Estudio de opinión pública realizado en provincias del Cusco, revela alto escepticismo sobre beneficios de la actividad extractiva. Pocos creen que “la minería moderna no contamina”.
CooperAcción, 15 de marzo, 2018.- Un estudio de opinión pública realizado en provincias del Cusco, revela un alto escepticismo de la población sobre los beneficios de la actividad extractiva. Además, muestra que muy pocos creen en el discurso empresarial que dice que “la minería moderna no contamina”.
El “Estudio sobre la formación de la Opinión Pública en el corredor minero del Sur Andino” incluye dos componentes: una encuesta realizada en las ciudades de Cusco y Espinar (región Cusco), y un estudio cualitativo realizado a través de entrevistas a actores locales en las ciudades de Tambobamba (Apurímac) y Santo Tomás (Cusco).
Se trata de ciudades importantes alrededor del corredor minero, donde operan empresas como Xtrata Antapaccay, minera Constancia de Hudbay y el megaproyecto MMG Las Bambas.
Los resultados del sondeo muestran que el 93% de las personas encuestadas consideran que las empresas mineras que operan en la región producen “mucho” o “algo” de contaminación, mientras que apenas 5,3% respondieron que “poco” o “nada”.
La encuesta también muestra el escepticismo de la población frente al aporte de la minería al desarrollo local y a la generación de empleo. Un 52,3% de la muestra señaló que las empresas generan “poco” o “nada” de empleo en la región, mientras que un 56,7% consideró que éstas aportan “poco” o “nada” al desarrollo de su ciudad.
Los encuestados también cuestionan que el aporte tributario del sector minero sea muy significativo. Un 29.3% consideró que las empresas “casi no pagan nada” de impuestos, mientras que un 45% señaló que “pagan, pero muy poco”. Únicamente un 8.7% indicó que “pagan lo justo”.
Pese a ello, los encuestados sí manifestaron que, a nivel nacional, las actividades extractivas son importantes para el desarrollo. Así, un 57% señaló que este sector es “muy importante” o “algo importante” para el desarrollo del país, en tanto que un 37% consideró que es “poco importante” o “nada importante”.
La responsabilidad de los conflictos
A contracorriente del discurso de funcionarios y empresarios, que siempre señalan que los conflictos sociales son culpa de líderes radicales y ONG “antimineras”, la encuesta indica que la mayor parte de la población atribuye la responsabilidad a la mala gestión y fiscalización del Estado.
En efecto, un 45.3% de los encuestados señalaron que “el gobierno” es el “principal responsable del surgimiento de los conflictos socioambientales”, seguido de las empresas mineras con un 36.7% de menciones. Únicamente un 2.7% responsabilizó a los líderes de las protestas y un 7.7% a las ONG.
Así mismo, un 76,9% se manifestó poco o nada de acuerdo con la forma como el gobierno gestiona los conflictos, y un 75% consideró como “poco” o “nada” efectiva la forma en que el gobierno fiscaliza los impactos ambientales de las empresas mineras.
Sí al diálogo, No a los estados de emergencia
El 66,3% de los encuestados se mostró “poco” y “nada” de acuerdo con la declaración del estado de emergencia para resolver el conflicto social. Como se recuerda, varios distritos aledaños a Las Bambas se encuentran en esta situación desde hace medio año, lo que se ha extendido desde enero a todo el corredor vial que une estas operaciones mineras con Arequipa.
En cambio, los encuestados se manifestaron a favor de una salida dialogada y de una mayor fiscalización a las empresas mineras. Un 62.3% señaló que debe usarse el diálogo entre los involucrados para resolver los conflictos socioambientales, y un 30.7% indicó que hay que ser más estrictos con las empresas. Únicamente un 3.3% indicó que hay que “aplicar mano dura” a las protestas.
La encuesta se realizó a una muestra de 300 personas en Cusco y Espinar. Tiene un margen de error de +- 8%. Los entrevistados fueron hombres y mujeres entre 18 y 65 años de edad, de todos los niveles socioeconómicos de las zonas urbanas de las ciudades de Yauri y de los distritos de la ciudad del Cusco. El trabajo de campo tuvo lugar en noviembre del 2017.
Cotabambas y Chumbivilcas
El estudio cuantitativo fue complementado con uno cualitativo, a través de un total de 21 entrevistas a ciudadanos de las ciudades de Tambobamba (Cotabambas, Apurímac) y Santo Tomás (Chumbivilcas, Cusco).
En Tambobamba, los entrevistados destacaron su malestar por el cambio de actitud de la empresa con el ingreso de MMG.
“Anteriormente la empresa minera tenía otros propietarios; existía mucho más comunicación que ahora; en la actualidad, la empresa minera ha sido vendida a otra y estos nuevos propietarios ya no tienen mucha comunicación con la población”, señaló una de las entrevistadas.
Otra persona reconoció que al inicio, en la etapa de construcción de Las Bambas, se crearon importantes puestos de trabajo; pero que actualmente la empresa emplea poco personal:
“De alguna u otra manera, al inicio ha traído beneficio a muchas personas, todos los distritos han estado trabajando en la construcción, gente capacitada y no capacitada; ahora muy poca gente está trabajando”.
Por su parte, en Santo Tomás hay amplia expectativa por los beneficios económicos y la infraestructura vial que puede venir de la mano con las actividades mineras. Pero al mismo tiempo existe preocupación por los posibles impactos ambientales en el futuro:
“No sabemos qué se viene mañana, cuáles son las formas de contaminación que nos traen esas mineras, nos falta información”, señaló un entrevistado.
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