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Talan y dejan pintas amenazantes en árboles del Pque. Cordillera Azul

Armas de fuego pintadas en los árboles de la zona de amortiguamiento del Parque nacional Cordillera Azul, San Martín. Foto: FSP

Armas de fuego fueron pintadas sobre troncos de árboles del Parque Cordillera Azul, en San Martín, por delincuentes que primero atentaron contra bosques vírgenes.

Servindi, 1 de setiembre, 2022.- Delincuentes ambientales devastaron alrededor de 20 hectáreas de árboles amazónicos de más de 500 años de vida, ubicados en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul, en San Martín.

Asimismo, en clara amenaza a los defensores que protegen este territorio, dejaron revólveres dibujados en los troncos de los árboles, reportó el Fondo Socioambiental del Perú (FSP), el 31 de agosto.
 

Bosques primarios devastados en la zona de amortiguamiento del Parque nacional Cordillera Azul, San Martín. Foto: FSP

Detrás de los recientes actos se encontrarían Jorge Segundo Ramírez Mandruma, Julio Barbaran Ojanama y Limber Rios Ruiz, quienes buscan acallar las denuncias e investigaciones penales en su contra.

El espacio donde ocurrieron los hechos es un territorio amazónico virgen protegido por el Comité de Vigilancia Forestal de la comunidad nativa de Santa Rosillo de Yanayacu.

Los líderes más notorios de este comité son los hermanos Manuel y Quinto Inuma, quienes antes ya han sido agredidos por mafias vinculadas a delitos de tala ilegal, cultivos ilícitos y tráfico de tierras.
 

Comité de Vigilancia Forestal de San Rosillo de Yanayacu, quienes son víctimas constantes de amenazas y delitos ambientales, por mafias vinculadas a la tala ilegal, tráficos de tierras, sicariato y cutivos ilícitos. Foto: FSP

“Todo esto sucede ante la apatía de los operadores de justicia regionales y nacionales, quienes archivan las denuncias, permitiendo así la multiplicación de delitos ambientales y crímenes contra los derechos humanos”, indicaron desde el FSP.

La organización aseguró que, en este caso, no solo se observa la indolencia de las autoridades, sino también el “clasismo y racismo hacia las comunidades indígenas” al no mirar sus denuncias.

Añadieron que, con el reciente atentado, no solo se pierden simples árboles, sino un “bosque virgen”, que por su naturaleza posee una riqueza e importancia ecológica nunca antes vista.

 

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