El Sur, 14 de agosto,2018.- En el Museo Nacional de Antropología y en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas se llevó a cabo la Primera Jornada de Trabajo sobre Patrimonio Cultural y Mercado. Reflexiones sobre Derechos Colectivos y Propiedad Intelectual.
Se trata de una actividad académica que busca, a través del diálogo interdisciplinario y con la participación de portavoces de comunidades originarias del país, fomentar la investigación de casos de apropiación de saberes o manifestaciones culturales indígenas para su comercialización, y a la vez exponer las experiencias positivas en esa materia.
Este encuentro, destacó la antropóloga Castilleja, tiene como punto medular el análisis de los complejos vínculos que se han establecido entre el patrimonio cultural tangible e intangible que los pueblos indígenas generan, actualizan y transmiten de generación en generación, y los intereses mercantiles actuales.
“Hoy vemos que muchos de los objetos que en las comunidades tienen un uso cotidiano o un significado ritual, como textiles, cerámicas o bastones de mando, son considerados artesanías o incluso tomados por meros objetos decorativos en industrias como las de la moda y publicidad” indicó.
En este sentido, la secretaria técnica del INAH hizo el llamado para que las tres mesas de diálogo que integraron la jornada, contribuyan a la procuración de beneficios mutuos entre las comunidades y aquellos interesados en difundir sus saberes y producciones mediante la comercialización pues, dijo, cuando no existen tales mediaciones, se cosifica y se silencia a toda una cosmovisión.
María Elisa Velázquez y Fidencio Briceño añadieron que en este ciclo, participan no sólo expertos del INAH sino también especialistas en derecho y, más aún, de colectivos como la Asociación de Voladores, de Veracruz, defensores de saberes como los bordados de Tenango de Doria, Hidalgo, o la Asociación de Mujeres para el Desarrollo de Sacatepéquez, Guatemala.
Recordaron que la actividad se realiza en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, conmemorado cada 9 de agosto de acuerdo con el decreto de la Organización de Naciones Unidas (ONU), establecido el 23 de diciembre de 1994.
Acotaron, que esta efeméride no es simbólica, en tanto que busca reconocer y “conocer” a la herencia multicultural de cada nación, y a la vez traer a la memoria hechos violentos o de discriminación, que usualmente son el origen de dichas declaratorias internacionales.
En la mesa Derechos colectivos y propiedad intelectual, el estado en cuestión, la coordinadora nacional de Antropología, María Elisa Velázquez, anunció que el área a su cargo trabaja desde una Plataforma de Registro de Patrimonio Cultural y Mercado, que pronto estará disponible al público en la página web de la CNAN y visibilizará casos en los que una comunidad esté siendo afectada por una apropiación de sus saberes.
“Se trata de un mapa en el que documentaremos qué pueblo es el afectado, en qué modo y por quién, a fin de que esto sirva de insumo para investigaciones dentro del propio INAH, o como fuente de información para futuras reglamentaciones o acciones, por parte de otras instancias públicas o privadas, en la materia”.
Abundó que quienes estén interesados en enviar un caso, podrán registrarlo contactando al Programa de Peritaje Antropológico de la CNAN.
En la primera mesa participaron Xóchitl Zolueta Juan, titular del Programa de Peritaje Antropológico de la CNAN; Martín Michaus Romero, abogado por el Despacho Basham, Ringe y Correa; y Jesús Parets Gómez, director del Registro Público del Derecho de Autor, del Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor).
Los especialistas reconocieron que, desde el punto de vista de la propiedad intelectual, existen puntos contrapuestos en la materia, toda vez que a menudo, un particular busca registrar un producto cuya elaboración compete o pertenece, a un colectivo.
Aunaron que las propias características de las creaciones indígenas tienen un uso libre dentro de sus poblaciones de origen y no cuentan con un autor específico puesto que muchos artesanos comparten un mismo saber.
Pese a lo anterior, coincidieron en que la legislación y las instituciones mexicanas brindan a las comunidades herramientas para, por ejemplo, otorgar una marca colectiva a determinado pueblo o asociación civil, o bien denominaciones de origen e indicaciones geográficas a productos característicos de una región.
Además de insistir en la necesidad de mayores acercamientos entre juristas, antropólogos y comunidades, concluyeron que la sociedad en general, es decir, los consumidores, deben también tomar conciencia del tema y, preferentemente, investigar si el producto que adquieren realmente toma en cuenta o beneficia a la comunidad indígena de la que dice derivar.
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