La clara y sorpresiva victoria de Donald Trump ha despertado las alarmas en diversos sectores. Desde su rechazo a las políticas ambientales, así como sus discursos amenazantes contra los derechos humanos y los países latinoamericanos, la futura gestión de Estados Unidos representará un riesgo en varios ámbitos
Por José Carlos Díaz Zanelli
Servindi, 9 de noviembre, 2016.- Luego de una reñida y polémica campaña, Donald Trump fue elegido ayer por la noche como el próximo presidente de los Estados Unidos para el periodo 2017-2020. Más allá de las características del representante republicano como personaje, su victoria tendrá una serie de consecuencias globales a nivel mundial.
Sus pronunciamientos en rechazo a las políticas de protección ambiental y su menosprecio por los derechos humanos, son solo algunos de los ítems más preocupantes de su futura gestión. Como se sabe, Donald Trump niega la existencia del calentamiento global y en más de una oportunidad atribuyó su creación a China.
Por otro lado, está la propuesta del republicano de retirar a Estados Unidos de los compromisos asumidos durante las negociaciones alcanzadas en el Acuerdo de París. Esto implicaría cortar la financiación a proyectos de mitigación del cambio climático como, por ejemplo, el Fondo Verde. Y es que en este ámbito su posición es bastante clara:
“Cualquier evento de la naturaleza es utilizado por los estafadores del calentamiento global, para justificar impuestos más altos y salvar al planeta”.
Derechos humanos y Latinoamérica
En materia de derechos humanos, Trump se ha mostrado repetidamente a favor de la pena de muerte, principalmente para quien asesine a un policía. Estos pronunciamientos han generado en los últimos meses la preocupación de órganos internacionales como la propia Naciones Unidas.
“La pena de muerte debe ser firmemente reintroducida”.
Por último se encuentra la relación que tendrá Estados Unidos con Latinoamérica. Como se recuerda, Trump se ha expresado de manera insultante en más de una ocasión en contra de la población hispana que vive en su país. Incluso ha anunciado la construcción de un muro en la frontera con México que debía ser pagado por los propios latinos.
En esa misma línea, corre riesgo el proceso de normalización de relaciones que en los últimos meses iniciaron Estados Unidos y Cuba. Y es que durante su campaña, Trump ha prometido revisar las relaciones que su país tiene tanto con Cuba como Venezuela. Esto podría significar un enfriamiento al proceso de acercamiento que vienen llevando a cabo la nación caribeña y el gigante norteamericano.
“Vamos a apoyar al pueblo cubano en su lucha contra la opresión comunista. El pacto de Obama solo beneficia al régimen de Castro”.
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