haber talado algunos de sus árboles.

“Aquí estás perdiendo tu tiempo, tú eres el que tienes que desaparecer de aquí”, le respondieron, según recordó su padre, Demetrio Pacheco, en diálogo con Mongabay Latam.

En una ocasión, Demetrio Pacheco y su hijo encontraron una bala en la mesa de su casa dentro de su concesión. Foto: Archivo Mongabay Latam.

El crimen

El jueves 10 de septiembre, Roberto Carlos salió como de costumbre a recorrer su concesión, pero esta vez no regresó a casa.

Preocupados por su desaparición, dos de las personas que trabajaban con él y su padre salieron a buscarlo.

Tras horas de búsqueda, Demetrio Pacheco halló el cuerpo sin vida de su hijo la mañana del viernes 11 de septiembre, a menos de 500 kilómetros de la concesión que administra.

Dos disparos de bala en la cabeza habían acabado con la vida de Roberto Carlos, según constató la policía.

Para Demetrio Pacheco, no hay dudas de que los responsables del asesinato de su hijo están vinculados a los invasores que se han establecido cada vez más cerca de su concesión.

“Saben que se está achicando el posible derecho [sobre el bosque] que ellos quieren tener y han optado por eso [el asesinato de Roberto Carlos]. Han dicho ‘ya lo eliminamos y vamos a ver que va a pasar’, pero yo no voy a ser el segundo. No se me va de la mente que ese sea el móvil”, le dijo el ambientalista a OjoPúblico.

Momento de la despedida a Roberto Carlos Pacheco, en la comunidad San Juan, cerca del lugar donde lo mataron. Foto: Comité de Gestión de la Reserva Tambopata y Jefatura de la Reserva Tambopata

Último adiós

Tras permanecer en la morgue, el cuerpo de Roberto Carlos fue trasladado el domingo hasta la comunidad San Juan, provincia de Tambopata, para recibir el último adiós.

Allí, muy cerca del lugar donde fue hallado muerto, decenas de pobladores acompañaron por iniciativa propia a la familia en una emotiva ceremonia a la que asistió Victor Zambrano, presidente del Comité de Gestión de Tambopata.

“Rindo un profundo homenaje a este mártir, a este héroe de la conservación de los recursos naturales del bosque. Su muerte no va a quedar impune. Mientras estemos vivos vamos a reivindicar este hecho tan lamentable”, dijo Zambrano, según recoge el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica.

El jefe de la Reserva Nacional de Tambopata, Vladimir Ramírez, también se hizo presente para lamentar lo ocurrido y llamar a la unión de la población.

“Mi mensaje es que hay que mantenerse unidos, todos, fuertes y seguir adelante. Pero de todas maneras no es competencia solo de la población, de hacer las denuncias, sino que las autoridades deben intervenir en el momento adecuado y no tras ocho años como ha sido este caso”, reclamó Ramírez.

Demetrio Pacheco, el padre de Roberto Carlos, solo tiene un deseo: “Quisiera que recuerden a mi hijo como un luchador constante del bosque”.

Último adiós a Roberto Carlos Pacheco. Foto: Comité de Gestión de la Reserva Tambopata y Jefatura de la Reserva Tambopata
Con la información de: Mongabay Latam, Ojo Público, Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica.

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Comentarios

Vivirás en el corazón de muchos niños..tu lucha por el bosque nunca se olvidará

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